Los dos tiene familias, hijos, proyectos, ilusiones que hora se ven truncados por qué otros decidieron sobre sus vidas, sobre sus cuerpos, porque los desaparecieron y no sabemos dónde están.
El 15 de julio de 2019 Sergio empezaron a recibir llamadas de sus trabajadores, diciendo que estaban secuestrados, que tenían que pagar un rescate para que los liberaran; después eran más trabajadores que confirmaban esa versión, después sus familias pidiendo no los dejaran solos y pagaran el rescate. Sergio y Liliana acordaron ese día que tenían que reunir el dinero, les pusieron fecha y hora de entrega, debían estar al otro día en Córdoba, Veracruz, en la Avenida 21 afuera de la dulcería la Josefina a las 12 del día. Ellos llegaron a tiempo, salieron de Puebla hacia Córdoba, estuvieron en ese lugar a las 12 del día, a plena luz del día, y ya, es lo último que sé, ya no hay más, no se a donde los llevaron, por qué se los llevaron, por qué no los dejaron regresar a su casa, por qué nadie llamo para avisarnos algo, no los encontré en ningún lado, ni en hospitales, no están sus cuerpos en un SEMEFO, no sé dónde están.
Primero fui a poner denuncia en Puebla, porque pensé que siendo ellos poblanos y haber salido de Puebla, pues ahí me harían caso, pero al cabo de una semana me dijeron que la carpeta la tenían que pasar a la Fiscalía de Veracruz por incompetencia… yo pregunte que que era eso, que si era porque ellos no tuvieran los medios o formas para buscarlo, pero me dijeron que no, que la incompetencia es porque los hechos sucedieron en otro Estado y ellos ahí no tenían competencia. Ese mismo día me fui para Córdoba, ya que era lo que sabía, que habían ido a Córdoba.
El 26 de julio a mediodía llegue a la Fiscalía Especializada para la Atención de Denuncias por Personas Desaparecidas, iba con una gran angustia, con un ataque de ansiedad muy grande, me acompañaban 4 personas porque tenía miedo, porque no quería estar sola; la agente que tocó para tomarme la declaración pasó a uno de los que me acompañaban y le dijo que estaba muy estresada, que tenía mucho trabajo, que le depositara 5 mil pesos y que me atendía. Se le hizo el deposito a la cuenta que ella escribió en un papelito y empezó a tomarme la declaración, me dijo que me ayudaría, que ella buscaría a Sergio y a Liliana, y yo me sentí mejor, sentí que alguien que sabía del tema me auxiliaría en todo esto tan incierto y desconocido para mí.
Regresé a Puebla y esperé, pero no hubo ni buenas ni malas noticias. Empecé a escribirle todos los días, a cada momento, y siempre era algo como “estamos trabajando en lo suyo”, “en eso estamos”, pero nada. Después empezó a decirme que necesitaba dinero para ponerle gasolina a las camionetas y poder ir a hacer las diligencias, las entrevistas, y yo cedí a todo por depuración, por frustración, vendí lo que tenía, pedí prestado a cuanto pude, pero ni por eso avanzó nada.
Pasaron las semanas y regrese a Córdoba a preguntar qué pasaba, por qué aún no encontraban a mi esposo; pedí leer la carpeta de investigación y ahí no había nada, no decía qué había hecho, y me preocupé. Al preguntarle a la agente por qué estaba así la carpeta dijo que así trabajaba ella. Después me mandaba mensajes que eran intimidantes para mí, así que le dije a su jefe lo que pasaba, pregunté si era normal que me pidiera dinero para copias, para gasolina y hasta para colegiatura de su hija. Supe que no, que todo estaba mal.
Pedí cambio de fiscal y al solicitar la carpeta, esa primera fiscal había extraído de ella las entrevistas que ya se habían hecho, y los videos que un establecimiento había entregado, donde se veía a Sergio, parado con la bolsa donde llevaba el dinero solicitado para el rescate. Sus actos habían afectado todo, la investigación, pero sobre todo la localización de mis familiares. Puse una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, pero hasta el día de hoy a 3 años de la desaparición no hay un pronunciamiento. Puse una denuncia en la Fiscalía de Anticorrupción, y la Fiscal Fabiola fue suspendida de sus funciones y un juez inicio un proceso en su contra, pero aún no hay sentencia del mismo.
No desisto de ir a la Fiscalía y la investigación avanza, pero nada es suficiente para dar con el paradero de Sergio y Liliana. Aunque determinaron culpables, emitieron ordenes de aprehensión y 4 personas están detenidas por el cargo de desaparición, aún faltan implicados por detener, y tampoco es suficiente porque pese a que hay detenidos y están en prisión, sigo sin saber dónde están Sergio y Liliana.
Cuando hay algún punto que creo que puedan estar voy a búsquedas, a recuperaciones de cuerpos, a preguntar a servicios periciales y revisar catálogos fotográficos, pero no, no los encuentro.
