Lado B
No estoy solo: ustedes están encerrados conmigo
Un recorrido cinematográfico para dudar de que la casa sea el espacio que nos protege del Covid 19 (o de cualquier otra cosa)
Por Klastos @
23 de abril, 2020
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Juan Carlos Reyes

Sometimes human places, create inhuman monsters.

Stephen King, The Shining

¿De dónde sacamos la idea de que el interior es más seguro que el exterior? Tal vez es una ecuación casi atávica: casa-familia-felicidad-seguridad: cueva-tribu-supervivencia. Hoy no sería difícil convencer a nadie en este país de que el interior es tan peligroso como el exterior. 

La violencia, abuso, terror que puede ocurrir en casa, entre la familia, en la llamada “búsqueda de la felicidad”, o en la imposición bajo el nombre de “seguridad”, no es noticia nueva para nadie. 

El cine ha puesto en cuestión esa supuesta seguridad y tranquilidad en innumerables ocasiones, al punto de que existan temáticas que se han vuelto subgéneros cinematográficos: “Haunted house films”, “Cine del encierro” o “El enemigo en casa”. 

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Las películas aquí seleccionadas (que puedes buscar en tu página de streaming favorita) cuestionan que sólo sean felicidad y seguridad lo que habite la casa. 

¿Y si la casa no siempre es el mejor lugar para resguardarse de lo terrible? ¿Qué pasa cuando la «gran enfermedad» está dentro y no fuera? ¿Y qué si el enemigo duerme junto a nosotr@s?  

El ángel exterminador (1962)

Luis Buñuel

Imágenes tomadas de: https://www.filmaffinity.com

Antes de convertirse en una diva debido al éxito desbordado que Mujer: Casos de la vida real trajera a su carrera artística, la primera actriz Silvia Pinal (como dicen los que saben) actuó al lado de Germán Valdés “Tin-Tan”, o Adalberto Martínez Chávez, alias “Resortes, resortín de la resortera”; fue dirigida por Chano Ureta, Juan Bustillo Oro, Tulio Demicheli, y para el caso que nos ocupa, Luis Buñuel. Después de trabajar juntos en Viridiana, el cineasta español realiza El ángel exterminador

En una película de tonos surrealistas, un grupo de “burgueses” son invitados a cenar a la mansión de los Nóbile, después de ir a la ópera. Supuestos amigos o conocidos que respetan siempre las más exquisitas normas de etiqueta y “buenas costumbres”, se convierten en enemigos, juiciosos entrometidos, y hasta en potenciales asesinos debido a la imposibilidad de salir, no ya de la casa, sino de un par de salones en los que la velada se lleva a cabo. 

A todo esto, no existe razón aparente para no salir de aquel lugar. Como en casi toda la filmografía de Buñuel, las secuencias oníricas aparecen constantemente pero, amable lector, no se deje confundir por el crítico, casi nunca como metáfora o alegoría de nada. El director utilizó con mucha frecuencia secuencias más cercanas al surrealismo, a la greguería o al ultraísmo sin otra finalidad… ¿habrá mejor fin? 

Si no poder salir de un lugar ni para comer u orinar, necesidades casi igual de importantes, puede ser terrible, seguro lo sería más si ni siquiera sabes qué te lo impide. ¿Dónde está ese micro portero que nos enseña la reja abierta diciendo: “Puedes salir, pero tú sabes que yo siempre pienso en lo mejor para ti….”?

The Others (2001) 

Alejandro Amenábar

Imágenes tomadas de: https://www.imdb.com/title/tt0230600/

Tercer largometraje del director chileno-español Alejandro Amenábar, quien afortunadamente se negó a dirigir el remake de su segunda película Abre los ojos (1997), titulado en un alarde de ingenio Vanilla Sky  (2001), por su propio protagonista y productor, el siempre amigo de la ciencia, Tom Cruise. 

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Apenas ha terminado la Segunda Guerra Mundial y Grace (Nicole Kidman) aguarda a que su marido regrese del frente. Le hacen compañía en una casa increíblemente grande y lúgubre sus hijos, Anne (Alakina Mann) y Nicholas (James Bentley), ambos con las mejores actuaciones de toda la película, sin duda. Las ventanas de la casa, se le dice a la servidumbre, que ya ha trabajado con anterioridad ahí, deben estar siempre cerradas, así como todas las puertas, ya que Anne y Nicholas sufren una extraña enfermedad que los hace fotosensibles al extremo de la muerte.  

