@ladobemx
Se estima que hoy en día 900 mil sirios son refugiados en los campos de Turquía, Irak, entre otros; sin embargo, más de 2.5 millones de sirios han abandonado su país, encontrándose, al igual que los refugiados, con la precariedad de estos campos, al pago de un alquiler por el terreno donde montan precarias tiendas de campaña en el Líbano, y ahora se suman los operativos de las fuerzas de seguridad de los países a los que entran en condición irregular.
Mientras los combates prosiguen en Siria, familias desesperadas escapan hacia el oeste rumbo a Grecia. Pero en este país no reciben precisamente una bienvenida calurosa, ya que actualmente se llevan a cabo masivos operativos para cerrar las fronteras y reunir a quienes las autoridades consideran “inmigrantes ilegales”, mediante detenciones arbitrarias, centros de detención en malas condiciones y una fuerte caracterización racial.
Desde el inicio de las operaciones, en agosto de 2012, organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes, entre otras, denuncian los maltratos que sufren estas personas, así como las pésimas condiciones de detención.
Cientos de efectivos participan en la “Operación Aspis”, en la nororiental región de Evros, en la frontera con Turquía, y la “Operación Xenios Zeus”, en todo el país.
La guardia fronteriza ubica a las personas que intentan ingresar en territorio griego y las disuaden de hacerlo. Para ello cuentan con equipamiento de alta tecnología, adquirido con ayuda de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE).
Mientras, la policía registra la región fronteriza en busca de personas sin documentos en regla, entre las que hay algunas refugiadas, y las manda a improvisados campamentos de detención.
Durante una visita a este país a mediados de enero, una delegación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE, en inglés) urgió a los miembros de la UE a solidarizarse con Grecia en esta “crisis migratoria”.
PACE deploró la detención de ciudadanos sirios, pues equivale a impedirles que soliciten asilo porque carecen de asistencia legal, de servicios de interpretación y de información en los centros de detención.
Continúe leyendo el reportaje completo de Apostolis Fotiadis, publicado en Periodismo Humano en el siguiente link.
EL PEPO