Luz del Rayo Cano

Estimada lectora, querido lector, ¿quieren aprender a bailar salsa con un profesional?

Si la respuesta es afirmativa entonces Carlos “el cumbianchero” Palafox les tiene la solución: clases gratuitas el próximo 16 de junio para bailar salsa en el salón de usos múltiples de ciudad Judicial impartidas por, ni más ni menos, el maestro Willy Saavedra (artista, productor y conductor de TV con Juan Carlos Valerio en Imagen Televisión).

Si, Carlos Palafox, todavía presidente del Consejo de la Judicatura del Estado en vez de atender las necesidades de los órganos jurisdiccionales integrantes del Poder Judicial de la Entidad se dedica a malgastar los recursos de los órganos impartidores de justicia en contratar a un famoso maestro para que imparta clases de salsa.

Recientemente quien a mi juicio es el edil más poderoso de Puebla (y no, no me refiero al oriundo de Toluca) me dijo que Palafox nunca había manejado ni veinte mil pesos de presupuesto, y que por ello no sabía que hacer como titular de uno de los tres poderes del Estado con miles de millones a su disposición, y que esa circunstancia le habría ocasionado alergia al dinero.

Afirmación que ante la contundencia demostrativa de los hechos recientes nos lleva a considerarla digna de crédito.

Veamos, Palafox en estos más de seis meses de gestión ha ignorado olímpicamente los reclamos de los trabajadores judiciales.

Tan es así qué hay casos de trabajadores que no cobran su sueldo desde enero de este año. Otros que pelearon por un mejor salario, los obligaron a renunciar con la promesa de ser recontratados con otro sueldo, y si les aceptaron su renuncia pero nunca fueron nombrados en el mejor puesto y lo peor es que desde marzo siguen laborando como si nada hubiera pasado.

También puedes leer: Tiempos oscuros en el Poder Judicial

Amén de ello debe decirse que los juzgados no tienen lo mínimo para trabajar, vamos ni un servicio de internet suficiente para cargar el sistema de gestión judicial, y así que nosotros, los litigantes, no nos enteremos de los acuerdos que recaigan en los asuntos en los que intervenimos.

Además ya quitaron las impresoras de los juzgados, y las que las tienen las tienen en renta a una compañía que las mantiene en pésimas condiciones.

Y qué decir de las justas protestas salariales de los trabajadores judiciales. A los defensores públicos les ofrecieron 500 pesos de aumento siendo que muchos son hasta Doctores en Derecho especializados en el extranjero en materia de oralidad penal.

Mientras la titular de la Defensoria Pública, Dulce María García Chavez, solo denosta, humilla y maltrata a sus defensores exigiéndoles les manden ubicación en tiempo real, además de exigirles que vayan a cursos y todavía los amenaza diciéndoles que si no están a gusto la puerta está muy abierta.

Pero la tragedia judicial no se acaba ahí . No, debe hacerse público el hecho de que Palafox ha contratado cerca de la plaza comercial Paseo Destino un edificio inteligente para albergar las nuevas oficinas de lujo del Consejo de la Judicatura del Poder Judicial del Estado a cambio de una cantidad multimillonaria al mes aunque lo cierto es que ese edificio es propiedad de uno de los hijos de un exgobernador, quien dijo ser el mejor amigo del difunto Barbosa y ahora financia la precampaña de su archienemigo, una corcholata de bigote abundante .

O sea , la lealtad dura mientras el poder dura.

En tanto, las comisiones negociadoras de la base trabajadora y de los secretarios de acuerdo y jefes de causas son engañadas por Palafox, quien los ha invitado a redactar juntos el presupuesto del próximo año del Tribunal Superior de Justicia, siendo que lo que más tiene el poder judicial es dinero y tan es así que el antiguo palacio de justicia (5 oriente 9, Colonia Centro) ahora alberga el Instituto de Formación Judicial, cuando bien podría hacerlo sede del Consejo de la Judicatura, pero Carlos Palafox quiere un edificio nuevo con mobiliario recién salido de la tienda tan solo para él y mientras quienes si trabajan en el poder judicial no reciben sueldo alguno.

Finalmente, lo más grave es que cincuenta expedientes de rectificación de actas de nacimiento del juzgado municipal de Tehuitzingo fueron falsificados existiendo otras tantas apócrifas que bien podrían ser usadas por el crimen organizado que reina en esa zona de la mixteca poblana.

¿Esto lo sabe el señor Gobernador? Lo dudo.

¿Palafox ya mandó al Órgano Interno de Control del Consejo de la Judicatura a hacer una visita exhaustiva al juzgado de Tehuitzingo? La respuesta sobra.

Y mientras la administración de justicia de la entidad se cae a pedazos, en el Poder Judicial del Estado se baila… !así!