A un costado de la autopista que va hacia Metepec, en Atlixco, se ve un edificio antiguo con un portón moderno y alambre de púas; junto hay un gigantesco terreno con varios viveros, propiedad de la empresa Leonali, dedicada a sembrar hortalizas y venderlas a grandes cadenas como Walmart. Entre ambas construcciones hay un camino aplanado de tierra, donde cabe un autobús, y que lleva a la histórica colonia El León, fundada hace más de 100 años por obreros textiles. A finales de marzo, ese camino amaneció cerrado por una malla, y ahora un conflicto está a punto de estallar entre los vecinos y el dueño de la empresa.

La principal molestia y preocupación de los vecinos es que ese camino es la vía corta para entrar a la colonia: por ella transitan niños y niñas —de al menos cuatro colonias aledañas— que van al jardín de niños y primaria, así como adolescentes que asisten a la secundaria y bachillerato. También es la forma más rápida y segura de llegar al hospital de Metepec, y es la ruta de evacuación más corta en caso de emergencia volcánica o sismo, tomando en cuenta la cercanía del Popocatépetl y la ubicación de alto riesgo por temblores del municipio. 

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En entrevista para LADO B, un grupo de vecinos explicó que si el camino se cierra, las personas tienen que rodearlo y caminar sobre la carretera, poniéndose en riesgo y haciendo un trayecto mucho más largo. “Si alguien se enferma, va a la escuela o necesita usar la ruta de evacuación, estaría bloqueado el acceso”.

Fue el 28 de marzo cuando la familia dueña de los predios de los viveros donde está Leonali, los Correa Artasánchez, colocaron una estructura de malla metálica para cerrar el paso. El hartazgo se desbordó y los vecinos se unieron para quitarla pocos días después. La tensión escaló.

“Estamos hartos de convenios que no son cumplidos. Llegan las autoridades, hacen acuerdos, pero nunca los cumplen. Quieren como que calmarnos, pero no se resuelve nada. Y esto está a punto de salirse de control”, dijo a LADO B uno de los vecinos con quienes se hizo un recorrido por toda la colonia. Aunque la malla se quitó el conflicto no se ha resuelto, pues no hay claridad en la posesión de las tierras ni certeza de lo que pasará con los caminos y espacios comunes.

Los vecinos piden a los tres niveles de gobierno que intervengan para solucionar el conflicto, pues lo que está ocurriendo afecta no solo a los cerca de 2 mil 500 habitantes de El León, sino a quienes viven en las comunidades aledañas.

Hasta el momento de publicación, los vecinos no han visto documentos que acrediten que los terrenos o espacios que consideran de uso público, como algunos de los caminos y parques, sean propiedad del señor Correa.

La falta de certeza de propiedades es parte de la historia de El León

Foto: Olga Valeria Hernández

El asunto de la falta de certeza de propiedad de varios de los inmuebles de El León (entre ellos las canchas y los salones comunales) no es reciente, sino que se ha tratado desde administraciones anteriores, explicó en entrevista Evelia Maní Rodríguez, regidora de Grupos Vulnerables, Igualdad de Género y Personas con Discapacidad de Atlixco.

“Pese a que es una colonia relativamente antigua, pasa que la falta de regularización hace que haya espacios sin reconocimiento ni escritura por parte del ayuntamiento”, dijo.

La colonia fue fundada a partir de la fábrica textil El León, y prácticamente todos los espacios comunes fueron construidos con las cuotas sindicales, cuentan los habitantes de El León a LADO B. Los padres de casi todos los actuales habitantes trabajaron en la fábrica y con su dinero levantaron la colonia, que gracias al mantenimiento y cuidado de los vecinos parece una joya del pasado detenida en el tiempo: la entrada de la colonia está flanqueada por un enorme arco con un león dorado y, al entrar, del lado derecho, el parque y el kiosco de color rojo y blanco tienen estatuas de obreros pintadas de color oro. 

El salón de usos múltiples fue uno de los más importantes en sus mejores tiempos del siglo pasado: un enorme auditorio con un telón rojo en el escenario, altos techos y mosaicos de colores está en el centro de la pacífica colonia, donde no se escucha más que el ocasional ruido de algún vehículo, o de aves que descansan en los árboles.

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Fue a mediados del siglo pasado cuando hubo una huelga de la fábrica, que culminó en 1972 con un reparto de bienes comunales. En todos los inmuebles que son propiedad comunitaria, como las canchas y salones, hay placas que acreditan que fueron construidos con las cuotas de los obreros. Y si bien no hay escrituras sino sólo títulos de propiedad, los vecinos argumentan que ahí está la prueba de que es la comunidad la dueña de estos espacios, y que no le pertenecen a algún particular.

Foto: Olga Valeria Hernández

Esta falta de claridad ha provocado conflictos como el que ahora enfrenta El León con la empresa de José Luis Correa Artasánchez, quien se ostenta como dueño de algunos espacios y terrenos que los vecinos aseguran que son propiedad comunitaria.

Pero los habitantes de El León están acostumbrados a la organización social y la resolución de conflictos; esta no es la primera vez que se unen para defender la colonia de la empresa Leonali. En 2014, esta fue denunciada por campesinos de la colonia Cabrera por, supuestamente, ser responsable de la pérdida de sus cosechas. Esto, por un desagüe que la compañía construyó y que, señalaron, daba a sus terrenos, lo que hizo que estos se inundaran, y por ende los cultivos no prosperaran.

La versión oficial

Foto: Olga Valeria Hernández

El enlace de prensa del ayuntamiento dijo a LADO B que lo que pasa en El León es un conflicto entre particulares, y que el gobierno municipal “solo funge como intermediario para buscar la mejor solución en las mesas de trabajo. Se está presente en las mesas de diálogo para brindar las facilidades de lo que al Ayuntamiento de Atlixco le compete. A las mesas de diálogo asiste personal de la Secretaría de Gobernación, Secretaría de Seguridad Pública, Secretaría de Obras y Servicios Públicos y Sindicatura”. Al respecto, los vecinos dijeron que en efecto se realizaron un par de mesas de diálogo, en las cuales no se llegó a ningún acuerdo.

Sin embargo, el ayuntamiento no explicó qué pasa con los títulos de propiedad, y respondió a esta casa editorial que dicha información se tendrá que revisar directamente con los involucrados.

La regidora Evelia Mani explicó que no sólo en El León existe esta problemática desde su fundación, ya que aunque de este caso en particular sigue sin determinarse cuál es la situación legal,  en otras colonias las áreas comunes no se entregaron, quedando en manos de particulares. Dijo que mucho del trabajo de la actual administración municipal es la regularización de estos espacios, y el ayuntamiento busca negociar directamente con los dueños para darles predios del mismo valor, para que así la regularización de estas calles y lugares sea a nombre del ayuntamiento.

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La licenciada Teresa Lezama, encargada del conflicto por parte del ayuntamiento, explicó en entrevista que la semana pasada quien se acredita como dueño presentó documentos al ayuntamiento, los cuales están siendo revisados. Dijo que los vecinos han pedido el apoyo a la presidencia para que se legalice ese camino y sea de utilidad pública.

LADO B intentó contactar al señor Correa Artasánchez a través de los números de Leonali, pero hasta el momento de la publicación no hubo éxito en encontrarlo. 

*Foto de portada: Olga Valeria Hernández