Tengo quejas administrativas, denuncias penales, procesos de amparo, 3 quejas por violaciones a mis derechos y a los de Liliana y Sergio, pero nada es suficiente para saber dónde están, donde los dejaron, que les hicieron, porque no les permiten regresar, porque los retienen.
Ya no sé qué más hacer, he rogado, suplicado, me he quejado, me manifiesto, y si a alguien se le ocurre algo mas dígame porque no sé qué más hacer.
No me gusta pensar en que lo que puedan estar sufriendo o viviendo Liliana y Sergio, pero es inevitable pensarlos sin comer, torturados, tal vez mutilados, muertos. Es mucha la angustia, pero más es el de volver a verlos.
Como evitarles el dolor a nuestros hijos, como explicarles a ellos lo que vivo, no hay formas ni modos de que duela.
Este sábado 16 de julio 2022 son 3 años de la desaparición de Sergio y Liliana, yo creo es normal mis sentimientos de tristeza, depresión, pero al mismo tiempo furia, incredulidad de cómo han pasado las cosas y yo sin tener noticias de mi marido. Se me parte el espíritu, pero solo agarro fuerza cuando empiezo a pensar que más hacer, que más decir para que me hagan caso y sobre todo Fiscalía me ayude a encontrarlos, ellos que tienen toda la infraestructura, conocimiento, personal, para poder lograrlo. Entiendo perfectamente que las instituciones y el Estado está rebasado, pero yo no tengo la culpa, ni Sergio, ni Liliana, ni los miles de desaparecidos que merecen ser buscados y encontrados.
Hoy no sé, no sé qué más hacer… hoy si a ti se te ocurre algo me dices.
Recibí tu respuesta dela idea de poder escribir y compartir mi sentir, escribí una carta a Sergio, no sé si el algún día lo podrá leer, pero quiero que sepa que todos los días lo pienso.
Después quise decirles a las niñas que a pesar de que lo vivimos día a día, que nos secamos juntas las lágrimas, que nada de esto es su culpa, pero que tampoco puedo ni detendré la búsqueda de su papá y su tía, y que ahora no solo pido que los encuentre, sino justicia y verdad para poder darles respuestas.
Después creo que a pesar de que sé que es mi derecho, de que hay leyes que nos protegen tengo que hacer peticiones y ruegos para que todos los que imparten justicia comprendan que sin su ayuda no podremos estar tranquilos como familias. No solo somos nosotros, son miles de familias que necesitan de estas investigaciones, y sanciones a los responsables, para que nunca nadie vuelva a padecer este sufrimiento.
Hola Amor, hoy se cumplen 3 años de no verte, de no saber de ti, tres años que tuve que abandonar nuestro hogar porque temí por la vida de nuestras hijas y mejor me las lleve lejos. Son tres largos, amargos años de tu ausencia y de tu presencia con todos los recuerdos que acumulamos de casi 15 años de matrimonio, fotografías, algún video, algún audio que ahora atesoramos. Hoy a 3 años sé que tú nos sigues pensando igual o más que nosotras a ti. Tú sabes que salgo todos los días a buscar ayuda, a querer saber dónde estás, antes vivía para ti, para cocinarte, para amarte, y ahora lo sigo haciendo, sigo viviendo para encontrarte, para volver a estar juntos.
Te platico Sergio que ya no soy la misma, se me acabo la alegría, a veces lloro, pero procuro no hacerlo. Te cuento que la comida ya no me sabe, ya no es lo mismo cocinar sin que me pidas más, sin que me digas que te gustó lo que preparé. Dejé de arreglarme, subí de peso, las niñas dicen que ya no te voy a gustar cuando regreses, pero sé que eso no te importara.
Trato de que las niñas rían, canten, jueguen, que vayan creciendo lo mejor posible; aquí seguimos festejando tus cumpleaños, a mí me duele mucho, pero las niñas así quieren.
Muchas veces pienso qué estarías haciendo tu por mí, si yo fuera a la que se hubieran llevado, pienso que ya hubieras buscado debajo de todas las piedras, en todos los cerros, pienso que no me dejarías ahí, que tal vez ya estarías loco por no encontrarme, y no quiero decepcionarte, nunca lo pienses, no te imaginas todos los paso que doy para buscarte y perdóname si aún no te puedo traer con nosotras.
Te acuerdas cuanto nos cuidabas, cuanto nos protegías, cuanto nos amabas, estabas tan pendiente de nosotras, sobre todo de que fuéramos felices, de que no faltara nada en la casa, perdóname si no te lo agradecí, ahora nos haces mucha falta.
Quiero que sepan que desde el día 1 que no llego papá a la casa no he parado de buscarlo. Perdónenme porque a 3 años no tengo las respuestas de donde está su papá, perdónenme por todas las veces que las tengo que dejar para salir a suplicar en Fiscalía que hagan algo, que voy y pido en Derechos Humanos hagan que dejen de violentar nuestros derechos y busquen a su papa y su tía, las veces que he salido por ir a la psicóloga porque hay cosas que ya no puedo sola, las veces que tengo q ir con el abogado a que me explique qué más puede hacer para avanzar, todos los fines de semana que me siento en la computadora a sacar cursos de protocolos de búsqueda, de defensa de derechos humanos, de reparación de memoria. Perdónenme por todo lo que las abandono, las veces que falté a eventos de la escuela porque no cancele citas con tal de que nunca pusieran de pretexto que había desinterés de mi parte.
