El venado temazate (mazama temama), un ciervo de cuernos cortos y pelaje rojizo, es una especie que, en Puebla, puede encontrarse en las Sierras Nororiental y Negra; su presencia indica la existencia de grandes felinos como pumas y jaguares, y además es un indicador de la conservación de los ecosistemas en los que vive. Sin embargo, durante la última década, su población ha disminuido por la falta de preservación de su hábitat natural.
Un grupo de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), liderado por el profesor investigador Óscar Agustín Villarreal Espino Barros, lleva al menos desde 2013 estudiando la vida, movimientos y presencia de este ciervo en la región del Totonacapan montañoso, en las Sierras Norte y Nororiental de Puebla, y en la Sierra Negra, en frontera con Oaxaca y Veracruz.
Esta especie vive tanto en el bosque mesófilo de montaña, que es bosque húmedo, como en la selva alta perennifolia, es decir, donde la vegetación está siempre verde y los árboles no pierden sus hojas; dichos ecosistemas están presentes en Puebla.
Ahora la especie peligra, pues las áreas donde vive han sido destinadas a otras actividades, como la agricultura, pues quienes tienen la tierra la destinarán a lo que les funcione económicamente debido a sus necesidades; sin embargo, la zona podría preservarse como una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) —que sirve para resguardar la vida silvestre—, dijo el también Doctor en Ciencias Veterinarias de la BUAP en entrevista para LADO B.
El Doctor comentó que, al buscar la posibilidad de establecer Unidades de Manejo Ambiental, se empezaron a hacer más trabajos para conocer la densidad de población de estos venados, es decir, cuántos individuos de la especie hay por kilómetro cuadrado.
Foto: Doctor Óscar Agustín Villarreal Espino Barros
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A lo largo de años de trabajo los investigadores han encontrado que hay una densidad muy dispar del temazate dependiendo de la zona. En los bosques mesófilos, con la vegetación más prístina, encontraron hasta 8.3 individuos por kilómetro cuadrado, o 100 hectáreas.
En cambio, donde hay una menor población es en la Sierra Negra, con 0.4 venados temazates, pues ahí hay presencia de agroecosistemas, es decir, terrenos donde la selva alta perennifolia se intercala con la producción de cultivos. En dicha región se produce sobre todo el café robusta a cielo abierto, es decir, sin árboles que cubran los arbustos; en la zona también hay hectáreas destinadas a ganadería de bovinos.
El Doctor Villarreal explicó que la densidad poblacional es un indicador básico para poder hacer programas de conservación y manejo de cualquier área silvestre. Aunque estas investigaciones se realizaron también en la Sierra Negra, la mayor parte fueron en el Totonacapan, en cerca de 50 municipios de la región.
De acuerdo con el investigador, es sumamente importante concentrarse en la conservación del venado temazate porque así “indirectamente mantenemos otras especies de fauna silvestre y también el hábitat, que tiene que ver con el alimento disponible para la especie, el espacio que abarca la vegetación y el espacio suficiente para su existencia”.
Por esto, el temazate es lo que se conoce como indicador de especie bandera, es decir, otras especies y el hábitat se pueden mantener a partir de su presencia. Así, durante casi una década de estudios, el equipo de la BUAP ha podido ver huellas y documentar la presencia de jaguares en ambas sierras.
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Foto: Doctor Óscar Agustín Villarreal Espino Barros
Una de las opciones para que se preserve la especie y las personas que trabajan la zona puedan subsistir, de acuerdo con el especialista, es el ecoturismo; aunque es complicado ver a los venados se podrían tomar moldes de sus huellas, o mostrar los lugares donde pulen sus astas, y así incentivar la preservación de su hábitat natural.
“Necesitaríamos en suma hacer un sistema de unidades de manejo ambientales para la conservación de vida silvestre, pero los predios no llevan un programa de manejo como tal”, explicó el Doctor.
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Actualmente siguen en puerta otros trabajos para continuar con la investigación del venado temazate y enfocarse, sobre todo, en su preservación y existe la propuesta de destinar dos zonas para su conservación, tanto en el Totonacapan como en la Sierra Negra.
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*Foto de portada: Doctor Óscar Agustín Villarreal Espino Barros
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