Alonso Rojas

“Las palabras eran fútiles, un documento. La vida era lo único. Migración, movimiento, libertad. Queremos proteger a nuestros hijos y queremos pensar. Queremos conservar nuestra fe. Queremos el mundo. ¿Queremos el mundo? Si estoy fuera del mundo, mi vida está fuera, fuera de mi vida, si mi vida no está en el mundo, entonces, ¿qué sentido tiene? ¿Enseñar? ¿Enseñar qué, si no hay mundo?” 

Miriam Toews, Ellas hablan.

Basada en hechos reales, Ellas hablan es la historia de mujeres que por años han sido drogadas y violadas por los hombres de su comunidad menonita en Molotschna, Rusia; los abusadores atribuían los golpes, moretones y aturdimiento a la vívida imaginación femenina o a un castigo enviado por el demonio.

Ocho de esas mujeres violentadas, cuatro de la familia Loewen y cuatro de las Friesen, se reúnen en secreto para tomar una decisión que cambie su futuro. ¿Deberían perdonarlos? ¿Buscar venganza? ¿Escapar de su colonia patriarcal y conservadora, que es el único mundo que conocen? Cada una toma la palabra para compartir sus miedos, deseos, esperanzas, y reclaman su derecho a decidir, a veces de una forma dramática y otras, cargada de humor.

Esta sesión del Círculo de lectura de LADO B fue coordinada por la maestra en Desarrollo de educación básica, Gabriela González List. El diálogo entre las y los integrantes giró en torno a las historias y sentires de estas mujeres en su comunidad menonita, la vida de la autora, su familia y de los hechos reales que sirvieron de inspiración para la novela.

La mujer detrás de la pluma

Miriam Leslie Toews (1964) creció en la comunidad menonita canadiense de Steinbach, en la provincia de Manitoba, de la cual emigra a los 18 años. 

La doctrina de las comunidades menonitas se basa en considerar la Biblia como palabra de Dios; estos grupos viven del trabajo agrícola, totalmente alejados de las tecnologías modernas con el objetivo de vivir con lo básico en ambientes austeros.

Alejadas de las grandes urbes, son comunidades cerradas; las mujeres (dependiendo del lugar en que se encuentren estas comunidades) no tienen acceso al estudio, a veces son analfabetas. Miriam tuvo la suerte de que a sus padres les interesara que sus hijas se educaran. 

Las muertes trágicas de su papá y su hermana influyeron mucho en la escritura de la autora, cuya obra ha sido galardonada en varios concursos de editoriales canadienses, explicó Gabriela González. Además, Toews estudió cinematografía para la universidad de Manitoba y periodismo en el King’s College en Halifax. 

Sesión del Círculo de lectura LADO B

Los hechos reales

En una colonia menonita de Bolivia llamada Manitoba, entre el 2005 y el 2009, un grupo de ocho hombres pertenecientes a la comunidad abusó sistemáticamente de más de 300 mujeres, desde bebés hasta ancianas. Las mujeres despertaban con intensos dolores, con sangrando y aturdimiento, pero ellos les hicieron creer que era el diablo quien las castigaba por sus pecados. Las mujeres denunciaron el hecho y en 2011 siete de los ocho hombres fueron condenados a 25 años de prisión. 

Para quienes participaron en el Círculo de lectura LADO B, el libro resultó confrontador y liberador para la autora debido a que busca resignificar su experiencia como mujer en una comunidad menonita y la de las mujeres violentadas.

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La autora quiso ser fiel a las experiencias de estas mujeres, a su dolor y dignidad, así como a sus referencias culturales y su experiencia colectiva dentro de una colonia fundamentalista, patriarcal y autoritaria, dice Gabriela González List. Al mismo tiempo quería demostrar su lado humano: compasivo, divertido, combativo y contradictorio.

La escritura de Miriam, menciona la moderadora, no revictimiza a las mujeres violentadas, y no se centra en el hecho de las violaciones; la parte central de la novela son ellas mismas y sus experiencias: lo que les preocupa en su vida diaria como mujeres.

Entre el querer y el temer

“Alguna de las personas que queremos también son personas a las que tememos”, dijo González List.

Hilvanando las hebras de esta historia, las y los lectores se dan cuenta que los hombres de esta comunidad menonita buscan esconder su fragilidad con fuerza que, dicho sea de paso, no es necesaria. Asimismo, se debe notar que el ámbito social, familiar y religioso influye en su miedo.

Al respecto, es preciso mencionar que cuando las mujeres de la novela se plantean el tipo de comunidad que quieren formar cuando salgan de Molotschna, buscan, sobre todo, consolidarse como una comunidad democrática, colectiva y alfabetizada. No buscan dejar de ser menonitas, tienen respeto por su religión y familia; su búsqueda se centra en los derechos y dignidad humana que les corresponden en su propia comunidad, así como democracia en su propia colectividad. 

Las y los integrantes del Círculo de lectura realizaron una retrospección del proceso en que las mujeres van transformándose a lo largo de los debates, en los cuales ellas van tratando de distinguir entre lo que sienten y lo que son. Saben cuál es su papel dentro de la comunidad, pero, si deciden salir, deberán preguntarse quiénes serán fuera de su comunidad, quiénes serán una vez que se libere.

Lo importante de tocar el tema de libros como Ellas hablan es que se suele pensar, como afirma una de las participantes del Círculo de lectura, que son situaciones de violencia que ocurren únicamente en comunidades cerradas, cuando de hecho ocurren en todos lados, incluso en nuestra propia familia.

Por tanto, esta literatura escrita por mujeres sobre mujeres, sobre sus decisiones y el trabajo que les cuesta seguir adelante con su vida, son temas a los que hay que dirigir la mirada.

*Foto de portada: @sextopiso_es | Twitter