Cincuenta puertas, quince llaves que las abren (y cierran), dos niños fotosensibles, una mujer ultra conservadora y religiosa, tres sirvientes que conocen secretos del lugar al que la familia de Grace se ha confinado y un inquietante interrogante que mantiene a flote la película durante casi toda su duración. ¿Qué podría salir mal?

Home Alone (1990)

Chris Columbus

Imágenes tomadas de: https://www.filmaffinity.com

¿Qué lugar supondría uno más seguro que su casa, en Navidad, rodeado de decenas de familiares dispuestos a viajar a París? Ensueño donde los haya. La segura y acogedora casa de Kevin (Macaulay Culkin) se vuelve un campo de batalla una vez que dos ladrones, Harry (Joe Pesci) y Marv (Daniel Stern) la hacen blanco de su próximo atraco. Kevin tiene ocho años, pero defiende su casa como si del último bunker que resguardara al Führer se tratara. 

Afortunadamente, la película juega en un registro de absoluta farsa, de no ser así, sería imposible concebir la imbecilidad de ambos ladrones, así como el sadismo y gozo que le provoca a Kevin lastimar a los ladrones de maneras tan indecibles como ridículas. 

Valga decir, para que lo anote el lector en su anecdotario, que Home Alone mantuvo 21 años el récord como la película de comedia más taquillera en los Estados Unidos, y tuvo en sus manos también el récord de la cinta “navideña” con mayor taquilla durante 28 años (ambos datos, síntoma y señal donde quiera leerse alguno). Y de paso, lanzó al insoportable de Culkin al estrellato y a la cama de Michael Jackson.

Das Leben der Anderen (2006)

La vida de los otros

Florian Henckel von Donnermarck

Imágenes tomadas de: https://www.filmaffinity.com

Fantástica opera prima como guionista y director de Florian Henckel von Donnermarck que muestra la vida desde el encierro físico, el trabajo artístico desde la reclusión ideológica, la obediencia absoluta desde el aislamiento fanático, y la vida de los otros desde el encerramiento emocional. Vamos, la misma experiencia que deben tener en La Vista con Susana Distancia en estos días de coronavirus, aunque esta cinta nos lleve a Berlín durante los últimos años de la RDA, con una Stasi vigilante que presta especial interés a artistas y círculos intelectuales, leales o disidentes, eso da igual. 

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Aunque lo más interesante de la película es su construcción dramática y los giros en su trama, en este caso parece más atractivo centrarse en Gerd Wiesler (Ulrich Mühe), convencido y estricto capitán de la policía secreta a quien se le encarga vigilar a un dramaturgo leal al régimen, Georg Dreyman (Sebastian Koch). Wiesler se aposta en el ático del edificio que habita Dreyman para vigilar constante todos sus movimientos, reuniones y visitas. 

¿Cómo caminar en casa si un día, al llegar, encuentras junto al tapete de “Bienvenidos” un enorme letrero que dice “Terreno minado”? ¿Qué si no hay letrero y te percatas de ello hasta que el primero de tus invitados vuela por los aires en pedazos? Lleno de micrófonos, el apartamento de Dreyman se vuelve un lugar inhabitable sin que él mismo lo sepa, y al mismo tiempo, la guarida de Wiesler se vuelve cada vez más desquiciante conforme observa la posibilidad de otras vidas, de otras existencias: la vida de los otros. 

Misery (1990)

Rob Reiner

Imágenes tomadas de: https://www.filmaffinity.com

Basado en la novela de 1987 escrita por Stephen King, Misery es un minucioso tratado sobre el encierro y el abuso por parte de nuestro “fan número uno”, cualquiera que sea el nombre que este reciba. 

Paul Sheldon (James Caan) es un exitoso escritor de novelas románticas que decide matar al personaje más entrañable para sus fans. Como de todo aislamiento deben salir frutos, aprendizajes, reflexiones, novelas, tratados, y si se puede, huevos de oro, Paul se retira a una cabaña solitaria a escribir. De regreso del autoaislamiento en el que escribe la novela que lo redimirá ante la crítica, y en la que finaliza la saga de su famoso, y ahora muerto, personaje, sufre un accidente del que es rescatado por Annie Wilkes (una Kathy Bates aterradora y en excelsa actuación).

