Lado B
Autoridades sabían de secuestros de transportistas en carretera Monterrey-Nuevo Laredo desde hace dos años
La Comisión Nacional de Búsqueda reconoce que existen al menos 70 expedientes por desapariciones desde octubre de 2020 en esta carretera, 80% de los cuales son de hombres transportistas
Por Animal Politico @Pajaropolitico
20 de julio, 2021
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Alfredo Martínez Sánchez, de 34 años, desapareció en Nuevo Laredo, Tamaulipas, la noche del 17 de enero de 2020. Trabajaba como operador de tráiler en la empresa Transportes Brenda, había entregado la caja con la carga y al día siguiente debía dirigirse a Monterrey, Nuevo León. A las 8 llamó a su esposa, Greta Martínez, y habló con ella durante 20 minutos. Habitualmente, cuando viajaba a la ciudad fronteriza acudía a un bazar de productos de segunda mano llegados desde Estados Unidos. Así que le dijo que iba a sacar dinero y le mandaba fotos de la ropa que encontrase para que ella eligiese la que más le gustaba. Nunca llegaron aquellas imágenes.

“Esa es la última vez que hablé con él”, dice Martínez, en entrevista con Animal Político. Durante varios días trató de contactar con su esposo pero el teléfono estaba apagado. Su última conexión de WhatsApp fue a las 21.45 horas. No le dio importancia ya que Martínez Sánchez llevaba semanas con el celular estropeado y pensó que, simplemente, se habría descompuesto por completo. Todo era muy confuso. El sábado, apenas 12 horas después de la desaparición, le hablaron desde la empresa y le aseguraron que el transportista se había quedado dormido, pero que estaba localizado. Era mentira. Al día siguiente, después de mucho presionar, le reconocieron que el vehículo apareció abandonado en el segundo anillo periférico de Nuevo Laredo, que sus cosas estaban intactas, pero que no había rastro de su marido. Dos años y medio después de aquel fatídico viaje, Martínez Sánchez sigue desaparecido.

El caso de este operador de camión no es el único. La Comisión Nacional de Búsqueda reconoció a Animal Político que existen al menos 70 expedientes por desapariciones desde octubre de 2020 en la ruta de Monterrey a Nuevo Laredo y que el 80% son hombres que manejaban algún transporte. Sin embargo, colectivos de búsqueda aseguran que son más de 100 las personas no localizadas y que los casos se conocen desde hace más de dos años.

Familiares de las víctimas se coordinan desde hace un año a través de la página de Facebook “Operadores desaparecidos en Nuevo Laredo”, que reúne a los allegados de 30 transportistas desaparecidos. Animal Político habló con varias de sus integrantes para conocer su historia. No son un colectivo como tal, ya que cada familia es originaria de un estado, desde Chiapas hasta Tamaulipas. De hecho, muchas ni siquiera se conocen personalmente ya que su comunicación es a través de internet. Sin embargo, se han convertido en el apoyo a distancia de compañeras que sufren el mismo problema: la desaparición de sus seres queridos cuando transitaban por la ruta fronteriza.

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La mayoría de los casos cuentan con un patrón similar: se trata de hombres que manejaban un tráiler cuando fueron secuestrados. Los vehículos fueron abandonados con su carga y las pertenencias del piloto. Las empresas no aportaron información a los familiares y tampoco les ofrecieron apoyo cuando se confirmó la desaparición. Simplemente, se desentendieron.

Ante la desidia de las autoridades y los escasos éxitos en las localizaciones, los afectados se unieron en esta plataforma, así como en otros colectivos como “Todos somos uno: desaparecidos en Nuevo Laredo”.

Desde mediados de mayo la presión de colectivos de Nuevo León sirvió para que las autoridades reconociesen que las desapariciones en la carretera fronteriza se habían multiplicado. A pesar de que los secuestros y las desapariciones se repiten en esta carretera, fue hasta junio que el gobierno de Nuevo León anunció que reforzaría la vigilancia por tierra y aire. Es decir, que pese a que se conocía que esta era una ruta peligrosa para los operadores no se puso ningún mecanismo de protección ni se desplegaron operativos policiales especiales para evitar los secuestros. De hecho ni siquiera se realizaron alertas especiales a la población, lo que contrasta, por ejemplo, con la posición del gobierno de Estados Unidos, que tiene catalogada la ruta como peligrosa y que incluso pone condiciones a sus funcionarios para transitarla.

Cuenta Martinez que tras la desaparición de su esposo se pusieron en marcha desde Toluca, Estado de México, hasta Nuevo Laredo. La víspera se dirigieron a la empresa pero no les dejaron entrar en la oficina. “Solo me decían que el carro se estuvo moviendo en la noche y que se había abandonado”, explica. La versión de la compañía empezaba a hacer aguas. “Dicen que los traileros se drogan, que toman, que llevan mujeres. Eso me dijeron a mí”, dice. “Salimos a las 11 de la noche y llegamos a las 11 de la mañana a Nuevo Laredo. Ni siquiera nos mostraron la bitácora. Se levantó la denuncia y nos tuvimos que quedar para dar las muestras de ADN. Se escucha que Laredo es un municipio peligroso por la cuestión de los cárteles. Diosito nos cuidó, porque corrimos el riesgo de que nos levantaran también”, añade.

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*Foto de portada: Alejandro Ponce

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