Lado B
Periodismo, desinformación y falsas acusaciones
Por Ernesto Aroche Aguilar @earoche
28 de febrero, 2024
Comparte

Fue en octubre del año pasado cuando comenzó el golpeteo desde los espacios que tradicionalmente se dedican a eso.

Ignoré las indirectas. A alguien le estaba molestando mi trabajo, pensé.

Luego vinieron otros mensajes en redes sociales. Específicamente en Twitter, para los necios como yo, o X para quienes ya aceptaron el cambio que trajo Elon Musk. Esas indirectas tenían la misma característica: no mencionaban de nombre y apellido. Las ignoré también, pero tenía claro que alguien estaba diseminando el rumor de que yo estaba detrás de una cuenta anónima que se ha dedicado a denostar personas dedicadas a la política… con razón y sin ella.

También puedes leer: Diputados federales doble cero

(Y acá hago una acotación, nunca me he escondido para decir lo que pienso y lo que creo. Mi única cuenta en Twitter tiene mi nombre y apellido. Y lo publicado, publicado está. Cierro paréntesis)

Luego finalmente alguien me arrobó. Hablé por teléfono con la persona (estoy evitando a propósito nombres de actores secundarios para no robar reflectores a la protagonista) para aclararle que nada tenía que ver con la cuenta que tantos dolores de cabeza le ha dado a algunos. Lo voy a publicar, me dijo. Y eso hizo (y le doy gracias por ello).

Di por zanjado el asunto y a otra cosa mariposa. Luego indagando con algunas fuentes supe que “el tema lo traía Edurne Ochoa”, vocera de la campaña del candidato guinda a la gubernatura. No soy de creer sin pruebas por más confianza que tenga a la persona, pero fue la propia Edurne la que se encargó de confirmarlo.

En noviembre, Edurne respondió en Twitter a alguna acusación de la multicitada cuenta y la interpeló llamándola “Ernesto”.

falsas acusaciones

Le escribí por DM y le pregunté: “¿Sugieres que yo soy quien está detrás de la cuenta esa?”. Ella respondió: “No sugiero nada. Mi investigación está con el Citizen Lab de Toronto y todas las cuentas asociadas. Saludos”. Le respondí: “Ah vaya, pues espero que pronto se haga público formalmente ese asunto, estoy harto de que me involucren con cosas que me son ajenas. El día que tenga algo que decirte lo hago de frente, Edurne; nunca me he escondido para tirar la piedra”.

(Nuevo paréntesis largo: El Citizen Lab de Toronto es la organización que ha estado detrás de la investigación del espionaje que el gobierno federal realizó usando el software Pegasus. Investiga espionaje, no cuentas troll. Y eso lo confirmé con personas que han trabajado cerca de la organización, cierro paréntesis).

El 29 de diciembre pasado, el director de un periódico digital publicó, también en la red más politizada, que la policía cibernética había ubicado a la persona detrás de la cuenta. Y no, no era yo. Otra fuente me aseguró que además del señalado en el tuit había otra persona detrás, una mujer, pero esa es otra historia.

Tras la revelación Edurne Ochoa cambió su discurso, ya no era el Citizen Lab si no un “experto en seguridad” quien le había proporcionado un análisis de dónde habían sacado conclusiones, y se justificó diciendo que ella y su hijo habían sido objeto de campañas de acoso y hostigamiento digital. Luego me escribió por DM para pedirme que habláramos en persona. Acepté y le pedí que llevara las pruebas que decía tener cuando me acusaba. Esa reunión nunca se realizó, Edurne la pospuso dos veces y luego se olvidó del tema.

Cuento esto ahora por dos razones: primero, para dejar documentada la facilidad con la que actores políticos pueden emprender campañas de desinformación contra periodistas sin mayores consecuencias, tratando de dañar lo más importante que tenemos quienes trabajamos con la información, el prestigio.

