Lado B
Música, justicia y fuerza
Un grupo de músicos y bailarines organizó un concierto en Cholula con la intención de recaudar fondos para la saxofonista María Elena Ríos
Por Lado B @ladobemx
10 de marzo, 2020
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Foto: Alfredo González

Diana Cuéllar Ledesma

En los espacios académicos y foros especializados se discute con frecuencia el potencial político del arte. La creencia popular tiende, por otra parte, a resaltar sus bondades en lo tocante a la emoción, los afectos y la espiritualidad (más arte, se dice, nos haría mejores personas). Pero el vínculo entre lo emotivo y lo político en el arte suele pasar inadvertido. Como profesional de la cultura puedo decir que pocas veces he tenido ocasión de presenciar acontecimientos en los que ambas dimensiones se conjuguen de una manera tan generosa, sobrecogedora y genuina como ocurrió hoy en Cholula, en el concierto de recaudación de fondos para la saxofonista María Elena Ríos.

Muchos conocen la historia: en septiembre de 2019 María Elena fue bañada con un ácido corrosivo que le causó quemaduras graves en el rostro y gran parte del cuerpo. El autor intelectual del crimen fue el empresario y político Juan Vera Carrizal, con quien tiempo atrás ella había sostenido una relación de pareja. Estamos en la primera semana de marzo de 2020 y Vera Carrizal sigue libre, prófugo de la justicia mientras María Elena se recupera en su casa. Un grupo de músicos y bailarines ha organizado este acto para alentarla y reunir fondos para sus tratamientos médicos.

La fila para entrar es ya un golpe de empatía y sentimiento. Todos sabemos a qué vamos y por qué estamos ahí (personalmente tengo el temor de que no venga más gente y la sala no se llene). Una vez que nos hacen entrar, nos sentamos en silencio y esperamos. En el escenario está un músico al que conozco, colocando micrófonos y atriles. Todo tiene el aire de impericia esforzada propia de los eventos colectivos autogestionados como las kermeses escolares o cuando entre toda una familia se monta el salón para celebrar el cumpleaños de la abuela. El acto da inicio con la proyección en pantalla de una foto de María Elena, poco después escuchamos el mensaje de gratitud que ella misma grabó para la ocasión. La conmoción flota por el auditorio como una bruma espesa, y se licúa, y hay lágrimas. Después comienza el concierto. 

Foto: Alfredo González

A lo largo de su carrera los músicos ejercitan la templanza y aprenden a dominar los nervios en el escenario, pero acá hay manos temblorosas y distracciones recurrentes. Es una imperfección compleja en su dimensión conceptual y estética porque pulsa un botón vibrantemente humano ¿Acaso podrían ser buenos músicos si la voz de Malena no los hubiese tocado de tal forma?

Mientras el ensamble de saxofones hace lo suyo no hago más que pensar en Bach y la maravilla del acto creativo. Vivió hace trescientos años en Alemania y seguramente nunca imaginó que sus acordes algún día sonarían como parte del repertorio de un concierto a favor de una joven oaxaqueña, víctima de violencia machista. Qué tan macho habrá sido el señor Bach, me pregunto, y no sé si esta pregunta tiene algún sentido ahora. Después de los saxos viene el cuarteto de cuerdas, luego una cantante y al final hay bailes. 

Y claro que hay palabras, porque México es un país muy discursivo y aquí siempre hay palabras. Además del mensaje de los organizadores, saxofonistas de muchas partes del mundo expresaron en video su apoyo para María Elena. Todos hablaron del poder de la música y la animaron para que vuelva a tocar el saxo.

Mi compulsión por el lenguaje no me deja entender cabalmente esa necesidad de los músicos por tocar su instrumento, ese misterioso cacharro que los conecta con el mundo, como una prótesis, y les permite también desconectarse, como los sueños. Sí consigo, sin embargo, detectar que las palabras que más se han dicho en este acto son música, justicia y fuerza. Es un trinomio poderoso, que nos signa como colectivo a todos los que compartimos este extraño par de horas en un teatro de Cholula.

Foto: Alfredo González

A nivel de experiencia estética hay algo muy especial en este evento. Es profundamente político sin consignas ni panfletos; hay indignación y rabia, pero no violencia; logra ser emotivo y severo a la vez. Hoy es día de la mujer y habrá marchas en el centro, ahí sacaremos el enojo gritando. Muchos publicarán puntos de vista, citas o reflexiones en la redes sociales, pero en su discurso Ximena Constantino ha llamado mi atención sobre la escucha. En una coyuntura en la que todos quieren hablar, cien nos hemos reunido para oír. Ese es también el poder reconversor de la música. 

Hay mucho dolor y  heridas detrás de este trauma social profundo; lo manejamos como podemos, desde la fragilidad que nos hermana y la cólera que nos cimbra. María Elena contó en una entrevista que tiene las piernas hechas girones por la piel que le han quitado para injertársela en la cara. Siento a todo México en el desgarro y el dolor y hoy, aquí, percibo la sacudida de un alarido que calla.

Por mi abuelo crecí sabiendo que en las buenas y en las malas la música siempre acompaña. Cuando era niña él insistió en enseñarme una  canción de Schubert que nunca consiguió que me gustara. La canción se llama Der Leierman y describe a un viejo organillero que pide dinero a las afueras de un pueblo. Es pleno invierno y, aunque nadie parece escucharlo, el anciano no deja de tocar con sus manos tumefactas. Tras regalarnos la narración, el cantante interpela al organillero y le dice (hay otras traducciones, pero me gusta la de mi abuelo): “oye, viejo extraño, yo contigo iré… si tu organillo da a mi canto fe.” 

Me emociona vivir esto. En medio de tanta tragedia un puñado de personas han podido idear un concierto, conseguir un espacio para él, difundirlo, reunir videos de músicos de muchos países hablando en diversos idiomas y subtitularlos, viajar desde otros estados para tocar, ensayar sus números hasta las tres de la mañana y movilizar a un grupo considerable de gente en favor de una causa. Nos dieron fe, música y fuerza. Pero la justicia falta y no vamos a ceder.

#JusticiaParaMale #FuerzaMariaElena

https://www.paypal.me/MariaElenaRiosOrtiz

*Foto de portada; Alfredo González

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