Ociel Mora

@ocielmora

[dropcap type=»1″]L[/dropcap]as muertas de Puebla ya están en las primeras planas del mundo. Ayer en El país, en su edición internacional, en la parte inferior derecha de su primera plana apareció En Puebla la muerte tiene nombre de mujer. Para que no haya duda de su pertinencia, el reportaje se publica justo en la fecha en que se celebra El día internacional de la mujer.

El dato no es la demanda de justicia de los familiares de las muertas y el reclamo de la sociedad organizada, sino el silencio sepulcral que guarda el gobierno del estado, ante uno de los temas más dolorosos y por lo tanto condenables.

Como se ve, el señor gobernador anda muy atareado en lo que en verdad es su preocupación suprema, y tal vez única: torpedear a los partido de oposición para imponer como gobernador a su candidato. Mientras el surco de sangre se riega en los valles centrales de la entidad, él le mete mano a la elección y sale a cubierta y reta a los marinistas. Pide que lo midan con Mario Marín. Como si de verás el ex gobernador fuera una referencia de buen gobierno. Sin embargo, y por paradójico que sea, puede que para los morenovallistas lo sea y en grado superlativo.

Y para que no quepa duda de que matar mujeres en Puebla se ha vuelto un suceso ordinario, y que en las más de las veces no pasa nada, ayer martes le tocó a Mercedes. Con ella suman 19 muertas en lo que va del nuevo año. Lo poco que se sabe a esta hora es por testimonios de testigos, porque la autoridad no ha dicho nada, y en caso de hacerlo reducirá todo a la presencia de gente extraña o que vienen de fuera, o una nimiedad así. Al parecer dos personas le dispararon a la cabeza desde una motocicleta y, muy campantes, se fueron. No ocurrió en ninguna de las sierras sino en una junta auxiliar de San Pedro Cholula. En las zona conurbada con la capital.

[pull_quote_right]Si el estado-gobierno se manifiesta incapaz de hacerlo, como parece ocurrir en Puebla, en los hechos esta rompiendo el contrato social mediante el cual se establece la formula gobernantes- gobernados, en la que unos mandan y los otros obedecen. Si la unidad se rompe, se rompe la legitimidad, y los ciudadano no están obligados a obedecer.[/pull_quote_right]

Ante el escandalo por las muertas y la presión social, el gobierno mandó que la comisión Estatal de Derechos Humanos insertara en los medios de comunicación mensajes publicitarios. La CEDH es una de las instituciones más desprestigiadas de cuantas haya en el país. Nadie cree en su palabra.

Alguien me dice que la publicidad en curso tiene como fin meterle dinero a los medios para ocultar el tema de las muertas. Enterrarlo. Que no se hable. Puebla vive un momento de emergencia, que reclama acciones de gobierno específicas en ese sentido. Pero no las hay. Lo que hay es propaganda. Y la propaganda por sí misma es engaño. Engaño deliberado.

Como los saben los especialistas. El estado como organización política suprema, como gobierno pues, justifica su existencia en la medida que garantiza en primerísimo lugar la seguridad de las personas. Si el estado-gobierno se manifiesta incapaz de hacerlo, como parece ocurrir en Puebla, en los hechos esta rompiendo el contrato social mediante el cual se establece la formula gobernantes- gobernados, en la que unos mandan y los otros obedecen. Si la unidad se rompe, se rompe la legitimidad, y los ciudadano no están obligados a obedecer.

Me parece que el gobierno estatal, en la medida de sus obligaciones, debe salirse de la disputa electoral en curso y emprender acciones en favor de la vida, en la dirección y en el marco de lo que juró cumplir y hacer cumplir. No más, no menos. Aunque hay que decirlo también, el asesinato de mujeres no es un tema privativo de la entidad poblana. Pero no lo que no se puede hacer es disociarlo de las formas de gobierno del PAN. El fenómeno comenzó en Chihuahua con un gobierno panista casualmente. El de Francisco Barrio.

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