Lado B
I Care a Lot o ¡ese maldito thriller que no pudo ser!
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
11 de marzo, 2021
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I Care a Lot parece haber vuelto locos a un puñado de espectadores en Netflix desde que fue añadida en su catálogo, según algunos, por las potentes actuaciones de parte de su reparto. Y porque se trata de nada menos que un thriller de “empoderamiento femenino que nos hará cuestionar muchas problemáticas sociales a la vez de aplastar el tan nefasto patriarcado”. ¡Oh, sí! ¡Necesitamos más películas de este tipo!

Y es que luego de su sorpresivo paso por los últimos —y digitales— Golden Globes, donde la importante nominación a Mejor Actriz Principal se la llevó nada menos que mi diosa británica Rosamund Pike, ha sido casi menester para algunos críticos —incluyéndome, por supuesto— visionar esta importante joya cinematográfica del siglo XXI porque de no hacerlo seguro que nos estaríamos perdiendo la próxima ganadora al Oscar a Mejor Película. 

Ok, ya hablando enserio. Me parece sorprendente que algo como I Care a Lot pisara siquiera las alfombras virtuales de dicho festival. De hecho, más sorprendente me parece que muchos intenten venderte esta película como una de las mejores cintas del año con diferencia. Es más, me sorprende que si quiera se la estén tomando enserio.

La pandemia sí que nos ha pegado bastante duro en muchos aspectos. Ya no solo en lo económico, social y psicológico. ¡Qué va! En cuanto a candidatas para importantes galardones nos está atrofiando el buen gusto. Algo me dice que no quedan muchas películas interesantes para premiar este año y cualquier cosa que sea mínimamente entretenida, parecerá una obra maestra con tan poco.  

La filosofía de Netflix consiste en apostar por tantas cosas —en cualquier formato y género— ya que entre los bodrios que produce segurísimo que algo bueno siempre saldrá flote. No obstante, hay películas tan pero tan malas, tan pero tan repulsivas, que la verdad uno nunca entiende cómo un día puedes encontrarte algo tan maravilloso como The Devil All The Time (2020) pero en otro estás sentado frente I Care a Lot (2021), con ganas de convencerte que tal vez te equivocaste de película al buscarla. ¡Qué embrollo!

De acuerdo, admitamos lo que no puede ser cuestionado: Rosamund Pike es fantástica. De hecho, la única nominación de esta película y, por ende, su único triunfo para fortuna de su carrera, es más que merecido. Un papel a la altura. Un papel de puta madre, pero después de esto, no sé qué otra cosa elogiar

Bueno, tal vez sí. Un arranque poderoso y prometedor; de maestría y calidad, que te hace recordar mucho los comienzos de su director. 

I Care a Lot fue escrita y dirigida por nada menos que el inglés Jonathan Blakeson, que para quien no tenga ni una fucking idea de quién se trata, es nada menos que el autor intelectual detrás de una de mis películas británicas, independientes y minimalistas, de temáticas de “encierros” preferidas de toda la vida: The Disappearance of Alice Creed (2009). 

También puedes leer: 10 intensas películas de encierros, secuestros y obsesión   

La historia de un secuestro contado simplemente por tres personajes en una única locación. La víctima interpretada por nada menos que una joven, pero talentosísima Gemma Arterton. Y los secuestradores: el actor y exfutbolista escocés Martin Compston (de la cinta The Wee Man y la serie The Nest) y el multifacético —con una carrera más vigente todavía— Eddie Marsan (de Atómica o The Gentleman) en un potente thriller refinado que lo catapultaría como toda una promesa para la industria, siendo apenas su ópera prima. 

Cualquiera que haya visto The Disappearance of Alice Creed (2009) sabrá de antemano que mucho de su estilo y esencia está vertido en su más reciente película como si de una fórmula se tratara: el arranque glorioso que establece desde los primeros minutos el dinamismo y frescura que tiene como director. Una historia que parece sencilla de contar pero que encierra más de un misterio. Personajes bien construidos con quienes hasta puedes empatizar. Y la cereza del pastel como sello personal: una mujer como protagonista o eje primordial de la trama que hará más potente e interesante el desarrollo. 

