Willian Santiago (1991-2021) es el nombre de un joven ilustrador, diseñador gráfico y profesor brasileño que, a inicios de mayo de este año, perdió la vida a causa de las complicaciones que padeció por COVID-19.
Sus ilustraciones cubrieron las páginas principales de la versión brasileña de la revista Muy Interesante (Superinteressante) y de Glamour, así como de la publicación semanal Istoé. Colaboró con las marcas Natura, Adobe y Havainas (empresa carioca dedicada a la producción de calzado). De igual modo, en el año 2017 obtuvo el Premio Jabuti, gracias a su trabajo en el texto infantil O sétimo gato.
Oriundo de Paraná, un estado caracterizado por su clima subtropical y paisajes verdes, Santiago reconocía con orgullo que su entorno inmediato permeaba su obra, a través de los vibrantes colores que empleaba o la alegría que deseaba transmitir con sus composiciones.
En estas últimas, la figura femenina cobra un papel protagónico, dado el impacto que la fortaleza de las mujeres con las que creció, tuvo en su forma de entender y reflejar el mundo. Por ello, al representar sus cuerpos, Santiago apostaba por estructuras pesadas, casi tectónicas, únicamente suavizadas por el entramado o los fondos que las rodearan. En este sentido, el ilustrador especializado en el arte digital, emulaba diferentes texturas, explotando la amplia gama de pinceles que el software de su elección (por ejemplo, Adobe Photoshop) le ofreciera.
Por encima del intenso colorido, sus imágenes –influidas por el art naïf– se identifican por la superposición de formas geométricas que, en distintas tonalidades, generan volumen. Asimismo, Santiago poseía un gusto especial por el uso de contornos irregulares y caprichosos, que nunca dejarán de aportar movimiento y expresividad lúdica a su lenguaje.
Como último punto, más allá de su profundo arraigo a su tierra natal, y teniendo en cuenta su experiencia atendiendo a clientes de la industria de la moda, en ocasiones sus ilustraciones recuerdan incluso al diseño del tenango hidalguense, un estilo de bordado inspirado en la tradición del pepenado otomí, en el que la monocromía o la coexistencia de multiplicidad de colores iluminan un repertorio vegetal, animal o fantástico, dispuesto sobre telas de diferentes dimensiones. Con esto presente, las ilustraciones legadas por Santiago rebasan todo tipo de fronteras, hermanando con gozo al imaginario latinoamericano.
Si el entusiasmo plasmado en su trabajo también te conquistó, aún puedes verlo en sus redes sociales (@willian_santiago).