Daniel C. Cortés | @DanielCortesMx

Personal de enfermería del Hospital General de Cholula, reconvertido completamente para la atención de COVID-19 desde el inicio de la pandemia, denuncia falta de equipo protector, malos tratos por parte de autoridades directivas y sindicales y una sobreexplotación laboral debido al alto número de hospitalizaciones que atienden desde el inicio de esta tercera ola, en julio.

Las personas con las que habló LADO B, que pidieron el anonimato por temor a represalias, expresan que deben enfrentar hasta 12 horas de trabajo continuo sin opción de descanso y atendiendo a una cantidad de pacientes superior a la recomendada por la Secretaría de Salud federal (SSA).

Además afirman que el equipo de protección desechable que les entregan está condicionado a usarse por al menos ocho horas diarias durante dos días seguidos, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su uso por un máximo de seis horas; y les adjudican la responsabilidad de lavarlo, con lo que se exponen a llevar la enfermedad a sus hogares. 

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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el personal que labora en unidades de primer y segundo nivel de atención, debe utilizar siempre el equipo de protección de grado médico recomendado: mascarillas autofiltrantes (FFP3, FFP3 o N95), batas, gafas de protección, pantallas faciales (caretas) y guantes. 

Sin embargo el personal del Hospital General de Cholula se ha visto en la necesidad de comprar material de mayor calidad por su cuenta, pese a que durante toda la pandemia sólo han recibido un bono de 3 mil pesos, lo que no alcanza a cubrir la suma de esos gastos y las horas extras.

Y es que, al personal de enfermería con frecuencia les solicitan, como “gesto de solidaridad” ante la falta de personal, que permanezcan cuatro horas más de las establecidas en su horario regular, es decir, un total de 12 horas bajo condiciones precarias.

Esto les preocupa gravemente, ya que el ingreso al área de atención a pacientes COVID-19 les impide gozar de descanso alguno, ir al baño o consumir alimentos y bebidas: “¡Imagínate estar en ayuno por 12 horas!”, asevera con preocupación una de las personas denunciantes. 

“Tienes el estrés de que tu careta esté en situaciones deplorables”, expresa otra de las fuentes consultadas por este medio, quien agregó que hay ocasiones en las que deben elegir entre “permanecer con una careta empañada” o removerla para limpiarla y exponerse ante el virus SARS-CoV-2.

La incapacidad para retirarse el equipo de protección durante tanto tiempo ha ocasionado ya problemas físicos, aeróbicos y emocionales. Ninguno de los cuales ha recibido atención, aseguran.

Capacidad operativa de los servicios de salud

Foto: Google Maps

Tal como se informó previamente en LADO B, la reconversión y lineamientos de capacidad hospitalaria deben acompañarse de un aumento en la disponibilidad de recursos humanos capacitados y suministros requeridos para el tratamiento del nuevo coronavirus. 

De acuerdo con el Lineamiento de Reconversión Hospitalaria publicado por la SSA federal en abril de 2020, se recomienda una distribución equitativa en la carga de trabajo del cuerpo médico y de enfermería ante la existencia de pacientes enfermos.

Para pacientes en hospitalización general, el documento establece un rango de cuatro a seis camas por enfermera o enfermero general o especialista. Respecto a las camas de cuidados críticos o intensivos, se necesita de una enfermera o enfermero especialista o capacitado en cuidados intensivos para estar a cargo de un máximo de dos personas enfermas bajo esta condición.

En el caso del Hospital General de Cholula no es así. El personal sanitario consultado por LADO B, asegura que durante las más de ocho horas en las que permanecen laborando, cada enfermera o enfermero debe garantizar los cuidados de entre ocho a 10 pacientes, independientemente de su condición hospitalaria (general o cuidados intensivos).

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Quienes ingresaron por medio de la contratación temporal convocada por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) a inicios de la pandemia, hoy siguen laborando en este centro dependiente de la Secretaría de Salud del Estado de Puebla.

La insuficiencia de trabajadores no se limita únicamente a quienes ofrecen servicios médicos y de enfermería. El área de intendencia trabaja con un equipo reducido y esto afecta la atención de las personas enfermas.

Al respecto, una de las personas contactadas por LADO B, sentencia: ”nos falta mucho material, por ejemplo lo que son cómodos [instrumental usado para facilitar la realización de las necesidades fisiológicas de pacientes en estado de postración] y cosas de esas. También hay muy poco personal de intendencia, entonces, por ende, nosotros tenemos que lavar cómodos. Como enfermería tenemos que lavar (…) los patos [urinarios de uso médico] (…) porque no hay y el paciente te los pide y te los pide, entonces ni modo que los dejemos que se orinen en las camas”.

