Lado B
Cholula se llenó de música
Más de 15 horas de música y 30 bandas en la primera edición del Festival 72810
Por Lado B @ladobemx
11 de marzo, 2012
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Ernesto Aroche Aguilar (txt) | Anyie Valerdi (jpg)

@earoche | @anvalerdi_

Y la pirámide se llenó de música. El Festival 72810 cumplió con lo prometido: más de 15 horas de beats, guitarras, tornamesas, mucho polvo y mucha cerveza.

El reencuentro con leyendas musicales como Peter Murphy –la voz de Bauhaus—, los hippoperos de Public Enemy o los djs, Felix da House Cat y Z-Trip estuvo precedido por presentaciones de bandas de culto como los neoyorkinos de Blonde Readhead, los siempre confiables de Austin TV o los ratones modestos que comanda un Isaac Brock que parece querer competir en lo energético de sus presentaciones con el inglés Ian Curtis –quien padecía ataques epilépticos en el escenario.

Antes de ellos estarían promesas de la escena nacional: Bengala, Torreblanca, Furland, Technicolor Fabrics y los Master Plus con todo y sus bigotes y su parafernalia grupero-norteño para calentar la pista con las particulares versiones de One More Time (Una vez más) de Daft Punk; Don’t Speak (Mami) de No Doubt; y Sex on fire (Sexo en fuego) de Kings Of Leon.

Tres escenarios tres

Divididos en tres escenarios: 8 y Miedo para djs y músicos que usan más la tecnología que los instrumentos para mover las pistas, Albino.mx más tirado hacia la música indie y alternativa, y el 72810 donde se presentarían las bandas roqueras y alguno que otro dark trásfuga de los 80s, los linderos de la pirámide de Cholula albergaron a no menos de 5 mil personas, tal vez menos de las esperadas pero las suficientes para hacer salir, cerca de las 2 de la mañana, a un pelotón de MCs: el famoso Chuck D y el inconfundible Flavor Flav, y los hombres del Bomb Squad a recordar cómo a principios de los 90 alborotaban las calles de Nueva York convocando al Figth for the Power al Don´t Belive the Hype.

Era el cierre de una jornada demoledora, horas de glotonería musical y un cuerpo fragmentado por el frío y glaseado de polvo cholulteca que se resistía a dejarse vencer por el cansancio, con la promesa de que en cuanto terminaran los últimos acordes de la guitarra de Isaac Brock comenzaría el beat y la rima.

Atrás quedaba el largo set de los estadounidenses que conocerían la fama en 2004 gracias a su Good News for People Who Love Bad News, y que con su Float On le dieron identidad sonora a la primera versión del 72810.

Atrás estaba también los casi 60 minutos del hombre que se trajo de Londres ese clásico suyo Cut you ups y que llegó vestido como un ciudadano del siglo XIX con camisa de holanes y pesados ropajes para terminar cubierto sólo de una sudadera negra, transmutado de vampiro decimonónico a esa versión casi posmoderna que nos recetó Del Toro en su Blade II.

Más allá estaban también el rato, breve, breve, muy breve rato que nos regalaron los hermanos Pace, Amedeo y Simone, y la etérea voz de Kasu Makino, las tres piezas que conforman Blode Readhead, quienes recuperaron material de su disco 23, pero también de su Misery is a Butterfly para abrir con guitarras, teclados y batería por apenas un instante un sendero de sensualidad y nostalgia.

Z-Trip ya había apagado la computadora y guardado los vinilos, y los Wokies y los chicos de Austin TV colgado las máscaras con las que salieron al escenario. El pop de Torreblanca hace rato que se había diluido, tal vez entre el new rave de los noruegos de DataRock y sus sudaderas rojas o entre esa mezcla abigarrada que sale de las manos de Telefunka.

Lo cierto es que estábamos ahí, en medio del frio y el cansancio, esperando el primer verso de Chuck D o de Flavor Flav para volver a saltar. El Festival 72810 había cumplido.

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