Dante* | Revista Esnob

@MrCrawley

Hace poco menos de una semana tuve una conversación bastante interesante con Takao, el robot japonés que controla el mundo. Me dijo que la CIA y la CANACA tenían instaladas miles de antenas de control mental en todo el país, y para ocultarlas las “disfrazaban” de esas cruces luminosas que están en la cima de los campanarios de las iglesias.

Naturalmente, Takao me comentó que podía protegerme con un gorro de papel aluminio, y amablemente me enseñó a hacer uno. Como el buen científico que soy me decidí a investigar si realmente un cono hecho de metal para envolver emparedados me podía proteger de las garras del nuevo orden mundial, he aquí mis conclusiones.

Todo comenzó en una historia de Julian Huxley, de 1927, donde se habla de un “sombrero de metal” que protege de los efectos de la telepatía. Pero actualmente se alega que el punto de envolver el cerebro en metal es crear una caja de Faraday. Las cajas de Faraday son una especie de funda hechas de un material conductor que sirven para bloquear campos eléctricos externos y radiación. Esto funciona distribuyendo la carga eléctrica en toda la superficie del material, creando un lugar seguro dentro.

Tomada de keeptalkinggreece.com

Aquí se encuentra el primer problema: la eficacia del sombrero de aluminio como caja de Faraday se disminuye drásticamente pues no cubre completamente la cabeza. Las ondas de control mental pueden entrar por el borde, o por cualquier otro lado de la cabeza que esté expuesto.

Por otro lado, el aluminio sí puede repeler radiación, pero todo depende de la frecuencia. El WiFi (con 2.4Ghz de frecuencia) se atenúa hasta en 90dB. Pero en el MIT descubrieron que las transmisiones con una frecuencia de 2.6GhZ y 1.2GhZ son potenciadas (son las frecuencias que se usan para comunicación móvil, radionavegación, y transmisiones de la tierra a satélites).

Ahora, existe la posibilidad real de que todo este tipo de investigaciones sean producto de la influencia de los iluminati que buscan desacreditar al buen Takao. Finalmente, los mismos alumnos del MIT declararon que su motivación para realizar este experimento fue «su deseo de jugar con equipos caros«. Y además tenemos evidencia bastante sólida que el tal Faraday era un agente masón, por lo que lo mejor será comenzar a comprar papel de aluminio, o de estaño, para la inminente invasión extraterrestre de la que se nos advirtió en el tercer secreto de Fátima (o volver a tomar mis medicamentos).

*Dante. Duermo apoyado sobre mi brazo derecho, y boca abajo. Abuso de mis trajes, del vino tinto y de la coca. Operador suave, y amante de los Moleskine, ligeramente esquizofrénico y ocasionalmente psicópata. Estudio la licenciatura en Física y me dedico a la divulgación científica, principalmente de física y matemáticas.