Lado B
Hace 26 años...
El pasado 16 de noviembre se cumplieron 26 años del martirio de los seis jesuitas asesinados –junto con la señora que les ayudaba en su casa y su hija- en la Universidad Centroamericana (UCA) Simeón Cañas de El Salvador.
Por Lado B @ladobemx
25 de noviembre, 2015
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Mtro. J. Alejandro Ortiz Cotte

[dropcap type=»1″]E[/dropcap]l pasado 16 de noviembre se cumplieron 26 años del martirio de los seis jesuitas asesinados –junto con la señora que les ayudaba en su casa y su hija- en la Universidad Centroamericana (UCA) Simeón Cañas de El Salvador. De ese día hasta hoy han pasado muchas cosas importantes que es difícil de recuperar en tan breve espacio, sin embargo considero que podemos rescatar tres elementos que han estado consolidando nuestro presente y proyectando nuestro futuro en este continente a partir del legado de los jesuitas.

  1. La escuela de pensamiento de la UCA. Cuando en un espacio, sobre todo académico, convergen ciertos pensadores, que orientan desde distintas perspectivas o campos epistemológicos, una línea de pensamiento bien estructurado, consistente, fundamentado y sobre todo necesario para explicar la realidad, se pude decir que se trata no sólo de una academia sino de una escuela de pensamiento ya que los alumnos serán los siguientes continuadores y los que la irán desarrollando y evolucionando esa línea de pensamiento sucesivamente. La Escuela de Frankfurt tan importante para el mundo de hoy, fue la escuela que pensó desde de los horrores de la segunda guerra mundial, ella es el primer ejemplo de la definición anterior, aunque hay muchas más. Bajo estos supuestos podemos considerar a los sacerdotes jesuitas asesinados como una escuela de pensamiento. Pongo cuatro ejemplos. Entre los asesinados se encontraban Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró e Ignacio Ellacuría, pero también vivía y trabajaba junto con ellos Jon Sobrino, estos cuatros sacerdotes, eran portadores a la vez de un pensamiento sólido, estructurado, coherente con la realidad latinoamericana y sobre todo desde una opción clara de pensar y actuar desde los pobres, ellos han dejado escuela en cuatro ámbitos diferentes. Segundo Montes en el campo de los derechos humanos; mucho de la defensa, argumentación y de la organización de los derechos de los pobres de El Salvador se debió a este jesuita. Martín-Baró es considerado el padre de la psicología social en américa Latina, el cómo psicólogo nos brindó un fuerte legado para pensar “otra psicología” desde los parámetros y necesidades reales de los/as latinoamericanos/as y no desde los parámetros anglosajones y europeos. Ignacio ellacuría de quien voy a hablar más adelante ha sido uno de los intelectuales latinoamericanos más prolijos desde hace mucho tiempo sobre todo en el campo educativo, filosófico, teológico, político y social. En tanto Jon sobrino que no llegó “esa” noche del 16 por que salió tarde de un compromiso, es uno de los exponentes más importantes de la teología de la liberación. Por tanto, desde distintos ámbitos de conocimiento, pero también sin perder la realidad de los pobres, estos hombre construyeron toda una escuela de pensamiento que bien podemos llamar de la UCA. Falta todavía desarrollar más esta idea, pero la considero central para una historia del pensamiento latinoamericano y sobre todo la considero todavía útil para seguir desarrollando sus intuiciones y concepciones para la realidad de hoy.

  1. El legado de Ignacio ellacuría. Hay mucho que podemos decir sobre Ignacio Ellacuría. Tal vez lo primero es que uno de los pensadores más importantes de América Latina, no solo por la ampliación en diferentes ámbitos de su pensamiento (educativo, filosófico, teológico, político y social como ya dijimos), ni solo la enorme cantidad de producción intelectual que realizó, sino sobre todo por su compromiso con la verdad o con su búsqueda sincera y honesta. Fue el primer Rector de una universidad asesinado por cuestiones de fe, por tanto podemos decir que es el primer Rector mártir, y lo decimos porque fue su compromiso con los pobres a través de sus producciones intelectuales que lo hizo tomar una postura que no quedaba bien con nadie pero sobre todo no quedaba nada bien con los poderes dominantes. Fue coherente y honesto con la realidad, cercano y solidario con los pobres, actitudes nacidas de su fe en Jesucristo. Fue un creyente comprometido, un teólogo de la liberación consecuente hasta las últimas consecuencias. Hoy seguimos enriqueciéndonos con su aporte, hoy lo seguimos leyendo no para superarlo sino para adecuarlo a los tiempos contemporáneos, sigue siendo hasta la fecha uno de los pensamientos más valiosos para la liberación de nuestro continente.

  1. La tradición teológica latinoamericana. La teología de la liberación (TL) nació sobre todo desde el ámbito protestante con Bonino, Shaull y Alves y casi junto a ella en el lado católico a través de Gustavo Gutiérrez y de Hugo Assmann. Posteriormente vendrá una oleada de teología de la liberación desde Brasil, especialmente, con los hermanos Boff pero de dónde vino un terremoto liberador para el desarrollo de la TL fue desde los pequeños países centroamericanos, ahí en Guatemala, el Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá saldrán personajes como Jon Sobrino, Ellacuría y otros más en El Salvador, en Nicaragua Hernandez Pico y González Faus; Jose maría vigil en panamá; Pablo Richard, Franz Hnkelammert y Elsa Tamez en Costa Rica, solo por decir algunos nombres. Hablando de la escuela de la UCA tenemos que resaltar obviamente a Jon Sobrino sobreviviente de ese atentado, pero también a muchos otros intentos de matar su teología. Jon sobrino ha desarrollado tal vez como Leonardo Boff en extensión e importancia las mejores cristologías latinoamericanas, esto no quiere decir que sean los únicos cristólogos ni que tengan los mejores libros, hay muchos ejemplos para decir lo contrario, lo único que significa es que han desarrollado todo un pensamiento cristológico sistemático, congruente entre sus diferentes (y muchas) obras y sobre todo sin perder su brújula central que es la vida de los pobres. Tal vez, y que me perdone Leonardo, el más sistemático y preciso en la cristología sea Jon, por eso lo condenaron más tarde que a otros. Sobrino es por tanto la viva expresión una teología sufrida, resistente, honesta y encarnada con la realidad pero sobre todo expresa muy bien el Evangelio, es decir nace de los evangelios bíblicos pero a la vez es buena noticia de liberación para los pobres.

Estos son los legados, estas son nuestras tareas desde hace 26 años.

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El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

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