Raúl Motta

La imaginación, a mi parecer se desplaza sobre dos ejes, uno horizontal que se mueve de forma lineal, y  otro vertical que se abisma. El eje horizontal cobra vuelo con la novedad, con lo inesperado y el eje horizontal se ahonda en el fondo del ser, tratando de encontrar lo primigenio.  Estos dos ejes confluyen en un punto cartesiano que es la visión doble.  Está visión permite desenvolver los pliegues de la conjura de lo real para echar luz en lo que ahí habita, en las formas originales que se esconden en el interior de la materia. Lo real tiene hendiduras en dónde el mundo simbólico se despliega.  Los textos literarios que más disfruto leer tienen este rasgo, un punto de vista del narrador que se va trastocando hasta convertirse en una bisagra que devela lo oculto detrás de lo que se percibe en la superficie, lo oculto que deviene imagen y destino.  Esto para mí es el rasgo característico de lo fantástico. La ficción se mueve sobre el eje horizontal y la fantasía sobre el eje vertical de lo imaginario, son un sistema de andamios y contrapesos que se imbrican para lograr un equilibrio donde lo narrado es al mismo tiempo perecedero y trascendente.

La selección de textos para este Cubo de Rubik  traté de que gravitara sobre lo fantastico y sus hilaciones finas con la realidad. Cuatro textos que por contraposición de género narrativo se vinculan por lo que los antiguos llamaban simpatía. Dos ensayos y dos cuentos en donde la resonancia de un eco se propaga y retumba: “La realidad es una fantasía exageradamente bien peinada”, Goran Petrovic.

Raúl Motta (Ciudad de México, 1983) Escritor y editor. Egresado de la primera generación de la Escuela Mexicana de Escritores. Sus cuentos han sido publicados en antologías en Argentina  y en España. Tiene experiencia impartiendo y coordinando cursos y talleres en diversos centros culturales y universidades como la Universidad Nacional Autónoma de México.