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Medios comunitarios y COVID-19: Radio Tosepan Limakxtum en la Sierra Norte de Puebla
Los medios comunitarios son parte de las instituciones propias que hacen a las comunidades indígenas fuertes y sabias para contener cualquier pandemia. Y en este sentido, los mismos medios deben visualizar esa fortaleza para contener cualquier tipo de riesgo, que se relaciona directamente con su autonomía y libre determinación.
Por Lado B @ladobemx
09 de junio, 2020
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Adrián López Angulo*

Son las 18:55 horas. En la radio está por terminar la canción El chofer de Vicente Fernández. Al concluir se escucha la hora en náhuatl y, sin avisar, comienza una voz que dice: “Hola, ¿qué tal? ¿Cómo se encuentran en casita? ¿Cómo están las comunidades que nos escuchan? Estamos transmitiendo desde la cabina de Radio Tosepan Limakxtum a 150 watts de potencia desde Cuetzalan del Progreso, centro”.

La voz calla unos segundos y prosigue: “Estamos muy contentos de que nos deje acompañarle otra noche para tener la información de primera mano y actualización sobre el coronavirus, COVID-19; provocado por el virus SARS-CoV-2. Estamos a punto de enlazarnos a la conferencia vespertina de la Secretaría de Salud, que también se da todos los días y cuenta con datos e información de suma importancia para seguir al día la pandemia. Recuerde que al finalizar la conferencia tenemos un espacio de análisis y reflexión para traducir lo que se dice en la conferencia, en acciones que nos pueden ayudar desde lo local”.

Luego un silencio. “Bueno, va comenzando la conferencia. Nos enlazamos en vivo hasta Palacio Nacional siendo exactamente las 19 horas en punto”. La mayoría de las veces, este mensaje introductorio se traduce al náhuatl y así se da paso a la conferencia vespertina con el “Buenas noches” del Dr. Hugo López-Gatell.

Conozco esta experiencia de primera mano, ya que la voz es mía. Colaboro con la radio comunitaria Radio Tosepan Limakxtum desde febrero del presente año. Déjenme contarles que la Unión de Cooperativas Tosepan decidió emprender la “Iniciativa Tayolchikawalis: Unidas y unidos con el corazón fuerte ante el COVID-19”, una respuesta integral a los estragos sanitarios, económicos y socioculturales que está provocando la pandemia en los pueblos nahuas, tutunaku y mestizos de la Sierra Norte de Puebla y Veracruz. La iniciativa consta de tres pilares de acción: prevención y atención sanitaria, revitalización del campo y una campaña de comunicación asertiva.

Lo que me mueve a escribir este texto es responder a la pregunta: ¿cuál es la importancia de un medio comunitario en una situación de riesgo, como lo es la pandemia que hoy experimentamos? La radio comunitaria sirve como puente entre la información oficial y comunidades rurales e indígenas. ¿Por qué es importante esa mediación? Responder esto implica transitar varias contradicciones que me gustaría exponer, desde mi experiencia, para llegar a ideas que nos dejen mirar la diversidad de contextos y la necesidad de diversificar las respuestas para estos.

En la conferencia del 8 de mayo, el Dr. López-Gatell habló de la importancia de hacer pública la información sobre la salud, especialmente la relacionada con la epidemia. Subrayó que su importancia recae en que dicha información se paga con los impuestos de todas y todos los mexicanos. De ahí el esfuerzo de las conferencias vespertinas que, sin duda, son únicas en un país como México. Sin embargo, desde el trabajo de los medios comunitarios indígenas quedan varias cosas sueltas sobre cómo se hace llegar la información a toda la población.

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Vamos por partes. Lo primero que resalta es que muchas comunidades rurales e indígenas no cuentan con la infraestructura necesaria para que les llegue la información oficial sobre el COVID-19: poca o nula señal de telefonía, radio y televisión. De vez en cuando las personas salen de sus comunidades y pueden acceder a una red móvil o wifi, donde rápidamente pueden revisar, principalmente, mensajes SMS y redes sociales como WhatsApp y Facebook. Lo grave de esa situación es que propicia la desinformación, ya que una nota o cadena no puede ser verificada cuando las personas regresan a su comunidad. Así, muchas comunidades rurales e indígenas en México corren el riesgo de entrar en pánico ante la pandemia, al pensar que el coronavirus no tiene cura, por ejemplo.

