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Desaparecidos: un mantel que México no ha querido quitar...
Es un vacío que no se llena, es un vacío que hay que sentirlo; llegó a Puebla “Liberando la Esperanza”
Por Lado B @ladobemx
26 de octubre, 2012
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Es un vacío que no se llena, es un vacío que hay que sentirlo; llegó a Puebla “Liberando la Esperanza”

Foto: Marlene Martínez.

Mely Arellano | Xavier Rosas

@melyarel  | @wachangel

Sus rostros fueron el mantel que cubrió la tarde de este jueves el Zócalo de Puebla. Fotografías con los nombres de cada uno, así como sus lugares de procedencia, permanecieron sobre el adoquín, para que los transeúntes escucharan la voz de las 59 madres de inmigrantes centroamericanos desaparecidos que conforman la caravana “Liberando la Esperanza”, para que si alguien los llegara a identificar, se acercara a aquellas señoras que también cargaban parte de ese mantel que hasta el momento, nadie ha querido quitar de la mesa en nuestro país.

Foto: Marlene Martinez.

Una no tiene paz hasta no ver el cuerpo de su hijo

Hay que verlas para sentirlo. Escuchar la paciencia con la que, paradas delante del micrófono, dicen de dónde vienen, y nombran al hijo del que no saben desde hace dos años nueve meses, o a la hija que dejó su país hace ocho. Escuchar su cansada desesperación, su plegaria mil veces dicha, su ruego fervoroso, su por favor, su ayúdenos, y luego la voz que se corta explicando el vacío en su corazón, su dolor de madre, la imposible resignación. “Una no tiene paz hasta no ver el cuerpo de su hijo”.

Algunas han contado tantas veces la misma historia que –a veces- ya no la quieren contar. Entonces, sentadas o de pie, sostienen la foto del hijo para que la miren, esperando que alguien lo reconozca y le diga “sí, lo he visto”.

Y si alguien pregunta dan santo y seña. Sacan papeles con sellos y fechas, número de expedientes, de averiguaciones, teléfonos, nombres. Se convierten en policías, peritos, investigadoras, ofrecen sus versiones y conjeturas, son claras y hablan con pausa, cuentan la historia con orden.

Se quejan, nadie hace nada, nadie les dice, no les ayudan, no les importa, no las respetan, les mienten, les sacan dinero, les hacen perder el tiempo. Y lo que menos pueden perder es eso: tiempo.

También sonríen y presumen arrugas. Se toman del brazo, se abrazan, se consuelan. Hablan con quien quiera hablar y rezan, nombran a Dios muchas veces, le confían.

Son madres que buscan a sus hijos, a sus hijas. También son padres, son hermanas y hermanos. Todos buscan, es que alguien les falta. Y esa falta “es un vacío que no se llena”. Un vacío que no se puede nombrar, que no se explica: hay que sentirlo.

Foto: Marlene Martínez.

Un mantel que nadie quiere quitar

“Los niños preguntan por ella”, “por aquí sólo pasan , no vienen a hacerle daño a nadie”, “ando en busca de mi hija que desapareció en noviembre de 2003”, son algunas palabras expresadas por las integrantes de esta caravana.

Sus historias son muy parecidas, sólo cambian los nombres, las edades, lugares de procedencia -Honduras, Nicaragua, El Salvador o Guatemala-; sin embargo guardan una palabra en común: México, país que desde el inicio de la política en Seguridad de esta administración, ha visto cómo la violencia se ha incrementado en sus calles, como señaló Martha Sánchez, del Movimiento Migrante Mesoamericano: “70 mil muertos por la lucha contra el crimen organizado, sin contar los inmigrantes desaparecidos. A partir de la guerra contra el crimen organizado se incrementó su vulnerabilidad. Todo México es cementerio de migrantes”.

Aunado a esta situación, los abusos de las autoridades mexicanas a este grupo de la población, al que Amnistía Internacional califica como “víctimas invisibles”, también reflejan la violencia contra la que se tienen que enfrentar en su paso por México.

“Busco la verdad, saber lo que pasó, nada más que eso. Tengo la esperanza que alguna vez las voy a volver a ver”, comentó una joven salvadoreña que perdió la pista de sus dos hermanas mientras ellas cruzaban México.

La gran mayoría de las integrantes de esta caravana  perdieron el contacto de sus familiares cuando atravesaban el país, situación que las ha llevado a emprender el viaje por diferentes estados del país en los que los inmigrantes centroamericanos se enfrentan contra organizaciones del crimen organizado, así como autoridades que violan sus derechos humanos.

Ocho son el número de caravanas que han realizado familiares de migrantes desaparecidos en nuestro país, sin embargo, pocos han sido los casos de centroamericanos encontrados que se han reencontrado con sus familias, a pesar de esfuerzos como el de Movimiento Migrante Mesoamericano (M3), que logró que en esta caravana se reencontraran 4 familias.

Foto: Marlene Martínez.

A pesar de este hecho, los números aún continúan muy por debajo del estimado de mil 200 desaparecidos que dio a conocer Óscar Castro Soto, del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría: “de las cuales 72 han sido reencontradas en la region de la ruta del golfo y la del sur, gracias al trabajo de la sociedad civil”.

Tan sólo en el mes de febrero de 2011, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) informó que 11 mil migrantes habían sido secuestrados en los seis meses anteriores.

Sin embargo, en México no existen cifras estadísticas oficiales sobre el número de migrantes, mexicanos y extranjeros, que han desaparecido, de acuerdo al reporte Situación de las personas migrantes no localizadas y restos no identificados en México, presentado en marzo de 2012 a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“En el informe se menciona que algunas de las razones por las cuales no existe una cifra oficial son: 1) porque las autoridades gubernamentales se basan en criterios diferentes para recopilar la información, 2) no existen bases de datos confiables donde esta información se concentre y 3) existe poco intercambio en materia de sistemas de información. Lo que es peor aún: ninguna de las bases de datos existentes están construidas para buscar a las personas desaparecidas”, dio a conocer Animal Político.

Y es que esta situación de tránsito por el que atraviesan los inmigrantes centroamericanos ha permitido su vulneración, situación que hasta el momento ha quedado sobre la mesa ante la falta de una reforma migratoria integral que permita que sus derechos no sean violados, así como pueda garantizar su seguridad en su paso por México.

Amnistía Internacional ha denunciado las desapariciones de miles de personas en los últimos años, incluyendo personas migrantes. La gran mayoría de estas denuncias no han sido investigadas de forma debida lo que ha obstaculizado el acceso a la justicia y determinar la posible participación de funcionarios del Estado.

Ante este escenario, las voces de los familiares de inmigrantes centroamericanos desaparecidos seguirá caminando, seguirá exigiendo que se detengan los abusos, se garantice la seguridad, se permita el libre tránsito y se logré el esclarecimiento de las desapariciones y asesinatos de migrantes en su tránsito por nuestro país, mientras sus rostros seguirán siendo el mantel que cubrirá las calles de México: “Queridas madres, no se cansen de buscar”, les dijo Fray Tomás González.

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