Todos estos elementos, sin ninguna excepción, los tiene I Care a Lot. TODOS —incluyendo la horrible The 5th Wave (2016) que me parece lo peor que ha hecho en toda su maldita carrera, pero ignoremos por un momento que filmó esa cosa—. El único problema, es que solo es capaz de mantenerlos en funcionamiento la primera hora de la película. Después de esto, vemos cómo el castillo que parecía tener buenos soportes empieza a caerse con tan poco. Con cada giro y estratagema barata de una forma tan estúpida que te hace sentir incluso pena ajena. Y una muy pero muy molesta. 

Jonathan Blakeson abandona el minimalismo y las historias de secuestro para introducirnos ahora al turbio mundo de Marla Grayson, una mujer sin escrúpulos —¡mi amada Rosamund, por supuesto!— que hace hasta lo imposible en su papel como tutora legal de ancianos jubilados —una crítica al deficiente sistema de EE.UU. y esos pequeños pero importantes huecos que pueden ser burlados fácilmente— para sacarles provecho y llenarse los bolsillos. 

I Care akk Lot o ¡ese maldito thriller que no pudo ser!

Foto: Netflix

Pero sin darse cuenta que tarde o temprano este turbio negocio penderá de un hilo al toparse con la anciana equivocada. Sobre todo, si esta posee contactos mucho más poderosos que ella… como la mafia rusa, por ejemplo. 

¡Uhh! Vaya que suena muy interesante. Pero la verdad cómo me fastidia que sea así. Es decir, el arranque y su premisa es demasiado buena. De hecho, demasiado entretenida y envolvente. Pero ahora caigo en cuenta de que solo se trata de una simple carnada atrapa bobos. 

Señores, lo que vamos a ver no es más que una cinta encargada del empoderamiento injustificado, del embellecimiento exagerado, y de la glorificación absurda del personaje de Marla como una tirana “brillante, sensual y decidida” a la que todo le sale bien. Que se burla del sistema legal. Que se burla de los hombres y pasa por encima de ellos. Que es lesbiana —y por eso es más interesante—. Y que será hecha para que la odies ya que pese a ser una horrible persona, que comete cientos de crímenes, TODO LE SALE BIEN.

¿Recuerdan aquella bellísima frase de Paulo Coelho “cuando realmente se desea algo el universo conspira para que lo consigas”? ¡Bueno! En este caso: ¡cuando Marla realmente desea algo con todas sus fuerzas el maldito guion conspira para que ella lo consiga! Bajo el mismo discurso barato de “yo nací para ser el lobo y no la oveja; yo nací para ser exitosa y no pobre; yo nací para ser una mujer que reina en un mundo de hombres”. Qué payasada. 

Y no se confundan, no estoy criticando el evidente halo feminista de la película. Mucho menos a Rosamund Pike porque ya establecimos que está perfecta. Con sus gestos, con su determinante actuación, con su maldita personalidad que le dota a Marla de tremenda elegancia y locura. Una mujer implacable sin empatía, que recuerda incluso a su personaje en Gone Girl (2014) —otra de sus más increíbles actuaciones—: Amy Elliot Dunne. De hecho, hasta podría ser el mismo personaje en otra de sus enfermas aventuras si así quiere verse. 

Lo que estoy criticando son las conveniencias argumentales o los huecos de la historia. Ahí sí que no hay nada perfecto. Porque si Marla no tiene a un amigo conocido en el área que le haga “el favor” de salirse con la suya, o los tiene comprados o los tiene engañados o los tiene hipnotizados. Todo de una manera tan poco creíble que para cuando llega el punto de inflexión en la trama, dejaremos de ver un thriller fascinante y prometedor, muy al estilo de los orígenes de Jonathan Blakeson… para volverse una muy pero muy mala caricatura de sí misma. 

En defensa de estos detalles, he visto a mucha gente justificar la película por ser, de hecho, “una comedia negra”. Y sí, es verdad, lo es. Percibo su sentido del humor. Lo que no logro percibir es la gracia. Ni mucho menos la lógica en la que se construye el chiste. Porque hasta para hacer una cinta de humor negro, debes seguir ciertos lineamientos al pie de la letra. 

O déjenme pensarlo bien. Debe ser gracioso que el Juez no sepa ni un carajo de lo que está haciendo con su puesto. Que ni siquiera ponga en duda a esta tirana empoderada debido a que por ser hombre es un estúpido. O que Marla, a mitad de la película, pase de ser una “brillante empresaria” a una “boy scout con unos instintos de supervivencia que te cagas para salir ilesa de la maldita mafia rusa —así es: SALIR ILESA DE LA MALDITA MAFIA RUSA— y no solo eso. También para darles caza y lograr burlar a todos estos sujetos secuestrando fácilmente a su jefe. Y es que, no me jodan, ni Rambo se atrevió a tanto.  

