Lado B
The Reckoning, cuando la historia se mezcla con Marshall
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
25 de junio, 2021
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Para muchos cinéfilos empedernidos —amantes de la violencia desmedida— el nombre del británico Neil Marshall, dentro del género del horror y la ciencia ficción, no solo se ha vuelto un referente inmediato por tratarse, quizá, de uno de los mejores exponentes del siglo XXI… también un verdadero maestro que poco a poco ha dejado una huella imborrable para futuras generaciones.

Viernes 01 2

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Su debut con Dog Soldiers (2002), sobre un grupo de soldados cuya misión de rutina en los bosques de Escocia termina transformándose en una lucha de supervivencia cuando unos violentos licántropos comienzan a aparecer… solo fue una muestra increíble de un talento oculto que pronto evolucionaría para conquistar el género fantástico.

Su amor por los efectos prácticos de la vieja escuela, la reivindicación de “los monstruos” clásicos al nuevo mundo y esa violencia extrema como un sello casi personal, de dura pero potente maestría a la hora de contar historias, fueron algunas características que pronto mudarían a sus postreras cintas.

No fue sino hasta con The Descent (2005), filme sobre un grupo de chicas atrapadas en unas cavernas, luego de que una expedición saliera mal, a merced de una extraña civilización primitiva de seres humanos o criaturas de pesadilla, lo catapultó a la cima de las promesas de este tipo de cine.

Hoy prácticamente no podemos hablar de las mejores cintas de horror de todos los tiempos si estas dos películas no figuran ni se mencionan.

Y de ahí, un paso extraño e irregular en su carrera que muchos aplauden, pero otros ignoran. Aunque algo es seguro: termina volviéndose muy influyente.

Desde cintas postapocalípticas al puro estilo Mad Max: The Road Warrior (1981) donde la humanidad se hunde en la miseria por una grotesca pandemia, como la interesante pero rocambolesca Doomsday(2009) —visionaria por cierto, a nuestra terrible realidad— hasta proezas mitológicas o de corte épico como Centurion (2010) —una adaptación libre de la leyenda de la masacre de la Novena Legión en Caledonia a principios del siglo II d.C.— que le dieron el pase directo a otras franquicias, ya no cinematográficas sino televisivas, como la popular serie de HBO Game of Thrones.

En específico, los episodios de Blackwater y The Watchers on the Wall, uno de la segunda temporada y otro de la cuarta, respectivamente, nominados por cierto a Mejor dirección en los codiciados premios Emmy.

¿Y qué me dicen de su incursión al cine de las adaptaciones de cómics, con la última versión de Hellboy (2018) que tanto dio de qué hablar tras su polémico estreno? Un importante declive en su carrera para algunos debido a ese “halo” aparatoso de mezclar tantas referencias y violencia gráfica injustificada, pero un impactante acierto a la hora de traspasar las páginas de Mike Mignola a la gran pantalla, para otros.

https://www.youtube.com/watch?v=L3AO3jSCUHk

Palabras más, palabras menos. Lo cierto es que Marshall siempre ha tenido ese talento desbordante a la hora de tomar cualquier historia, sea de la índole que sea, para llevarla directo a un punto sin retorno. Algo que yo llamaría incluso “la fórmula Neil Marshall en su máxima potencia”.

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Para cualquier crítico académico de pacotilla, un cineasta más del montón que busca sorprender a su audiencia con violencia exagerada para sentirse “cool” entre las nuevas generaciones. Pero para un verdadero detallista, casi romántico del género cutre y de serie B —para un verdadero amante que sabe lo que es bueno en la vida, quiero decir— una genialidad creativa que sigue sorprendiendo tras cada película.

Y es de hecho, su última propuesta, luego del desastre desmedido, aunque francamente injusto, que figuró su versión de Hellboy (2019), lo que me ha hecho enamorarme cada vez más de este cineasta. Llámenme un débil de mente o un fantoche adorador de basura barata, pero algo en él… tiene poder.

The Reckoning, estrenada en 2020, aunque con muy pero muy malas críticas, es ahora su interesante incursión al cine de época. Nada menos que una historia de venganza ambientada en la conflictiva Inglaterra de 1665, en medio de la Gran Peste bubónica y la truculenta cacería de brujas que cobró la vida de tantas mujeres.

Para aquellos que hayan visto la última película del cineasta franco-argentino Pablo Agüero, Akelarre(2020), debe saber que The Reckoning de Neil Marshall sigue la misma tradición de esta última, aunque de una manera mucho más arrebatadora. E incluso, mucho más inhumana.

Una película que busca la reivindicación de las mal llamadas “brujas”, a través de un relato de injusticia que se cierne sobre una pobre mujer viuda acusada por su propio casero de practicar hechicería, luego de que se negara a tener relaciones para pagar la renta. E incluso, luego de que evitara ser violada por este último.

