A pesar de que en México se registran anualmente unos 6 mil nuevos casos de cáncer infantil, el 65 por ciento se diagnostican en etapas avanzadas, lo que reduce la efectividad de los tratamientos y disminuye el rango de supervivencia en los menores, de acuerdo con cifras de la Organización Panamericana de la Salud.
La Clínica de Prevención y Detección Oportuna del Cáncer, ubicada en la Torre Médica del Hospital Universitario de la BUAP, realiza al mes aproximadamente 250 consultas y exámenes para el diagnóstico de algún tipo de cáncer en población de diferentes edades. No obstante, del total solo el 1 por ciento corresponde a población infantil. Esto revela que hay un nivel muy bajo de detección oportuna en este sector.
Este fenómeno se encuentra estrechamente relacionado con la sintomatología que presentan los niños y adolescentes, pues comúnmente se confunde con otros padecimientos, refirió en entrevista la doctora Aurea Vera Loaiza, coordinadora de esta clínica, que opera desde septiembre de 2017 gracias a una colaboración entre la BUAP y el Instituto Nacional de Cancerología (INCan).
Vera Loaiza destacó que el cáncer infantil no se distingue, de ahí la importancia de tomar en cuenta síntomas como: crecimiento del abdomen, fiebres frecuentes y sin motivo, falta de energía, sueño y cansancio, moretones, sangrados, dolores de cabeza, pérdida de equilibrio, luz blanca en un ojo, dolor de huesos y articulaciones, pérdida de peso y crecimiento de ganglios o bolitas en el cuerpo.