Roberto Alonso*

@rialonso

1. La virtual victoria de Enrique Peña Nieto en la elección federal no puede entenderse sin la efectividad de un voto de castigo al PAN que no tuvo confianza en un eventual gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Según los últimos datos del PREP, por Peña Nieto votó 23.5% del padrón electoral, mientras que 36.6% de quienes podían sufragar lo hizo por otro candidato. El grueso de este porcentaje se dividió entre dos opciones, con una diferencia de 6.24 puntos porcentuales entre ambas. La participación fue de 63.1% de la lista de electores, por lo que más de 29 millones de personas en condiciones de votar no ejercieron su derecho.

2. Considerando las últimas cinco elecciones presidenciales, el candidato del PRI y del PVEM habría obtenido la mayor cantidad de votos que un aspirante a Los Pinos ha registrado: 18 millones 727 mil, 398. Sin embargo, la noche del 1 de julio no se llevó a cabo una celebración masiva. En la sede del PRI festejaron los militantes de ese partido junto con el cantante de banda Julio Preciado. Allí, Peña Nieto ofreció su primer discurso público como virtual presidente, que concluyó con una frase sintomática del maestro de ceremonias: “Y este es el reconocimiento que tributamos a Peña Nieto”. Al fondo, los aplausos y el confeti.

3. Como lo ha señalado Jorge Alcocer, en democracia nadie gana todo y nadie pierde todo. Si bien el PRI se habría llevado la Presidencia y los estados de Chiapas, Jalisco y Yucatán, coaligadas en el Movimiento Progresista las izquierdas arrasaron en el Distrito Federal y habrían ganado las gubernaturas de Morelos y Tabasco. Por su parte, el PAN mantuvo la gubernatura de Guanajuato.

4. Las izquierdas se convertirían en la segunda fuerza política en la Cámara de Diputados y sucedería lo propio con el PAN en el Senado de la República. De acuerdo con los datos del PREP, en ninguna cámara tendría mayoría el PRI, con lo que su intención de un gobierno unificado se vería frustrada. Para sacar adelante las reformas que le interesan, el PRI tendrá que negociar, con lo que será posible un primer contrapeso. Con su voto, los ciudadanos afirmaron el pluralismo como método democrático.

5. Independientemente del contrapeso que pueda suponer el Poder Legislativo, es probable que el gobierno de Peña Nieto sea el más vigilado en la historia contemporánea. El regreso del PRI a Los Pinos será observado con lupa por una sociedad, informada, activa y crítica, misma que muy seguramente le hará un marcaje personal al gabinete de Peña Nieto. A manera de ejemplo, el priista suscribió 69% de las propuestas formuladas por más de 300 organizaciones de la sociedad civil en la Primera Cumbre Ciudadana. Asimismo, en campaña dio a conocer un Manifiesto por una Presidencia Democrática, expresándole a la sociedad la vara con la que será medido.

6. La jornada electoral estuvo lejos de ser una jornada limpia y ejemplar. Es cierto que las instituciones, en tanto que son resultado de seres humanos, son imperfectas, pero los partidos políticos, particularmente el PRI, recurrieron otra vez a prácticas ilegales de compra y coacción del voto. El 1 de julio se cometieron delitos con flagrancia y las autoridades deben responder. Con base en una estimación de la organización Alianza Cívica, 28.4% de los ciudadanos habría estado expuesto a una práctica de esta naturaleza. Por otra parte, el monumental gasto en el que incurrió el PRI durante la campaña y la documentada relación entre Peña Nieto y Televisa ensombrecerán para siempre esta elección. Si el PRI confiaba en su candidato y su plataforma, ¿por qué tuvo que cometer estos abusos?

7. La mayoría de las encuestas cometieron fraude. Para sus responsables, los errores que tuvieron obedecieron a una falla metodológica. Lo cierto es que quedó al desnudo su propósito propagandístico. ¿Cómo habría reaccionado el electorado si en la víspera del 1 de julio todas las encuestas hubieran coincidido en que Peña Nieto tenía una ventaja como la que registró el PREP, y López Obrador estaba por arriba, con la misma distancia, de Josefina Vázquez Mota? La diferencia entre el primero y el segundo lugar fue calculada por Mitofsky (Televisa) y Parametría (OEM) en 15%, por Ulises Beltrán (Excélsior) en 16%, por Buendía & Laredo (El Universal) en 17%, y por GEA/ISA (Milenio) en 18%. Con estos datos jugaron, se burlaron y se pararon el cuello.

8. López Obrador está en todo su derecho de recurrir a las vías que la ley le permite para presentar sus quejas e inconformidades. Faltaba más. Quien señale que el candidato del PRD, del PT y de Movimiento Ciudadano transgrede el contenido del pacto de civilidad se equivoca y vende gato por liebre. El respeto a la legalidad signado incluye la eventualidad de la impugnación, como lo ha reconocido el propio Instituto Federal Electoral (IFE). Nada más sano que “limpiar” la elección ante la evidencia de irregularidades, documentadas en diferentes plataformas.

9. Desgraciadamente, el IFE será el blanco de un cúmulo ingente de críticas, molestias y frustraciones. El problema, hay que ubicarlo con precisión, no fue de los cientos de miles de ciudadanos que participaron en la jornada electoral como funcionarios de casilla. Ellos merecen respeto y reconocimiento. Sin su trabajo la elección no hubiera sido viable. Las reglas electorales son las que por mucho fueron rebasadas. Es inconcebible que la ley no prevea como causa de nulidad que se rebasen los topes de campaña, con lo que un aspirante a la Presidencia puede violar la ley con un despilfarro de recursos y tomar posesión como presidente. Otra tragedia, en el IFE se registran las casas demoscópicas que desean realizar y publicar encuestas, pero si éstas son fraudulentas el instituto se queda con los brazos cruzados.

 10. Con Sergio Aguayo coincido en que no hay tiempo para el desánimo. El país se encuentra en una emergencia nacional y una oposición firme, preparada y alerta es condición necesaria no sólo para la defensa y el respeto de las libertades y los derechos, sino para que unas y otros se amplíen y puedan ser gozados por todos.

*@rialonso es secretario del Capítulo Puebla de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI). Comunicólogo de formación, maestrante en Políticas Públicas y apasionado del derecho a la información y del periodismo. Participa en el Nodo de Transparencia de Actívate por Puebla.

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