El personal de farmacia tampoco puede cumplir sus funciones. “No hay quien pase los medicamentos de farmacia. Nosotros [el personal de enfermería] tenemos que salir allá donde los dejan botados e irlos a buscar (…) Y cuando tienes tu deber que hacer encima, esa es una tarea del personal de farmacia”, añade una de las personas entrevistadas.

Miedo a contagiarse

A poco más de un año de la primera ola de contagios registrada durante los últimos días de julio de 2020 en el estado de Puebla, más de la mitad de la plantilla médica, de enfermería, de intendencia y servicios de emergencia de este hospital ya se ha contagiado, por lo menos una vez. 

“Cuando me contagié en enero, fui al Issste [Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado] y me dijeron que tenía que comprar mis propios medicamentos”, cuenta a LADO B una persona perteneciente al servicio de enfermería del Hospital General de Cholula.

Asegura que tan sólo en medicamentos, su familia desembolsó más de 10 mil pesos; esto sin contar el costo del tanque de oxígeno que adquirieron como medida de precaución en caso de posibles complicaciones respiratorias y un posible escenario de escasez de este artículo.

Sobre los apoyos otorgados por el Issste, comparte que son únicamente 10 los días dados por incapacidad derivado del contagio de esta enfermedad. De esta manera se expone mayormente la salud del resto de compañeras y compañeros, pues deberían ser 14 los días en cuarentena, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos de Norteamérica, lo cual ha sido avalado por el Gobierno de México.

Debido a la contagiosidad de la variante delta que hoy ya predomina en el estado, temen nuevos casos y eventos de posible reinfección. Además, el miedo constante de contagiar a sus seres queridos se agudiza.

Sector de enfermería ha sido el más afectado

Según el reporte sobre personal de salud y COVID-19 en México de la Secretaría de Salud federal, hasta el 16 de agosto se han confirmado 259 mil 413 casos positivos de SARS-CoV-2. De ese acumulado, el 39.1 por ciento ha sido personal de enfermería y el 31.3 por ciento médicas y médicos.

En Puebla, se han contabilizado aproximadamente 10 mil pruebas positivas realizadas a personas trabajadoras de la salud. De los poco más de 4 mil fallecimientos adjudicados a esta patología, Puebla ha registrado poco más de 300 muertes de personal de salud, siendo este el tercer lugar a nivel nacional, justo detrás de las entidades con el mayor número de defunciones: el Estado de México y la Ciudad de México, respectivamente.

Además, no hay estímulos económicos para enfermeros y enfermeras. Según el tabulador publicado por la SS del estado, una enfermera o enfermero general percibe un salario mensual neto de poco más de 14 mil 500 pesos. En una nota publicada por el sitio Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, se establece que en la Ciudad de México, al igual que en Puebla, los sueldos quincenales se encuentran por debajo de los 8 mil pesos: una enfermera o enfermero general percibe entre 16 mil y 17 mil pesos al mes.

Al respecto, una de las fuentes que decidió permanecer en el anonimato, declara a LADO B que sólo ha percibido un bono de 3 mil pesos durante toda la pandemia.

Inacción de autoridades y síndicato

Después de haber experimentado un 100 por ciento de ocupación en camas de hospitalización general, camas con ventilador y camas UCI (unidades de cuidados intensivos) durante la segunda ola registrada en los meses de diciembre de 2020 y enero de 2021, se notificó la gravedad de la situación a las jefaturas de servicio y directivos del hospital. Acusan que sus demandas no fueron atendidas.

Al no recibir respuesta favorable de las autoridades institucionales, buscaron al comité sindical que les representa; no obstante, señalan que este ha sido omiso y apático ante sus exigencias.

Sobre la reconversión, aseguran que aunque se hayan añadido camas disponibles, estas no sirven si no hay personal suficiente que pueda atenderlas.

Actualmente, el Hospital General de Cholula se acerca nuevamente a su pico máximo de ocupación. Según datos de la Red IRAG, en su corte del 30 de agosto registra el 89 por ciento de camas generales utilizadas, mientras que aquellas destinadas a pacientes que requieren ventilación mecánica y cuidados intensivos estaba en 79 por ciento (aunque un día antes estaba en 100%).

El 30 de agosto se solicitó a la Secretaría de Salud su versión y/o respuesta ante las denuncias aquí planteadas, pero hasta la publicación de esta nota no había respondido.

Material de consulta:

• Uso racional del equipo de protección personal frente a la COVID-19 y aspectos que considerar en situaciones de escasez graves – ONU
• Lineamiento de Reconversión Hospitalaria – SSA federal
• Reporte sobre personal de salud y COVID-19 en México  (16 de agosto de 2021) – SSA federal

*Foto de portada: Google Maps