Este es un primer escenario. Ahora supongamos que las comunidades tienen acceso a señal de radio y televisión nacional donde pueden seguir las conferencias vespertinas. En este caso la información llega a las comunidades, pero, ¿será que el mensaje llega? Pensemos por un momento si las gráficas, tablas y demás recursos estadísticos son la mejor manera de transmitir un mensaje en un país multicultural como México. Eso también nos lleva a apuntar la necesidad de tener materiales sobre el COVID-19 en lenguas indígenas; que los hay, pero –de nuevo– el acceso se restringe con un enlace a internet que nos lleva a la página del INPI.

Sin lugar a dudas, el disponer de recursos públicos para que la mayoría de la población sepa el avance de una pandemia se reconoce; no obstante, hay que reinventar las formas y los métodos comunicacionales para que el mensaje llegue de forma certera a comunidades rurales e indígenas. 

Si lo urgente ante la pandemia es salvar vidas, los medios de comunicación masiva y comunitarios tienen una responsabilidad gigante con la población, porque un mensaje claro puede salvar estas vidas al dar a conocer los protocolos de acción sanitaria, y ser el puente con las autoridades locales y/o municipales. Los medios comunitarios son el espacio ideal en donde las comunidades indígenas pueden tener información en su lengua, para tranquilizarla y saber qué hacer, así como dónde comunicarse si se encuentran en riesgo. 

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En el caso de Radio Tosepan Limakxtum, después de la trasmisión de cada conferencia vespertina, se abre un espacio de diálogo en donde las personas de las comunidades pueden exponer sus dudas y comentarios. Así, entre todos y todas vamos traduciendo las medidas sanitarias al náhuatl y, de manera esencial, a la forma de vida local. 

Después de una trasmisión de la conferencia vespertina, una señora de la comunidad de Nahuiogpan le mandó un mensaje a la radio preguntando: “¿Ustedes creen que los pueblos indígenas son vulnerables? Nosotros tenemos la fuerza y energía de trabajar, ¿qué significa que somos vulnerables?”. Hasta ahí me di cuenta que yo, en el programa, repetía la importancia de cuidar a la población vulnerable, aquella que la Secretaría de Salud considera que son las personas mayores, embarazadas, niños y niñas, personas con enfermedades crónicas y pueblos indígenas.

Algo se esconde en esa generalización de vulnerabilidad. Lo que explicamos en el programa fue que se les dice vulnerables a las personas cuya salud puede agravarse al contraer el COVID-19. Pero me quedé pensando, y lo sigo haciendo, sobre cómo el discurso institucional inserta a los pueblos indígenas en una condición de vulnerabilidad por la falta de servicios; sin embargo, no toma en cuenta a sus instituciones y soluciones propias para hacer frente al coronavirus.

Los medios comunitarios son parte de esas instituciones propias que hacen a las comunidades indígenas fuertes y sabias para contener cualquier pandemia. Y en este sentido, los mismos medios deben visualizar esa fortaleza para contener cualquier tipo de riesgo, que se relaciona directamente con su autonomía y libre determinación: control territorial, toma de decisiones comunitarias, sistema de salud ancestral, conocimientos de producción de alimentos, fortalecimiento de economía local. 

Espero no se me malentienda, no digo que las comunidades no deban seguir las medidas de prevención sanitarias, al contrario, deben de ser más puntuales ante la falta de servicios que responden a situaciones históricas de explotación. 

Aún no sabemos cómo va ser el mundo después de la pandemia de COVID-19. Muchas cosas quedarán, muchas otras se transformarán. Lo que sí queda claro es la importancia de que todas las comunidades, rurales y urbanas, indígenas y no indígenas, puedan crear medios de subsistencia propios, donde los mismos medios de comunicación vayan de la mano de una diversidad de instituciones propias como la salud, el trabajo, la vivienda, la alimentación, la seguridad, etcétera. Sólo así, desde la fortaleza que nace con la autonomía, podremos estar más y seguros ante riesgos en futuros cercanos.

 

*Licenciado en Desarrollo y Gestión Interculturales por la UNAM. Desde el 2012 ha colaborado y coordinado proyectos educativos en comunidades rurales. Forma parte de REDES A.C. y actualmente reside en la ciudad de Cuetzalan, Puebla, acompañando los procesos de comunicación y tecnología de la Unión de Cooperativas Tosepan.

**Foto de portada: Cortesía

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