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Lado B

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La travesía de 5 mil kilómetros para arribar a Melilla, ciudad autónoma de España, situada en el norte de África, a orillas del mar Mediterráneo, resulta peligrosa para los inmigrantes subsaharianos que día a día intentan superar la valla que les impide alcanzar una mejor vida, o al menos es lo que piensan al iniciar su recorrido.

Los testimonios de quienes logran llegar a Melilla son muy parecidos: “he conseguido superar la valla en cuatro ocasiones, pero la Guardia Civil me ha devuelto todas a Marruecos a través de las puertas de la alambrada”, comentó para El País Touré Mocta, camerunés que desde hace cinco meses inició la travesía.

Sin embargo, la policía de Melilla ha incrementado la violencia con la que intenta frenar a los inmigrantes subsaharianos que intentarán saltar la valla: “antes golpeaban, siempre golpean, pero ahora quieren rompernos las piernas”, comenta muy nervioso un chiquillo de 19 años que ha huido de Mali a Periodismo Humano.

“Nos pegan, nos pegan y nos pegan. No hablan, no te miran a los ojos, sólo te golpean”, grita un joven de Liberia al que le han roto un dedo de la mano derecha y le han producido graves heridas en una de las rodillas.

“Anoche, entorno a las 05:30 horas, un grupo de más de cien subsaharianos, la mayoría de ellos de Mali, intentó acceder a Melilla superando la doble valla metálica de más de seis metros de altura, cerca del puesto fronterizo del Barrio Chino (una de las zonas más al sur del perímetro).

“Ninguno consiguió entrar a Melilla, pero los vecinos de Altos del Real –el barrio más cercano a esta parte de la alambrada- aseguran que los alaridos y llantos de dolor de los jóvenes subsaharianos les hicieron estremecer hasta más de las siete de la mañana”.

Lea el reportaje completo de Periodismo Humano titulado “Nos golpean con piedras en las rodillas y tobillos para que no saltemos la valla de Melilla” en el siguiente link.