“Él es un protegido del Universo”, me dijo un día, sobre Héctor Sánchez Sánchez, uno de sus amigos más cercanos.
Y sí, en el transcurso de dos décadas que llevo de conocerlo lo puedo afirmar: Héctor es un hombre con estrella. Como dijera mi abuela: siempre cae parado, como un gato.
Pero para que vean las estimadas lectoras y queridos lectores que no exagero ahí les dejo unas anécdotas poco conocidas:
Eran los tiempos del morenovallismo absolutista. Tony Gali por orden de Rafael había dejado la presidencia municipal de la capital para contender por la minigubernatura. Luis Banck Serrato era el designado para sustituirlo y Héctor Sánchez era el Síndico Municipal.
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Banck quería su puesto para alguno de los suyos y Héctor lo sabía. Banck le inventó un tema de desvío de recursos y abrió un par de averiguaciones previas en su contra. La presión sobre Héctor era mucha.
Al final, Gali llegó de gobernador la presión cesó, pues primero nombró a Héctor Sánchez magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado, luego consejero y finalmente titular del Poder Judicial, una carrera meteórica para el abogado.
Con ese cargo en una sesión secreta de pleno llevada a cabo a media noche, cual aquelarre de brujas, dio posesión a Martha Ericka Alonso como la primera gobernadora de Puebla.
Pasó el tiempo y Rafael Moreno Valle quería el puesto de Héctor (presidente del Tribunal) para su amigo Jorge Benito Cruz Bermudez, quién le había operado, digamos que hábilmente, como director del Comité Administrador Poblano para la Construcción de Espacios Educativos, el CAPCEE.
Así se lo hizo saber a Héctor Sánchez y le ordenó que tendría que entregar, un par de meses después la estafeta a su recomendado .
Institucional, Héctor Sánchez estaba preparando maletas cuando ocurrió la tragedia aérea del 24 de diciembre de 2018.
Héctor Sánchez en la madrugada del 25 de diciembre acudió, en funciones de estado, a presenciar la necropsia del senador y de la gobernadora.
Comenzaron a moverse las fichas, ahora en manos del nuevo polo de poder, una vez que el morenovallismo azul comenzó a diluirse con la muerte del líder del grupo.
Las negociaciones entre Luis Miguel Barbosa y los diferentes grupos políticos en el Congreso local e incluso con fuerzas federales hicieron que el priista Guillermo Pacheco Pulido llegara de gobernador interino en lo que se convocaba a una nueva elección para definir quién ocuparía el cargo de gobernador los siguientes años. Nadie en ese momento dudaba que Morena sería el partido ganador de la contienda electoral extraordinaria.
Pacheco Pulido odiaba a Héctor Sánchez. Lo consideraba muy joven para tener ese cargo y desde hacía mucho quería destruirlo.
Como Gobernador interino lo intentó un par de veces y el tiempo no le alcanzó. Es más, en esos días se filtró información a un diario nacional que dejaba mal parado a Héctor Sánchez, pues se hablaba de presuntos cochupos con litigantes.
Pacheco Pulido es el rey de lo que llamamos la “tenebra”, es decir , un ataque furtivo, brutal, destructivo pero sin dejar pistas sobre su verdadero autor. Aunque muchos supusimos que el ataque venía de la oficina principal del CIS.
Héctor denunció estos hechos ante la fiscalía y salieron a relucir nombres de algunos colaboradores del ex gobernador interino.
Pacheco Pulido no pudo con Héctor Sánchez.
Con el arribo de Luis Miguel Barbosa, un hombre de pueblo con un profundo resentimiento social, Héctor Sánchez sabía que tenía los días contados en el Tribunal, él había legitimado el triunfo de Martha Erika.
Pero de nuevo logró revertir el rumbo, pues logró colarse en el ánimo del difunto cacique de Zinacatepec, operando para él desde las oficinas del TSJ.
Empero, las intrigas palaciegas de la ex vice gobernadora de Puebla (la mujer de la doble V, que dicen que ahora trabaja para un senador de la República que quiere ser Gobernador) lograron tumbarlo.
Primero renunció a la presidencia del TSJ y luego a la magistratura. En su lugar Barbosa impuso a su gris Consejero Jurídico Carlos Palafox Galeana, quien se dedicó a perseguir a todo lo que oliera a Héctor Sánchez dentro del Tribunal.
A Héctor Sánchez lo acusó del desvío de 32 millones de pesos, de tener aviadores en la nómina y de un largo etcétera. Nunca le pudo demostrar nada. Para fortuna de Héctor, y de los poblanos hay que decir, Barbosa falleció y cesó la persecución política en su contra, y en contra de muchos otros y otras.
Ahora se le ve en el equipo de Nacho Mier .
Lo cual no deja de ser curioso ya que fue Héctor Sánchez en persona el que planeó la detención del socio del diputado Mier, Arturo Rueda Sanchez de la Vega, director del diario Cambió.
Él le ordenó al juez (que ya había negado la orden de aprehensión en contra de Rueda ) que la librara en ese instante amenazandolo con la cárcel si abría la boca .
Hoy por hoy, ese pobre juez permanece exiliado en algún punto del Estado y Héctor Sánchez de la mano de don Julián Ventosa está en el equipo de Nacho Mier.
¿Regresará como Consejero Jurídico ?
¿Como Fiscal?
¿Cómo Secretario de Estado?
¿Como titular del Poder Judicial?
No lo sé.
El senador “corcholata” no se va a quedar quieto de que le quiten una candidatura que siente suya por derecho divino, y el riesgo de ruptura al interior de Morena en la entidad es real.
Lo único que sí sé, a ciencia cierta, es que Héctor es uno de los expertos juristas que están redactando la contrarreforma al poder judicial.
Palafox lo persiguió. Ahora Héctor Sánchez está cavando la tumba legislativa del pusilánime titular de la Judicatura en la entidad.
Algún día, desayunando hace meses con Héctor Sánchez, me preguntó sobre qué harían un par de magistrados que eran pareja fuera del poder judicial.
Nada, le conteste. Ellos no tienen talento alguno y necesitan de la santa quincena para sobrevivir.
Adendum:
Las tropelías del Consejo de la Judicatura no paran. Ahora están cazando bases de personal que está trabajando en otras dependencias gubernamentales bajo una licencia y sin goce de sueldo, en razón de servicio público obligándolos a renunciar o a reincorporarse.
Se tiene documentado un caso de Cholula de un joven abogado que está cubriendo un interinato en el poder judicial federal y su base es deseada por una magistrada de una sala penal y el consejo de la Judicatura es el encargado de exigirle su renuncia a su base a ese nobel togado.
Quien esto escribe está buscando contacto con él para asesorarlo legalmente y presentar las denuncias respectivas ante las instancias competentes.
Palafox está tan débil que debe afianzarse de lo que sea. Y si con esas acciones piensa que va a lograr el apoyo de los magistrados está muy equivocado.
EL PEPO