Es más, me mata de risa que todos estos gángsters sean tan patéticos, absurdos y de caricatura barata que no puedan ser capaces siquiera de meterles un balazo en la cabeza a sus enemigos para terminar el trabajo de una vez y para siempre cuando están a su merced. Pero oh, claro, la película terminaría muy rápido. No sería “lo suficientemente feminista”. Vamos a seguir con esta fantasía húmeda de empoderamiento injustificado. Ahora sabemos que la conveniencia más grande de esta historia es que estos matones NO SEPAN MATAR. 

Debe ser tremendamente graciosísimo. Seguro que porque es una comedia negra todo esto queda justificado. Sí, seguro que sí.

Y hablando de matones, el jefe de la mafia, Roman Lunyov, interpretado por el magnífico Peter Dinklage —Tyrion Lannister en la serie Game of Thrones— también está bastante bien. Llega a regalarnos un villano inquietante que se construye con tremendo misticismo y “obscuridad” a tal punto que hasta sientes afinidad a él. Cierto respeto y temor con lo poco que vamos descubriendo.

I Care akk Lot o ¡ese maldito thriller que no pudo ser!

Foto: Netflix

De hecho, es interesante cómo puede llegar a ser casi que un antihéroe a la vista del espectador cuando Marla ya te sacó de quicio. Un villano a la altura —¿ven? Ese sí que es humor negro— de la propia maldad de la protagonista.

Porque de un momento a otro, la trama pasa de ser un thriller de negocios turbios a una competencia de mentes malignas para ver quién es el más perverso de los dos. Interesante premisa, claro, que termina siendo opacada por semejantes cagadas argumentales. 

También tenemos a nuestra queridísima paisana Eiza González que de un tiempo a otro ha estado presente en diversas producciones hollywoodenses. Ya la vimos en Baby Driver (2017), Alita: Battle Angel (2019); o en Bloodshot (2020). Y aparecerá en la próxima película del MonsterVerse: Godzilla vs Kong este mismo año. Toda una promesa mexicana en tierras gringas. 

Ha mejorado mucho desde entonces, pero con su papel de Fran en I Care A Lot, como la socia y pareja sentimental de Marla, me parece, ha encontrado su mejor actuación hasta la fecha. Humana, creíble y muy pero muy simpática. La conexión que tiene con Rosamund Pike está tremendamente bien conseguida. De eso no voy a decir ni pío. 

No obstante, como producto final queda bastante desbalanceado. Tanto que ya para mitad de la película dejas de prestarle la misma atención de como cuando empezaste a verla. Te hace gracia. Da pena ajena. Quieres que termine de una vez por todas. Y cada situación que sucede es un “quiero y no puedo” constante: “Quiero ser una gran película feminista… pero no puedo porque soy muy boba por darte un personaje convenientemente empoderado por el guion”. “Quiero ser un thriller de categoría, pero no puedo porque no sé cómo mantener el suspenso de manera realista”.

“Quiero darte un final inesperado, ‘moralista y justo’ para con su personaje, pero llega demasiado tarde y no he podido salvar la lógica de mi narrativa”. ¡Ña, ña, ña! Lloriqueos es lo único que escuchas al final de la cinta. Muchos, pero muchos lloriqueos. Porque eso es I Care a Lot, queridos padawans… ese maldito thriller —prometedor y alucinante— que no pudo ser

¿Y A MÍ QUIÉN ME CUIDA DE ESTAS HORRIBLES PELÍCULAS

 

Sinopsis:

“Marla Grayson (Rosamund Pike) no tiene escrúpulos a la hora de beneficiarse de los demás. Después de haberse aprovechado de docenas de jubilados como tutora legal, ella y su compañera Fran (Eiza González) ven a Jennifer Peterson (Dianne Wiest) como la nueva víctima: una gallina de los huevos de oro a la que pueden desplumar fácilmente. Pero mientras intentan llevar a cabo su plan, Marla y Fran descubren que la señora Peterson no es lo que creían, y que sus actos han entorpecido la labor de un importante criminal (Peter Dinklage).”

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Autor Lado B
Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
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