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Agua en conflicto: 10 cuencas en disputa dentro del país
El conflicto por el agua de la presa La Boquilla en Chihuahua no es el único; conflictos irresueltos, uso inequitativo y privatización del líquido se extienden por el país, solapados por el sistema de concesiones
Por Pie de Página @PdPagina
04 de octubre, 2020
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Arturo Contreras Camero

La presa La Boquilla en Chihuahua lleva un mes bajo el control de agricultores, quienes inconformes con el manejo del recurso por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), tomaron las instalaciones que desde febrero pasado resguardaba la Guardia Nacional. Hasta ahora la disputa lleva la vida de una mujer.

Pero conflictos como este se reproducen por todo el país. En todos, el actor común es Conagua, el órgano encargado de regular el manejo del líquido en el país. Su política de entrega de concesiones y reservas de agua durante un cuarto de siglo señala a un claro beneficiado: las industrias y sus grandes proyectos de desarrollo.

Este manejo ya secó pueblos y ciudades enteras a lo largo y ancho del país.

Una cuenca, en la definición de Conagua, es “una cavidad natural en la que se acumula agua de lluvia. Ésta circula hacia una corriente principal y finalmente llega a un punto común de salida”. En otras palabras, una porción de territorio cóncavo donde ocurre el ciclo del agua. Las cuencas también son las unidades básicas para la gestión del agua. A continuación presentamos diez cuencas cuyo manejo crea tensión entre la gente que necesita el agua para sobrevivir e intereses económicos.

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El año pasado, el entonces secretario de Medio Ambiente, Víctor Toledo reconoció 86 conflictos hídricos. En el país existen 395 cuencas, por lo que si tomamos la cifra de Toledo como cierta, al menos una quinta parte de las regiones hidrológicas del país están en disputa.

Este es un repaso de 10 de esos lugares que podrían ser polvorines para una distopía cada vez más cercana: las guerras del agua

Hidalgo: cerveza sí, milpas no

En Apan, Hidalgo, pobladores dicen que ni por bañarse en cerveza dejarían que se lleven su agua, a la que nunca han tenido acceso. Campesinos que habitan este desértico paraje llevan años intentando pedir a la Conagua un pozo para regar sus parcelas y no depender así del temporal. La respuesta siempre es negativa, según la Comisión, en esta cuenca hay una veda para extraer agua desde 1950, sin embargo, en 2019 la empresa Modelo instaló una planta cervecera en la zona, que explotará cinco pozos y millones de litros de agua con el beneplácito de las autoridades.

El levantamiento o aplicación de las vedas es una facultad exclusiva de la Conagua. Según Elena Burns, del colectivo Agua para todos, este tipo de reservas son un instrumento a nivel internacional que se usa para regular ecosistemas y medir el aprovechamiento del líquido. «Uno pensaría que hay vedas cuando no hay agua,  pero muchas de estas se hicieron porque estaban en lugares donde iban a haber proyectos industriales y se reservó para eso.

Los pobladores de Apan piden a la cervecera Modelo que se comprometa a implementar un plan de mitigación que contrarreste el impacto de sus operaciones sobre el acuífero y que pueda redistribuir sus aguas, aunque sean tratadas, a los pobladores. Hasta el momento la empresa no ha dado señales de querer hacer algo al respecto.

Modelo extraerá más de seis millones de metros cúbicos de agua al año, lo que supone más del 60 por ciento de la disponibilidad del manto acuífero de Apan. Con esa agua esperan fabricar 18 millones de botellas de cerveza al día. Su planta entró en operación en 2019.

Coahuila: la leche seca el desierto

Agua

La Sierrita, Durango / Foto: José Ignacio De Alba | Raichali

En la Laguna, dicen, existía un vergel, un paraíso donde alcanzaba para regar los sembradíos de frijol y maíz. En esta región de Coahuila se asentó la principal cuenca lechera del país, la única en el mundo ubicada en un desierto, donde el 80 por ciento del agua se destina al uso agropecuario: para producir forraje para las vacas.

La Laguna es parte de las Cuencas centrales del norte, la tercera región de cuencas con menor disponibilidad de agua en el país. No obstante, de sus mantos se extraen 930 millones de metros cúbicos de agua al año; la recarga natural es de 480 millones. Las concesiones para tal explotación fueron cesiones de caciques del agua locales, personas que controlan grandes extensiones de tierra con concesionarios de extracción de agua. Gracias a un mercado de agua, tolerado por las leyes de Conagua, Lala, concentra los derechos de extracción del 80 por ciento de agua de la región.

En 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador visitó la región como presidente electo, la demanda fue clara: Lala, el gigante lechero, había secado el vergel. Para satisfacer la demanda, con el tiempo los pozos fueron llegando a mayores profundidades para sacar agua. Actualmente llegan a los 300 o 500 metros. A esa profundidad el agua está cargada de minerales y elementos dañinos para la salud, efectos que ya siente la gente de la región.

Michoacán: los aguacates destruyen bosques

En los municipios de Tacámbaro, Parácuaro, Tancítaro, Ziracuaretiro, Taretan, Ario y Zitácuaro un millón 300 mil hectáreas de bosque dejaron de serlo, en su lugar hay plantíos de aguacate. En esta región de Michoacán, la que más aguacate produce en el país, su siembra no solo limita el acceso de la gente al agua, también podría terminar con los bosques de la región, encargados de recolectar y reincorporar las lluvias a los mantos acuíferos. Los aguacates, a diferencia de los pinos, consumen y secan el agua, en vez de ayudarla a infiltrarse en los mantos freáticos.

En estas regiones se estima que existen cerca de 9 mil 200 ollas de agua, grandes piletas que se instalan cerca de los manantiales. Estas ollas hacen que los cauces de los arroyos lleguen muy disminuidos a los poblados cercanos. Esto ya levantó disputas entre habitantes de Parácuaro que no tienen agua y de Tancítaro que la retienen para sus huertos. Aquí, la autoridad de la Conagua no llega, pues el uso de ollas no está regulado, como  los permisos de perforación de pozos, y por tanto quienes la usan no tienen que pagar ningún derecho de uso.

Yucatán: puercos por agua

Agua

Pobladores mayas de Homún que tienen la tutela de cenotes en centros ecoturísticos se oponen a la instalación de una granja porcícola / Foto: Alberto Velázquez | Raichali

Tras la ruina de las fincas henequeneras en Homún, Yucatán, esta comunidad cambió de giro para sobrevivir. Su incursión en el ecoturismo devolvió cientos de trabajos perdidos y ayudó a mantener en buen estado los cenotes cercanos, que forman parte de la Reserva geohidrológica del anillo de cenotes de Yucatán, que abastece de agua limpia a 60 por ciento del estado.

Nadie en este pueblo de 8 mil personas sabía del secreto que habían urdido el gobierno del estado y un grupo de empresarios. Instalaron una granja porcícola en el municipio. Sus habitantes se enteraron del desarrollo cuando un periódico local publicó al respecto. Las granjas estaban por comenzar a operar. Ahí 45 mil puercos beberían el agua de los cenotes que esta comunidad cuida y usa como fuente de trabajo. Luego de protestas, amedrentamientos policiacos y demandas, la gente de Homún logró llevar el caso a la Suprema Corte de Justicia. La operación de las granjas está detenida en lo que se resuelve el caso.

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*Foto de portada: Conflicto en la presa la Boquilla/ Foto: Eduardo Fernández | Raichali 

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Autor Lado B
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