Bienvenidas al país de la simulación, donde diseñamos políticas públicas para hacerle al cuento, hablamos de justicia para taparle un ojo al macho (sobre todo si queremos hacerlo gobernador), y creamos leyes para darles atole con el dedo, mientras nosotras estamos ocupadas en mantenernos vivas.
No podemos negar, queridas todas, y es necesario darle su bien ganado crédito por ello, que el gobierno del estado ha sido congruente y tenaz en mantener a la alza los delitos contra las mujeres. ¡Bravo, gobernador!, ¡bravo, fiscal! ¡Bravo, bravo!
Y bueno, en Morena no se quedan atrás en reconocimiento. Por favor, una ovación de pie para López Obrador y Mario Delgado que se mantiene ecuánimes, como la mamá de Gordolfo Gelatino (ok, ya soy de cierta edad, si no entienden esta referencia google it), defendiendo a su delfín guerrerense, el violador Félix Salgado Macedonio.
(Por cierto, ya habrá oportunidad de hablar del macho poblano que despacha en el Congreso, aunque quiere hacerlo en el Palacio Municipal).
Tremendas maromas las que se han aventado los y LAS integrantes de ese partido para fingir demencia y mirar para otro lado.
Y mientras todo eso pasa, las mujeres nos hacemos bolas con las triples jornadas, los gastos que han aumentado en pandemia y el desempleo.
Esta semana, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) dio a conocer que la pandemia ha generado un retroceso de más de una década en los avances logrados en materia de participación laboral para las mujeres de América Latina y el Caribe.
¿Y cómo no? Si no hay políticas públicas para las mujeres que maternan y ahora también asumen la responsabilidad docente que implica el confinamiento; la discusión sobre abrir las escuelas nunca se ha dado de manera seria en el país, pero tampoco se ha pensado en otro tipo de apoyos, incluso económicos, para aliviar esa carga (que claro, seguramente recaería en otra mujer, pero al menos significaría un ingreso para alguien).