Lado B
Blanca Alcalá y el nervio ausente
hay un dato que no se debe omitir en el actual proceso electoral para nombrar un nuevo gobernador.
Por Ociel Mora @ocielmora
21 de febrero, 2016
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Ociel Mora

@ocielmora

[dropcap]H[/dropcap]ay un dato que no se debe omitir en el actual proceso electoral para nombrar un nuevo gobernador.

Al final de sexenio queda más que claro que para el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas el señor Mario Marón Torres, como servidor público, fue un hombre “honrado” y “cabal”.

Pues al cabo de seis años el ex gobernador no sólo no ha sido acusado de nada y mucho menos procesado, sino que incluso se ha hecho acreedor a todos los respetos del morenovallismo.

Y hasta se podría presumir que hay un acuerdo entre ambos personajes, pues cada que Moreno Valle entra en apuros recurre a la figura del marinismo, la agita en los medios, recibe el aplauso de sus corifeos, y ambos siguen su marcha muy campantes.

Queda claro que en el fondo no hay desacuerdo, sino ciertas maneras de complicidad fincada en sepa Dios qué motivos o razones. Hay algo oculto que se columbra.

Sí, hacia principios de sexenio hubo un par de escaramuzas muy vistosas, pero se supo poco después que fueron montadas para regocijo de la plebe, y al cabo, y como fue previsto, las cosas no pasaron a más.

En general para Moreno Valle los pecados capitales de Mario Marín como gobernador fueron dos: ser chaparrito y prietito, y en algún momento de arrebato eufórico haberse equiparado con el benemérito Benito Juárez.

De esa condición social se agarró hace seis años para enderezar una campaña de racismo en su contra, y en contra de todos los de su condición étnica.

Al final esa campaña negra pesó negativamente en Javier López Zavala, quien no sólo fue acusado de ser indio chiapaneco sino incluso guatemalteco.

[pull_quote_right]Muchos esperaban ayer que la candidata abanderara uno de los acontecimientos más dolorosos para las familias poblanas. La ola de feminicidios; están matando a nuestras hijas, hermanas, parientas y nadie levanta la voz en su defensa.[/pull_quote_right]

Ya se sabe que ser indio guatemalteco, en el imaginario de ciertos grupos conservadores vinculados con el PAN, es mucho peor que ser indio mexicano.

Como se recordará, cuando prendió el caso de la señora Lydia Cacho, el ahora gobernador era senador de la República, y la violación a los derechos humanos de la periodista no le mereció ningún comentario.

Por lo demás, todo mundo sabe que si en algo ha sido inclemente este gobierno es en la procuración de los derechos fundamentales, incluso se puede decir que se ha institucionalizado en leyes su persecución.

Mario Marín reapareció ayer en el registro de la candidatura a gobernadora de Blanca Alcalá. Acompañado de muchos que fueron funcionarios en su gobierno y ahora lo siguen siendo en el gobierno federal o tienen tareas de representación política en el congreso federal y estatal.

Seguramente esos personajes tienen su influencia y sus clientelas en el Revolucionario Institucional, y como queda dicho, el gobierno de Moreno Valle no ha encontrado nada contra ellos, o ha llegado a acuerdos de trasmano con ellos.

También pueden alegar en ese sentido que el de ayer fue un acto de partido y como tal sus miembros ejercen derechos de membresía.

Y al final, y puestos ambos gobiernos en paralelo, el de Marín ha cobrado un brillo que no tuvo en su momento. O lo ha ganado gracias a la precariedad del otro.

O acaso será que la podredumbre de nuestra clase política nos ha llevado a un punto en el que cada vez se cae más abajo en el pozo de las inmundicias.

Por lo visto ayer, Blanca Alcalá no acaba de encontrar el nervio del malestar generalizada en contra de este gobierno; que le permita aglutinar en un puño el malestar de todos, y los electores podamos cobrar en las urnas todos los agravios.

No lo ha encontrado como sí lo encontró hace seis años Moreno Valle, y le permitió derrotar a sus compinches, los priistas.

Muchos esperaban ayer que la candidata abanderara uno de los acontecimientos más dolorosos para las familias poblanas. La ola de feminicidios; están matando a nuestras hijas, hermanas, parientas y nadie levanta la voz en su defensa.

Tengo la sospecha que sus asesores actúan como si se tratara de ganar la presidencia auxiliar de alguna demarcación del municipal de Huauchinango.

Desaprovecharon la presencia de los representantes de millón y medio de indígenas poblanas que, en un acto simbólico, le hicieran entrega del bastón de mando, es otro error garrafal.

Pudo haber dicho que como gobernadora su compromiso será con los derechos consuetudinarios de los primeros habitantes de estas tierras llamadas Puebla, y que en su gobierno habrá un respecto puntual a las leyes mexicanas en la materia y a los tratados internacionales firmados por México.

Ya se sabe que los indios han sido los mas vilipendiados por este gobierno, no sólo en materia de políticas públicas, sino que prácticamente su territorio ha sido entregado a mineras y talamontes.

También pudo haber dicho que en su gobierno no habrá presos políticos, o que como ex presidenta de la Comisión de Cultura del Senado su compromiso es con la defensa del patrimonio cultural. Pero no.

ocielmora@gmail.com

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Autor Lado B
Ociel Mora
Tiene estudios en antropología social. Es autor de varios ensayos de interés académico, y de un par de libritos sobre el impacto de las políticas liberales en los pueblos indios en el XIX. Ha trabajado en el INAH y Culturas Populares en diferentes momentos y estados de la República. En el sector social, es parte de Perspectivas Interdisciplinarias A.C. En el privado, se desempeña como consultor para el desarrollo y combate a la pobreza en áreas indígenas. Ha publicado cerca de cinco mil artículos de opinión dispersos en diarios nacionales y revistas como El Universal, Excelsior, y Plural. En Puebla se arrogó el inmerecido título de columnista por varios años en Intolerancia y El Sol de Puebla. En un acto fugaz animo la publicación Barbarie. La ciudad letrada.
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