La semana pasada salieron a la luz los llamados Papeles de Pandora, una filtración de casi 12 millones de archivos financieros secretos que llegaron hasta el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), quien convocó a 600 reporteros de 116 medios de todo el mundo para analizar e investigar la información que revela cómo los ricos y poderosos del mundo crearon empresas en paraísos fiscales para evadir pago de impuestos y esconder propiedades.
En ese contexto, rescato un borrador que se quedó en el tintero del apartado sobre Rafael Moreno Valle Suárez (papá del extinto Rafael Moreno Valle Rosas) del capítulo del libro Gobernadores, caciques del pasado y del presente, que editó el periodista e historiador Andrew Paxman, y que revela cómo el financiero no político de la familia tuvo una empresa de papel en Panamá.
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Esta es la historia:
Rafael Moreno Valle Suárez nació el 16 de marzo de 1943 en la Ciudad de México. Su padre, el general de mismo nombre, estaba aún construyendo su carrera médica y militar, lejos todavía de la política que habría de marcar la vida familiar por tres generaciones. Aún así, Moreno Valle Suárez nació vacunado contra ella.
—Había tenido un padre político, sabía lo que eso significaba. A él no le gusta la política y no la quería tampoco para sus hijos —cuenta un familiar de los Moreno Valle.
El segundo Rafael en la familia hizo estudios en escuelas privadas hasta 1961, cuando entró a estudiar la licenciatura en Contaduría Pública en la Escuela Nacional de Comercio y Administración de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Hijo de un senador de la República, no fue difícil conseguir un puesto de trabajo en la Secretaría de Hacienda en donde ocupó la jefatura del Departamento de Participación de Utilidades.
Al concluir su maestría en Administración de Empresas en Nueva York se incorporó a la división internacional del First National City Bank of New York —ahora conocido como Citybank— y seis años después fue designado director general del banco en Estados Unidos. El primer mexicano en ocupar ese cargo. Con el mismo nivel fue designado en las divisiones Bélgica-Luxemburgo y de ahí pasó a la sede de Italia.
En su regreso a México fue director corporativo de la minera Grupo México. Y junto con Juan Elek Klein, también exejecutivo del Citibank, abrieron en 1985 el despacho consultor Elek, Moreno Valle y asociados. En el libro La integración comercial de México, Estados Unidos y Canadá, editado por Siglo XXI y la UNAM, la investigadora Alejandra Salas-Porras señala que una de las firmas nacionales más importantes entre finales de la década de los 80s y principios de los 90s, es la que crearon Elek y Moreno Valle, dedicada “a asesorar la reestructuración financiera, los reacomodos y reajustes en la estructura de los grandes consorcios”. En el libro se señala que la firma acompañó procesos de compraventa de empresas con Grupo IGA y que fueron contratados por Nafinsa para la compraventa de la mina de Cananea.
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Unos años antes de su sociedad con Juan Elek, el 24 de febrero de 1981, para ser exactos, Moreno Valle Suárez registró junto con Rodrigo Castelazo Muriel y Raúl Baz Harvill la empresa Akalli Bull Carriers SA en Panamá. El trámite se realizó a través del despacho Icaza González-Ruiz & Alemán, uno de los muchos despachos para registro de empresas de papel en ese paraíso fiscal.
En los documentos oficiales se estableció que el objeto de la compañía era realizar inversiones a través de compra y venta de acciones de otras empresas, formar parte de sociedad colectivas, servir como empresa fiadora y otras acciones financieras posibles más. De acuerdo con el registro, la empresa se constituyó con un capital de 40 mil dólares dividido en 4 mil acciones. En el acta notarial se informa que Moreno Valle Suárez era el presidente de la sociedad, Baz Harvill el tesorero y Castelazo Muriel el secretario. Los tres tenían sus oficinas en Canoa 251, despacho 1001, en la Ciudad de México. El despacho pagó 51 Balboas —la moneda nacional de Panamá— por el trámite en el Registro Público de la Propiedad.
No hay en las bases de datos filtradas sobre paraísos fiscales o en internet registro alguno que indique con qué objetivo se constituyó esa empresa en Panamá.
Lo que sí hay es información de que en la primera mitad de los ochentas Raúl Baz Harvill fue el representante legal y director general del hipódromo de Agua Caliente, así lo ubica el periodista Julio Scherer en su libro La Terca Memoria. Eran los años en que el hipódromo estaba en manos del dueño del diario Ovaciones, Fernando González Díaz Lombardo en sociedad con el ex gobernador del Estado de México, Carlos Hank González.
Un apunte curioso, el permiso de operación para el hipódromo lo firmó Manuel Bartlett Díaz en 1973, cuando era titular de la Dirección General de Gobierno, una oficina de la Secretaría de Gobernación.
A mediados de los ochentas, Hank González, uno de los pilares políticos del grupo Atlacomulco, recibió de González Díaz Lombardo las acciones del hipódromo para saldar una deuda, y decidió cederle la propiedad completa a su hijo Jorge Hank Rhon.
A los Moreno Valle los une una larga relación de amistad y ayuda mutua con los Hank. Tras la caída del general del gobierno de Puebla, el primero de los rafaeles, el primero en ser gobernador, recibió 1 millón de pesos en tres momentos diferentes, 3 millones en total, “para no pasar estrecheces”, le dijo el hombre que acuñó aquella frase de “un político pobre es un pobre político”. El propio militar lo contó al periodista Miguel Reyes Razo tras la muerte de Carlos Hank González.
El general además fue el encargado de acompañar a Jorge Hank Rhon en su primera comunión, sellando así la relación entre las dos familias. Años después, el militar ayudaría al ahijado cuando fue detenido por el Ejército luego de que le fuera hallado un arsenal en su casa en Tijuana. El dato lo publica el periodista José Martínez en su libro Las enseñanzas del profesor: Grupo Atlacomulco. De Hank González a Peña Nieto.
La información más reciente ubica a Baz Harvill, el ex director del Hipódromo de Agua Caliente, como director de la empresa Grupo Petroquímico Beta, compañía fundada en 2004 por Moreno Valle Suárez. Es decir, la relación entre ambos no parece haber terminado.
Por su parte, Rodrigo Castelazo Muriel se adentró en el negocio cambiario y en 1988 abrió la empresa Arbitraje Casa de Cambio ubicada en la Ciudad de México. En julio de 2002 fue detenido y encarcelado, acusado de fraude estimado en 170 millones de pesos. En 2007 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público le revocó el permiso, aunque desde abril de 2001 había sido intervenida por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y había dejado de funcionar.
Finalmente, en abril de 2016, el gobierno de Panamá enlistó a Akalli Bulk Carriers, la empresa en la que se encontraron Moreno Valle Suárez, Baz Harvill y Castelazo Muriel como parte del grupo de compañías con una morosidad de diez años en el pago de la Tasa Única, una obligación tributaria, con lo que se considera disuelta.