Perdón por todos los días que he estado más pendiente de mi correo o mensajes o llamadas que de sus risas y juegos. Perdón por todas las veces que salgo muy temprano, antes de que abran sus ojos y regreso hasta la noche por ir a lugares que ni se imaginan a búsquedas. Les pido perdón por las veces que vendrán, porque hasta que no sepa dónde está su papá dejare de salir, de ir, de quejarme, de enojarme, de frustrarme, mis niñas quiero que sepan que mi molestia nunca fue contra ustedes, nunca las quise lastimar.
¿Mi duelo no es tu duelo? ¿Mi dolor no es tu dolor? ¿Faltaría que te pase para que me entendieras?
Todas las preguntas que cuando salgo callo, pero pienso ¿Por qué tú Investigador Ministerial no haces lo que te toca? ¿Por qué Fiscal que tiene que agotar todo hasta dar con mi marido dejas pasar tanto tiempo y no me da una respuesta? ¿Por qué Gobernador de Veracruz, que sabe el daño que me han causado al pedirme dinero (persona que yo denuncie con pruebas) que me perdió evidencias y entorpeció la búsqueda, porque no me ha ayudado a la búsqueda la verdad?
Y así, podría seguir la lista de personas que tienen el conocimiento de todas las violaciones de derechos que no solo a mí me hacen sino principalmente a Sergio y Liliana y a todos los mas de 10 mil personas desaparecidas que de no ser por sus propias familias no serían encontradas.
Karla Quintana Osuna, Comisionada Nacional de Búsqueda, hace dos años la encontré en la Fiscalía a del Estado de Veracruz, fui como tantos días y usted estaba, me acerqué, le platiqué que buscaba a mi marido y a mi cuñada, le expliqué que la comisión de Búsqueda de Veracruz no estaba buscando y que necesitaba de su internación. Me puso en contacto con la parte jurídica y operativa, empezaron las reuniones con la Comisión Nacional, la Local y Fiscalía, pero no, no hubo un plan de búsqueda, no se concretó nada.
Antes ya había conocido a los de la Comisión Estatal de Veracruz, que como institución encargada para la búsqueda y localización de personas desaparecidas debían ayudarme a encontrar a Sergio y a Liliana, les hice muchas peticiones, y entre ellas la búsqueda individualizada para mis familiares y ellos dieron una contestación negativa, en una hoja con firma y sello pusieron, nosotros no hacemos búsqueda individualizada… ¿y entonces qué hacen? Esa respuesta se la lleve a un Juez y presenté un amparo para que él les obligue a que me ayuden a encontrarlos, pero Doctora Quintana, con todo y eso al día de hoy, a tres años de la desaparición de Sergio y Liliana no hay acciones de búsqueda ni de la Comisión que Nacional ni de la Estatal.
Hoy les platico que no está Sergio conmigo y no me siento mártir, no me siento viuda, no me siento, no me gusta que me digan víctima. Sé que vivimos una tragedia, pero ahora que conozco de más casos siento dolor por los demás, por los niños que ya no tienen a su papa, por las madres y padres que sufren y sus corazones ya rotos, imposibles de unir, tratan de que a sus nietos les sean reparados dando el triple de amor, he conocido a más personas y todas con historia. Conocí a las que no se quedaron a llorar en sus casas, pero también sé de muchas que se fueron sin saber qué le paso a su familia, sé de las que han recibido la noticia de que se encontraron el cuerpo de su familia. Lo que te quiero decir es que las desapariciones se resumen en crueldad y sufrimiento, que aún no se la respuesta para que pare, y que no es algo que apenas ocurrió, es de tiempo atrás, pero con estadísticas se ve claro que va en aumento.
Yo nunca pensé que me pasaría, nunca pensó Sergio que se lo llevarían, no lo platicábamos, no era como que previéramos o que nos informáramos, si aún no has vivido esta terrible situación es importante que de inmediato lo reportes, que vayas a Fiscalía, a comisión de búsqueda, ve con cualquier policía, pide, grita, exige, porque de otra manera es más probable que no sepas más de tu familia.
El martes 16 de julio del 2019, entre las 2 y 3 de la tarde, ya no supieron de Lili y Sergio, Nallely y Marcelo desde entonces buscan, buscan justicia, buscan verdad, buscan entre la misma búsqueda.
Buscan esa huella, ese dato, que los lleve a encontrarlos; desde entonces siguen caminando bajo el sol, bajo la lluvia, caminando junto con mas que también buscan y caminan y gritan, porque ese penar, se transformó en rabia, en esperanza, porque no están solos como al principio o ya no tan solos como pensaban, están quienes se solidarizan, quienes comprenden y apoyan, Nallely y Marcelo seguirán buscando eso es seguro, seguirán hasta encontrarles.
EL PEPO