Lado B
Buscan PRI y PAN el voto migrante para el 2018
Las iniciativas sólo contemplan que la participación electoral sea para definir gobernador
Por Lado B @ladobemx
10 de octubre, 2012
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Tomada del sitio grupoinformativoasisucede.com.mx/

Ernesto Aroche | Xavier Rosas

@earoche | @wachangel

En enero pasado, cuando aún no se tenía claro el futuro político del país, la panista Josefina Vázquez Mota, aspirante a sustituir a su correligionario Felipe Calderón en la presidencia de la República, se reunió con integrantes de la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California. La panista escuchó a los migrantes afincados del otro lado del río Bravo hablar de sus preocupaciones, que si la inseguridad y la violencia que se vive en México, que si la educación y los derechos de los estudiantes indocumentados, pero el tema recurrente para los congregados en la Plaza México de Lynwood fue la imposibilidad de votar.

Ya durante la campaña electoral grupos de connacionales ubicados en Santa María, Fresno, Madera, Los Angeles y San Diego, California que forman parte del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales, acusaron a los legisladores mexicanos de ignorar su realidad.

“Muchos de nosotros nunca obtuvimos una credencial, o la tuvimos que destruir en el camino hacia Estados Unidos. En otros casos, en nuestro ir y venir simplemente se perdió. Muchos de nosotros no podemos ir a México por no contar con los documentos para regresar a Estados Unidos, de manera que nos es imposible tramitarla”.

Por ello pidieron a los que se quedaron en el país mediante un video que circuló en las redes sociales: “Este 1 de julio, tú que puedes, vota por nosotros. Vota con memoria”.

En Puebla, con una comunidad superior a los dos millones de migrantes de acuerdo con datos del Inegi, sólo pudieron votar en julio pasado 2 mil 959, seis años antes, en 2006, el número de migrantes poblanos inscritos en la lista nominal del IFE fue de mil 276, por ello explica Rafael Von Raesfeld, presidente de la Comisión de Migración y Asunto Internacionales del Congreso local, primero hay que fortalecer el sistema de confianza en las instituciones, mejorar el proceso tanto en los consultados como en las Casas Puebla, como en los propios ayuntamientos para dar certeza en la certificación de la vecindad antes de abrir el voto migrante a la elección de autoridades municipales y diputaciones.

Foto: Es Imagen

Lo que ya se preparan tanto el PAN, a través del diputado Von Raesfeld, como el PRI, por conducto del diputado Ernesto Leyva, quieren que los migrantes puedan participar en la próxima elección de gobernador en 2018, y aunque todavía está por definir el método, la iniciativa que cada uno presentó por su lado ya está en análisis y podría salir este año.

El retraso en dictaminar las iniciativas, explica el panista, fue una decisión de la propia comisión que encabeza para evitar que el proceso electoral pasado pudiera contaminar el debate, pero el documento volverá a la mesa de discusión en breve.

Lo que también ya se analiza es una iniciativa promovida por el propio Von Raesfeld para homologar las constancias de vecindad. “Hoy las constancias que emiten los ayuntamientos poblanos adolecen de la información mínima indispensable, lo firma cualquier persona del ayuntamiento y esto se presta mucho a fraude. El cabildo entonces no puede validar y regresamos al mismo punto, no hay certeza”.

“Queremos que sea facultad exclusiva del secretario del ayuntamiento emitir las constancias. Segundo que tengan la obligación de guardar un registro de esas constancias emitidas, y tercero que la constancia cumpla con una serie de requisitos indispensables, nombre, domicilio, etcétera”.

A las urnas en seis años

Para Óscar Calderón Morillón, coordinador de la licenciatura en Sociología en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), son dos los puntos de interés de los partidos en el voto migrante para las elecciones locales: la posibilidad de obtener recursos con ellos para las campañas y, por supuesto, el “botín político” traducido en votos.

Y no es una cifra menor, son más de dos millones de poblanos los que se calcula viven más allá del río Bravo, prácticamente el 40 por ciento de la población actual que tiene el estado según el censo que levantó el Inegi en el 2010.

Aunque la cifra real de votantes puede ser mucho menor, como ya señaló, una de las quejas constantes de los migrantes es la dificultad que enfrentan para obtener la credencial de elector.

Por ello, puntualiza Von Raesfeld, se trabajan otras iniciativas a nivel federal para que el IFE emita credenciales de elector en embajadas y consulados.

“Esto no se ha dado por que la Cancillería siempre ha sido renuente, y si bien la última elección federal no fue el mayor de los éxitos en cuanto al voto migrante  –a nivel local se registraron sólo mil 73 votos lo que significó apenas un 36 por ciento de los electores migrantes inscritos en la Lista Nominal–, si logramos que se detone la emisión de credenciales de elector en el extranjero eso nos ayudaría para abrir el panorama de la participación”.

Otra opción que se analiza, sostiene el diputado, es que se utilice la matrícula consular como elemento de identificación.

Y es que, como apunta Julia del Palacio, estudiante del posgrado de historia en la Universidad de Columbia en un artículo publicado por la revista Letras Libres, “hasta que los 12 millones de migrantes mexicanos que viven ahora en Estados Unidos puedan ejercer el voto de manera accesible, informada y sin poner en riesgo su estadía en el país vecino, no se los puede considerar como parte de la nación”.

Por lo pronto, y si la iniciativa avanza en el Congreso local –y a decir Von Raesfeld podría quedar dictaminada en este tercer periodo–, los poblanos podrían tener el derecho legal, como ya sucede en otros estados, de participar en la elección del 2018.

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