Román Ocotitla | Ernesto Aroche

Hasta octubre pasado –la cifra oficial más reciente al momento de escribir esta nota– los homicidios dolosos iban a la baja. Los datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) así lo reflejan: en el periodo enero-agosto se registraron 653 carpetas de investigación, 12 por ciento menos que en el mismo periodo del año pasado.

Pero en el arranque de diciembre algo se rompió. El primer día del mes fueron hallados tres cuerpos encobijados en la capital poblana, dos mujeres en la inmediaciones de la junta auxiliar de Santa María Xonacatepec, versiones periodísticas sostienen que había una cartulina con un mensaje; y un tercero en la colonia Jorge Murad Macluf. Dos días después apareció otro cuerpo envuelto en cobijas en la colonia Playas del Sur.

Cuestionado sobre los hallazgos, el gobernador dijo: “es violencia desbordada, no quiero yo especular sobre las líneas de investigación de personas que se han encontrado así [encobijadas]; parece que encontraron a dos mujeres. De entrada tenemos la obligación, las autoridades, de verlas como feminicidios, porque no podemos encasillar la investigación a suposiciones de que son consecuencias de actividades criminales. Para nosotros son asesinatos sangrientos, muy sangrientos, que expresan lo que en segmentos de la sociedad se está viviendo”. 

Y luego matizó: “No es un asunto generalizado en la convivencia social, porque luego ese tipo de asesinato puede llegar a darse en contra de personas que luego no se identifican. No puedo adelantar, pero estoy pendiente de todo y doy seguimiento a la investigación”.

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Más allá de que cada persona asesinada debería preocuparnos como sociedad, lo cierto es que los datos públicos hablan de una tendencia a la baja en la violencia homicida. En ese punto coincide también Juan José Hernández López, quien encabeza el Instituto para la Gestión, Administración y Vinculación Municipal (Igavim), un observatorio ciudadano.

“Al final del día la violencia siempre ha estado presente en la entidad poblana (bueno, a nivel nacional de alguna manera) pero siendo específicos sobre Puebla, la violencia se ha mantenido ahí; pero de acuerdo a los indicadores que tenemos, hay una tendencia negativa hasta octubre de este año”.

Aunque sostiene que en otros delitos sí hay crecimiento: “En el último reporte que publicamos, correspondiente al tercer trimestre, se observa que los delitos que tuvieron un incremento son el robo y sus diferentes modalidades; es importante decir que la clasificación del delito que nosotros analizamos empieza desde robo con violencia, robo de vehículo, robo a casa habitación, robo a transeúnte, robo a negocio y robo a transportista; el único delito que no presentó un incremento fue el de robo de vehículos, pero son los delitos que principalmente tienen mayor impacto en este momento, junto con el robo de hidrocarburos y gas LP”.

Las atrocidades no son nuevas

Aunque Puebla se mantiene lejos de escenarios violentos como los que se viven en Guanajuato o en la frontera norte, no está excluida la esfera de violencia en la que está inmersa el país.

La organización Causa en Común ubicó a Puebla en la quinta posición, junto con Veracruz, entre los estados con mayores casos documentados por la prensa de lo que la organización llama “atrocidades” en el periodo enero-octubre de este año. La misma posición que ocupó el estado en el seguimiento hemerográfico de información que hizo la organización en el 2020.

La organización define así las noticias que considera en su conteo de atrocidades: “se considera como ‘atrocidad’ el uso intencional de la fuerza física para causar muerte, laceración o maltrato extremo; para causar la muerte de un alto número de personas; para causar la muerte de personas vulnerables o de interés político, y/o para provocar terror”. E incluye delitos como el linchamiento; Puebla ha tenido, históricamente, muchos casos.

Con esos parámetros, las cuatro personas encobijadas halladas hace dos semanas en las calles de la capital poblana contarán como atrocidades en el reporte final de Causa en Común.

2019, el pico de homicidios dolosos

Foto: Olga Valería Hernández

A reserva de conocer los datos de noviembre y diciembre, el escenario que ofrece el SNSP en el delito de homicidio doloso muestran una tendencia a la baja en 2021, luego del pico de homicidios que reportó la entidad en 2019.

Las cifras oficiales muestran que fue en febrero del 2019 cuando Puebla registró la cifra más alta de homicidios dolosos en los últimos seis años. 

*Foto de portada: Google Maps