Lo que lleva a una desafortunada serie de acontecimientos, entre torturas, humillaciones y vejaciones, de la más alta y grotesca categoría, librada solo por la voluntad de una mujer que defiende a capa y espada su propia dignidad. Una premisa simple, pero francamente poderosa: sufrir y agonizar, antes que caer en las miserables garras de un hombre.

¿El resultado final? ¡Madre mía, algo que no puedo ni describir! Aunque John Serba, del portal Decider, vaya que sí puede hacerlo: “Es como una película de mal gusto de 1983. Violenta y exageradamente sádica”.

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Ciertamente, The Reckoning es algo así como la reinterpretación del subgénero del Rape and Revenge —violación y venganza— que tanto se volvió un emblema en los años 70 con películas como I Spit on Your Grave (1978). Aquí la violación de una mujer no es el punto detonante de una historia de venganza repleta de escenas duras y grotescas. Es, de hecho, un intento fallido de violación lo que nos lleva al relato truculento de injusticia y miseria.

Y aunque muchos han ido por ahí pregonando que la película es tan aburrida y tan poco justificada, con una premisa que exagera de simple y que busca el efectismo barato antes que el drama humano, he de decirles que están completamente equivocados.

Aquí, la simpleza es de hecho el poder de la historia. La negación de una mujer vs el poder de un hombre, desata pesadillas. Enfrentándose de manera física y psicológica a sí misma como aquellos que ejercen la autoridad. Sea divina o sea del hombre. Una crítica poderosa al clero y a la superstición humana como, por supuesto, al patriarcado, pero a través de una violencia desmedida —o gore a la vieja escuela— que a comparación con la propia realidad histórica… no es más que otra forma de contar estos “relatos de poder”. Estos “relatos de reivindicación”.

Aunque con el distinguible y ya mítico “sello Marshall” que coloca una enorme estaca a los cuentos feministas clásicos para otorgarnos ahora una nueva heroína dentro del género de horror: la pobre Grace, quien interpreta magníficamente Charlotte Kirk, y que, a través de su impactante —de verdad, alucinante— actuación, evoluciona de una mujer aparentemente vulnerable, a una fuerza inquietante que se supera a sí misma.

Mientras que, del lado antagónico, Steven Waddington, como el miserable casero Pendetlon, e incluso Sean Pertwee como el inquisidor y “hombre de Dios”, Moorcroft —encargado de ejercer todas estas crueles torturas—, se vuelven casi de manera instantánea esos obstáculos constantes que no solo provocarán una profundidad necesaria en la trama, sino también en la protagonista. Y que nos recuerdan que los demonios, en una historia de venganza como esta, solo sirven para poder “construirlos” a través de las evidentes debilidades.

The Reckoning nos recuerda que ya la lucha no solo es contra los monstruos vestidos de hombre. Ya no solo es contra la trágica realidad que azota de injusticias a una mujer, solo por ser mujer. También es una lucha contra ella y viejos demonios que se personifican de manera hilarante en su propio inconsciente. Regalándonos una película que puede llegar a ser tan surrealista como gótica. Pero también, tan terrorífica como psicológica.

Algunas escenas, de hecho —que buscan emular la psique de esta mujer— sobrepasan los límites de la belleza de “lo grotesco”, de la belleza de “lo maligno”, y nos logran trasladar casi de manera inconsciente —en parte por su magnífica fotografía— a aquellas pinturas de Goya como el Vuelo de las brujas o El aquelarre para intentar retratar de mejor manera el espíritu romántico de todos estos cuentos folk.

Y lo logra de puta madre. Cada minuto es entretenido. Y realmente conseguido. Sea en el horror gráfico o psicológico. Sea en el discurso o en la mera satisfacción por la violencia. Pero violencia que busca justificarse. Que busca ser parte de “una lucha”.          Véase que el gore nunca ha estado peleado con las funestas ganas de construir una buena historia.

No hagan caso de esas críticas inestables. Más inestables, por cierto, que la propia mente de nuestra querida Grace, porque esta es una película encantadora.

Su grandeza recae en la personalidad innata por la cual fue construida. Un producto aparentemente de serie B, de la mano de un grande como lo fue y siempre ha sido Neil Marshall, capaz de conjugar con maestría drama, thriller y horror para que puedas tomártela enserio. Una magnífica historia de venganza feminista, jamás exenta de tragedia y romance para reivindicar la protesta. Y vaya protesta.

The Reckoning, queridos padawans: ¡cuando la Historia se mezcla con Marshall!

Sinopsis:

“Mientras trata de superar el suicidio de su marido Joseph (Joe Anderson), Evelyn Haverstock (Charlotte Kirk) es acusada de ser una bruja tras rechazar los consejos de su arrendador. El mayor cazador de brujas de Inglaterra, el juez Moorcroft (Sean Pertwee), decide entonces perseguirla incansablemente, lo que provoca que Evelyn comience gradualmente a perder la cordura.”

*Foto de portada: YouTube

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Autor Lado B
Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
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