Lado B
¿De qué color es tu luna? La lectura emocional y el color
Por Espacio Ibero @
09 de diciembre, 2021
Comparte

Mtra. Rosalva Moreno Rodríguez

Todos los días vivimos, tres, cuatro, cinco o más emociones. Las emociones son el resultado de las diferentes vivencias, cada persona las percibe de acuerdo con su contexto pasado y presente.

Como humanos podemos sentir más de sesenta emociones: miedo, angustia, alegría, ansiedad, melancolía, peligro, amor, tristeza…

Psicólogos y científicos han realizado investigaciones, observando que una emoción se puede asociar y conectar a un color. Como la furia y el amor con el rojo, el violeta con la melancolía, el azul con la paz. O un tono específico de azul, con la tristeza y decepción.

Las expresiones, la toma de conciencia, el conocimiento de nosotros mismos, actúan sobre nuestro comportamiento y personalidad. Todas las emociones son válidas como lo dice Zazil Be Palma, en su libro El color de las emociones.

Las emociones pueden representarse con colores, tenemos una reacción consciente o inconsciente. Es un proceso emotivo.

Una emoción puede surgir durante el proceso de interpretación de palabras, la lectura.

De las habilidades y hábitos que hemos desarrollado a lo largo de nuestra vida, dependerá si nos quedamos en una lectura de inspección o pasamos al siguiente nivel, que es la lectura analítica. El interpretar el texto, decodificar y procesar lo que el autor plasmó.

El último nivel es la lectura paralela o pos lectura, es cuando reflexionamos significativamente sobre el texto.

En ese momento se puede dar el proceso emotivo. Nos interrelacionamos con las palabras, con el autor, con el universo que nos presenta y con nuestro mundo interior.

Activamos los sentidos y sentimientos, dándole una interpretación a la obra, la conexión emocional se da. Es el placer de la lectura emocional para nuestro cerebro.

El proceso de implicación emocional se relaciona con la educación, la literatura y la psicología.

¿Les ha pasado al estar leyendo, llegar a ese momento de plenitud, conocido como experiencia estética, donde su entorno se resignifica, cambia el estado de ánimo?

La sensación puede ser hermosa, alegre, triste o de enojo y esto lo podemos nombrar y asociar con un color.

Cuando leemos, podemos darle un color a nuestra emoción, sentirnos de diferentes tonos. No estamos cambiando una palabra, estamos cambiando el sentido por un color.

¿Lo has experimentado? ¿de qué color te sientes después de leer a tu autor o autora favorita, un reporte de trabajo o una noticia?

Hagamos juntos esta vivencia. Te invito a leer el poema “La Luna” de Jaime Sabines:

 

La luna se puede tomar a cucharadas

o como una cápsula cada dos horas.

 

Es buena como hipnótico y sedante

y también alivia a los que se han intoxicado de filosofía.

 

Un pedazo de luna en el bolsillo

es mejor amuleto que la pata de conejo:

sirve para encontrar a quien se ama,

para ser rico sin que lo sepa nadie

y para alejar a los médicos y las clínicas.

 

Se puede dar de postre a los niños

cuando no se han dormido,

y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos

ayudan a bien morir.

 

Pon una hoja tierna de la luna

debajo de tu almohada

y mirarás lo que quieras ver.

 

Lleva siempre un frasquito del aire de la luna

para cuando te ahogues,

y dale la llave de la luna

a los presos y a los desencantados.

 

Para los condenados a muerte

y para los condenados a vida

no hay mejor estimulante que la luna

en dosis precisas y controladas.

 

Y ahora dime, ¿de qué color es tu luna?

 

*Foto de portada: Ave Calvar Martinez | Pexels

Comparte
Autor Lado B
Espacio Ibero
Suscripcion