En algún momento de la historia, el compositor para cine Bernard Hermann diría que la música en las películas busca intensificar los pensamientos de los personajes, aportándole a las escenas sensaciones que van desde la alegría y la miseria, hasta el terror; sin pasar por alto la hazaña de conectar a la audiencia con lo que ocurre en la pantalla. Debido a semejante potencial, el casi infinito reacomodo de las notas musicales se ha hecho presente en proyecciones de filmes mudos, prácticamente desde los albores del cine.  

Así, con motivo de la sexta edición del Festival Internacional de Cine Silente México, oriundo de Puebla, se ofreció una charla virtual titulada Música, cine silente y perspectiva de género. El encuentro en línea moderado por Alejandra Calleja Toxqui —productora ejecutiva del festival— tuvo entre sus ejes escuchar las experiencias colaborativas de Lorena Ruiz Trejo y María Fernanda García Solar, en su trabajo de musicalización para Cinema’s First Nasty Women, un conjunto de cuatro discos DVD o BD que reúne casi 100 producciones silentes, de finales del siglo XIX y primeras décadas del XX, entre cuyos temas se incluyen protestas feministas, juegos de género y comedia física. 

El Festival —desarrollado en formato híbrido del 23 al 27 de noviembre— que define como propósito “celebrar la evolución del cine como arte de entretenimiento, formación y emancipación”, se caracteriza por dar visibilidad a producciones silentes del pasado, así como por mantener vivo el mutismo, al modo de una elección estética; pues mediante una convocatoria, selecciona y premia realizaciones que, sin necesidad de diálogos, desenvuelven tramas en diferentes géneros cinematográficos. 

Además, acostumbra rendir homenaje a mujeres que se han convertido en figuras encomiables para la supervivencia, la investigación y la difusión de esta manifestación artística.

El reencuentro con mujeres del pasado

Foto: Festival Internacional de Cine Silente México – FIC Silente MX | Facebook

Traducido del inglés como “Las primeras mujeres desagradables del cine”, Cinema’s First Nasty Women fue un trabajo colaborativo que involucró entre sus elementos a García Solar (pianista) y Ruiz Trejo (músico percusionista) y las académicas responsables de la curaduría de los filmes: Laura Horak (profesora asociada de Estudios cinematográficos en la Universidad de Carleton, Canadá), Maggie Hennefeld (profesora asociada de Estudios culturales y Literatura comparada en la Universidad de Minnesota) y Elif Rongen-Kaynakçi (curadora del EYE Filmmuseum, Países Bajos).

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Mediante una reapropiación de la expresión anglosajona, nasty woman —que hacia 2016 emitiera el ahora expresidente Donald Trump, durante el tercer debate por el cargo ejecutivo de Estados Unidos—, las académicas, por un lado, buscaron mostrar lo antiguas que son las luchas de las mujeres y, por otro, hacerse eco de un llamado feminista que elogia, básicamente, la diversidad sexual, la heterogeneidad social y la negativa de las mujeres a comportarse de modo servil. 

Por su parte, García Solar y Ruiz Trejo asumieron la tarea de musicalizar algunas de las producciones desde una perspectiva de género, pues subrayaron que después de ver las películas que se les asignaron, investigar sobre los periodos y países en que se rodaron, discutir sus propuestas sonoras en reuniones a distancia y ser guiadas por Hennefeld, Horak y Rongen-Kaynakçi, se cuestionaron (desde su papel de compositoras) varios aspectos, entre ellos: qué efectos visuales de las escenas debían destacar con su música, qué géneros musicales debían escoger para tal efecto y con cuáles instrumentos los ejecutarían, todo esto dentro de una postura feminista crítica y audible respecto al pasado. 

Pues, como lo sintetizó Serralde Ruiz: “la decisión musical frente a una película muda es política; o sea, toda la música que usamos (…), toda elección es política».

Foto: Festival Internacional de Cine Silente México – FIC Silente MX | Facebook

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Ruiz Trejo y García Solar trabajaron durante meses para establecer puentes de comunicación entre espectadores y personajes, teniendo presentes la vigencia de las inconformidades de las mujeres de aquel tiempo, y el humor con que las asimilaron o evidenciaron.

En el proceso, definieron un trío conformado por violín (a cargo de Nadia Cano), piano y percusiones. El piano solía ser el primero en grabarse, dado que sincronizaba los filmes, fungiendo como acompañamiento o brindando efectos de sonido, los cuales se vieron particularmente enriquecidos por los instrumentos percutidos. 

Sin embargo, ello no significa que accedieran a alterar los discursos originales de los filmes silentes, bajo el amparo de las composiciones; puesto que además de contar con la tutela de las curadoras, priorizaron el poder empatizar con los papeles interpretados por las actrices y actores proyectados en pantalla.

Cinema’s First Nasty Women es la consolidación de un esfuerzo que regresa la mirada al ayer, debido, en parte, a la compatibilidad que seguimos teniendo con él, en un sentido negativo y positivo a la vez. Los problemas y las injusticias poco han cambiado desde hace más de un siglo, pero los gestos que los denuncian resuenan aún pasados los años, por cómo logran identificarse en los rostros del presente, afianzando así su reverberación centenaria.

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Cinema’s First Nasty Women —proyecto consumado por medio de la colaboración de varias instituciones, entre ellas: el Instituto Británico de Cine, la Fundación Pathé, el Instituto Sueco de Cine, la Biblioteca del Congreso de Norteamérica y el Festival Internacional de Cine Silente México—, estará disponible para la venta a partir de mayo del siguiente año.

*Foto de portada: Cinema’s First Nasty Women | Facebook