La casa en la que Annie resguarda a Paul parece estar aislada del mundo, y ella hace lo imposible porque Paul así lo piense. Seguro habrá escuchado aquello de “¿por qué lastimamos a quienes más amamos?”, la respuesta es siempre: por lo mismo. Paul está encerrado con su más fiel fanática, lo cual lo condena a un amor incondicional, y uno sabe cómo puede ser el amor: piernas rotas, mazos, pastillas, cuchillos, lanzamiento de máquinas de escribir, ruido que en el aislamiento de una cabaña lejana nadie escucha, ruido que, de tan fuerte, se acaba por callar. 

10 Cloverfield Lane (2016)

Dan Trachtenberg

Imágenes tomadas de: https://www.filmaffinity.com

Apocalíptico escenario bajo tierra que inicia por miedo al compromiso que implica recibir el típico anillo con un diamante. Michelle (Mary Elizabeth Winstead) despierta después de un accidente en la carretera en un cuarto sin ventanas, conectada a un suero, con múltiples heridas y encadenada a la pared. Por si fuera poco, un hombre enorme, Howard (John Goodman, tan preciso como no se le veía desde The Big Lebowsky) le dice que la ha rescatado junto a otro (siempre incompetente) sobreviviente, Emmett (John Gallagher Jr.) de un posible ataque extraterrestre. 

Encerrados en un bunker que intenta emular con todos los lugares comunes de una casa un ambiente hogareño, los dos supuestos sobrevivientes dudan de las buenas intenciones de Howard. En un intento de escape, Michelle se da cuenta de que el desastre exterior es cierto, pero también confirma todas las sospechas sobre su anfitrión. Toca decidir entre lo peligroso y lo seguro. ¿Me quedo con John Goodman o me voy con los marcianos? 

Night of the Living Dead (1968) 

George A. Romero

Imágenes tomadas de: https://www.filmaffinity.com

De lo mejor de la serie B que por ello se convierte en clásico y de culto. Súmele usted que, por un error de producción, la película fue de dominio público mucho antes de lo esperado. Exquisito disparate, blanco fácil para los estudios de representación, y manifiesto racial sin siquiera darse cuenta. 

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La primera película del inventor del género de zombies, George A. Romero, plantea una historia facilona por la que todos hemos pasado: un grupo arquetípicamente heterogéneo no puede salir de una granja abandonada en la que se encuentra encerrado, porque afuera hay cientos de “muertos vivientes” que han salido de sus tumbas y se alimentan de carne humana. El encierro se hace asfixiante conforme pasa el tiempo y un lejano y seguro afuera se va perdiendo en el horizonte. La amenaza va dejando de ser externa y proviene ya del propio grupo de sobrevivientes –y eso que Macaulay Culkin no actúa en esta. 

Lo que comienza como una fácil decisión: zombies vs. amables desconocidos, se complica cuando la elección se convierte en un peligroso, pero tal vez superable, afuera vs. un peligroso, pero tal vez insuperable, adentro.  

The Shining (1980)

Stanley Kubrick

Imágenes tomadas de: https://www.filmaffinity.com

Aunque en su momento fue una decepción para la crítica y la taquilla, hoy es considerada una de las mejores películas de la filmografía de Kubrick. The Shining es otra adaptación de una novela de Stephen King, que dio la oportunidad de confirmar las habilidades actorales y maniáticas de un Jack Nicholson que ya venía de estar atrapado sin salida en One Flew Over the Cockoo’s Nest (1975). 

Un reparto pequeño (Shelley Duvall, Danny Lloyd y Scatman Crothers) en el descomunalmente grande Hotel Overlook, situado en las montañas de Colorado. Como si el contrato se lo hubieran dado a los de Casas Geo, el hotel está construido (otra vez, ¡vaya ojo!) sobre un antiguo cementerio de nativos americanos. 

La idea de “estar dentro y en familia siempre es más seguro” se desmorona conforme pasan los días, el tedio se asienta, los monstruos internos se asoman a la menor provocación y el interior del Hotel Overlook se vuelve más peligroso que los propios laberintos congelados que lo rodean. 

¿Qué tiene de malo encerrarse en un lugar tétrico y alejado de todo durante meses con nuestro esposo, alcohólico y violento, y con nuestro hijo que tiene poderes telepáticos y en ocasiones un trance le hace ver funestos futuros? En fin, que lo del cementerio indio ni falta hacía.

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