En la Sierra Norte de Puebla hubo numerosos candidatos y candidatas postulándose a ayuntamientos y diputaciones, que son parte de familias caciquiles de tradición de poder en la región. Varios de estos personajes ganaron y los municipios seguirán bajo el control de cacicazgos. Al respecto, el politólogo Diego Velázquez Caballero opinó que en la zona sigue sin verse una configuración propia de partidos, sino que existe un liderazgo arraigado de caciques.

Miercoles 1

En Zacatlán los dos punteros tenían ya trayectoria en la política y provenían de familias caciquiles. El ganador, José Luis “Pepe” Márquez Martínez, candidato del PRI, superó por un estrecho margen a Jorge Raúl Hernández Quintero, abanderado de Morena, ambos ex presidentes municipales del pueblo mágico (Márquez lo fue por el PRI y Hernández por el PAN). Medios locales reportaron la presencia de grupos armados de ambos candidatos y numerosas irregularidades desde compra de votos hasta amenazas. 

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En la contienda inicial quería sumarse también el actual presidente municipal, el priista Luis Márquez Lecona, primo de Pepe Márquez, quien fue señalado por apoyar al abanderado priísta.

Hernández Quintero no se queda atrás, pues pertenece también a un grupo de poder político en Zacatlán desde el morenovallismo.

En opinión del académico Diego Velázquez Caballero, politólogo de la BUAP especializado en cacicazgos y transfuguismo en Puebla, sigue sin verse en la Sierra Norte una configuración propia de partidos: lo que hay, de acuerdo con su análisis, es una prevalencia de estos liderazgos de caciques.

En Xicotepec de Juárez volvió a repetir Guadalupe Vargas en la presidencia municipal al anotarse la mayoría de los votos en la elección pasada. La mujer forma parte de una familia de larga tradición política en la región: los Vargas. En estos momentos la cabeza de la familia es el actual subsecretario de Gobernación en la entidad, Ardelio Vargas Fosado.

Ardelio Vargas./ Foto: YouTube

Hubo una reñida competencia entre ella y Carlos Barragán Amador, ex diputado federal y local, integrante de otra familia caciquil con representaciones en Huauchinango y Xicotepec, otro grupo de poder serrano.

Otros candidatos señalados por haber sido impuestos por Ardelio perdieron, como Juanita Mendoza, abanderada de Compromiso por Puebla a la presidencia municipal de Huauchinango.

En Venustiano Carranza, municipio colindante con Poza Rica y cuya cabecera municipal es Villa Lázaro Cárdenas, “La Uno”, el abanderado del PRI era Gerardo Vargas Ortiz, pariente de Vargas Fosado. Sin embargo, perdió la presidencia de la localidad contra el candidato de Morena, Neto García. Durante años el municipio ocupó los primeros lugares en desaparición de personas y registró altos índices de violencia.

El especialista dijo que si bien algunos candidatos y personajes específicos no ganaron (por ejemplo en el caso de la familia Vargas), en la región no tienen tanto peso los partidos políticos, sino la fuerza de los caciques locales que van con un partido u otro en cada proceso electoral.

Para Velázquez Caballero, Puebla está muy rezagada en cultura política, pues los partidos “no desarrollan ciudadanía”, ni tienen comités ni militancia, y dijo, terminan entregando las candidaturas a caciques de un lado u otro. En su opinión sigue sin generarse una fuerza política en Puebla que pueda acabar con los cacicazgos. 

“En muchos espacios como la Sierra Norte, si bien hay un poco más de pluralidad, los caciques siguen teniendo el control de las cosas. Y ahora con la llegada de algunos grupos y linajes a la estructura gubernamental, esos poderes fácticos se consolidan”, explicó el experto.

Megaproyectos y control del territorio

La Sierra Norte es la región con más concesiones y organizaciones en defensa del territorio en la entidad contra megaproyectos. En Ixtacamaxtitlán, municipio donde existe una enorme concesión minera de la empresa canadiense Almaden Minerals, manejada por su filial mexicana Minera Gorrión, hubo manifestaciones por las elecciones de diputaciones, pues resultó ganador para el Congreso local el político Enrique Rivera Reyes, quien fue alcalde de Chignahuapan y ha apoyado abiertamente a la minera, por lo que los defensores del territorio lo señalaron como el candidato de la empresa.

La familia Rivera es una de las que ejerce cacicazgos desde hace al menos 20 años en la región; encabezada por Lorenzo Rivera, abuelo de Enrique, también edil de Chignahuapan, y Lorenzo y Saúl Rivera, quienes estuvieron en el ayuntamiento, diputaciones locales y en la Sedatu.

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Y en Cuetzalan, municipio donde existe el Comité de Ordenamiento Territorial Integral de Cuetzalan del Progreso (Cotic), y tiene una fuerte tradición de organización social y defensa del territorio, se reeligió el abanderado del PRI.

Los cuatro últimos presidentes municipales de Cuetzalan se postularon como candidatos, pero el ganador fue Gerson Calixto, señalado por haber hecho uso de personal del ayuntamiento para su campaña, con compra de votos y repartición de materiales de construcción como soborno.

Gerson es parte de una familia priísta con varias décadas de antigüedad, y aunque no es parte de una familia caciquil de antaño, es considerado un nuevo cacique por el poder y propiedades que tiene en el municipio.

*Foto de portada: Google Maps