Dante | Revista Esnob

@MrCrawley

Todos aquellos que han hecho trabajo de laboratorio o trabajo creativo se han encontrado con un problema que se niega a ser resuelto. Muchos científicos deciden abandonar las líneas de investigación, otros comienzan a buscar diferentes alternativas para su trabajo, y uno que otro se encuentra con que su trabajo es una solución para un problema que nadie se ha planteado aún; en otras palabras, inútil por el momento. Pero existen algunos casos donde el descubrimiento tiene aplicaciones que al investigador jamás se le había ocurrido. Aquí están cinco descubrimientos accidentales que cambiaron al mundo.

Viagra

El laboratorio de Sandwich, en Kent, sintetizó un compuesto llamado sildenafil. Pfizer estaba buscando una droga que pudiera ayudar a la hipertensión y la angina de pecho. En las primeras pruebas se dieron cuenta que la droga ayudaba en la vasodilatación, en áreas que no tienen nada que ver con el pecho. Así fue como, gracias a un efecto secundario, Pfizer reavivó la vida sexual de los hombres de más de cuarenta años (y uno que otro que consume antidepresivos). Entre los “otros” usos se ha encontrado que mantiene a las flores vivas por más tiempo y combate el Jet Lag en los hamsters.

Teflón

El politetrafluoroetileno es una sustancia blanca pegajosa que se descubrió en 1938 por Roy Plunkett mientras trabajaba en materiales refrigerantes en los laboratorios de DuPont. Su objetivo era realizar grandes cantidades de otra sustancia y, un día, mientras vaporizaba los cilindros de su experimento, encontró el dichoso material en forma de un polvo blanco. DuPont se interesó pues el material era inerte a todos los disolventes, ácidos, y solventes. Hoy se comercia, a diferencia de otros polvos blancos, legalmente y se puede encontrar en casi todas las cocinas.

Velcro

En 1941, el ingeniero George de Mestral se fue a cazar con su perro en los Alpes. Y como cualquier persona que ha pasado por un baldío, fue atacado por esas monstruosas plantas que se adhieren a la ropa. Tras analizar en el microscopio varias de estas plantas (arctium), se le ocurrió sintentizarlas. Originalmente, se burlaron de su idea, pues le consideraban impráctica. Posteriormente, se le agregó poliester para hacerlo más fuerte. Hoy en día existe velcro capaz de soportar hasta 80kg con una tira de 12cm.

Horno de Microondas

Percy Spencer estaba trabajando en un proyecto para mejorar al radar: un tubo al vació llamado magnetrón; durante su proceso experimental, Spencer, gustaba de comer chocolate y en una ocasión, se dio cuenta que la barra de chocolate en su bolsa se había derretido. Como buen científico repitió el experimento con un material aún mejor: palomitas de maíz. El resultado fue un éxito. Posteriormente, puso un huevo, que le explotó a un colega suyo en la cara. Spencer diseñó una caja metálica que pudiera contener la las ondas y así nacieron los microondas. Que, en un principio, costaban cinco mil dólares, medían 1,60, y pesaban 80kg.

Post-it

En 1968 otro doctor, llamado Spencer Silver, estaba tratando de crear un adhesivo muy potente, pero creó por accidente un adhesivo recusable, sensible a la presión, que no lastimaba el papel u otras superficies. En su momento, se tomó como una solución a un problema inexistente. Y durante cinco años Spencer trató de vender su proyecto pero a nadie le interesó en 3M, hasta que, en 1974, Art Fry, otro trabajador de 3M tuvo la idea de utilizar el adhesivo como separador en su libro de himnos. Así nacieron los Post-It.