Y segundo, porque la historia es un ejemplo de los intentos de desinformación que se vivirán e intensificarán en las próximas semanas. La relación entre la prensa y el poder público es complicada y difícil. Se busca siempre tratar de controlar el debate y el discurso público, y el periodismo es una de las arenas de ese intercambio. Cuando la lucha por el poder se desata, y eso es una elección, máxime que lo que está en juego es el poder total (presidencia de la República, gubernaturas, poder legislativo federal y local, y presidencias municipales), esa relación se vuelve todavía más tirante e incluso riesgosa para quienes ejercemos el periodismo desde una postura ética, comprometidos con las audiencias.

En LADO B, con el apoyo de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D para los cuates), estaremos monitoreando y documentando los intentos de censura y remoción de contenidos durante el proceso electoral y las campañas en el estado de Puebla. Tendremos una herramienta para denunciar los casos de agresiones, solicitudes de cambio de fuente, las presiones para bajar contenido publicado y las campañas de desinformación y demás herramientas del poder tratar de controlar y dirigir el discurso público en el contexto electoral.

Una cuña del mismo palo

En enero pasado la colega Paula Mónaco Felipe publicó una amplia investigación sobre lo que sucedió en Veracruz con los medios y sus periodistas durante el sexenio de Javier Duarte, en los años “Veracruz 2010-2016. Cuando al menos 17 periodistas fueron asesinados y otros 3 desaparecidos en un solo estado”.

Escribió Paula: “Cabello corto con mechitas rubias, cejas delgadísimas y mirada brava, María Gina Domínguez Colio fue una de las figuras más fuertes del sexenio. Tanto que la apodaron La vicegobernadora. Además de su carácter, destaca su trayectoria: es periodista con larga experiencia, conoce al mundo de los medios veracruzanos de punta a punta.

“–Se encargaba del control de daños –dice un periodista que pide anonimato–. Ella desmentía las noticias. Llamaba a las redacciones y ordenaba ‘quiten esa nota, pongan esta’. Señalaba a gente y ponía a gente en peligro. Tan poderosa era que cuando encontraron los 34 cuerpos en casas de un fraccionamiento de Boca del Río [en 2011], Gina desmintió la noticia y después la Marina la desmintió a ella. Ni así la cesaron.

“Sigue otro periodista, también de identidad reservada por seguridad:

“–Gina hacía que corrieran a reporteros y reporteras si se salían del guion. Las fotos eran supervisadas por ella, qué se publicaba y qué no se publicaba en todos los medios, todos los medios. La intimidación era cabrona. (…) Primero es obvio, el de censura. Sigues insistiendo, te regaña. Sigues insistiendo, te corren o te amenazan con correrte, te suspenden los pagos o te atrasan los pagos [de convenios]. Sistemas que están perfectamente diseñados. Y si a pesar de que te corrieron de todos los medios, por ejemplo, no pongamos el punto máximo de exageración porque conservaste algunos [trabajos], entonces ya te intimida, te persiguen, te ponen marcaje personal y la última es la calentadita. Perdón, la última es la muerte. Porque eso fue algo que lo vimos perfectamente que empezaron a hacer un chingo. (…) Pero en eso ya no sé exactamente cómo laboraba ella, todo eran rumores.”

No cabe duda de que la Puebla de Barbosa no fue el Veracruz de Duarte, pero sí hay puntos de referencia para ambos gobiernos.

Durante el periodo de Barbosa tuvimos también una “vicegobernadora” (igual exagero, pero permítanme esa licencia) periodista. Una mujer de trayectoria reporteril que conocía bien a los medios y directivos poblanos, sus gustos y debilidades, y que tuvo la cartera del gobierno abierta para sujetar a los medios poblanos a través del convenio. Se inventó medios, pidió cabezas, bajaba notas, la intimidación; me cuentan algunos colegas, “era cabrona”.

Curioso asunto, el de Puebla y Veracruz, fue una periodista con un cargo de mucho poder quien más daño hizo a su propio gremio.

Otras historias del lado oscuro

Vacunación en México: Gobierno de AMLO dejó a 6 millones de niños sin vacuna… En 2019 y 2020, la vacunación del Gobierno federal dejó a 6 millones de niños sin vacunas porque no las compró o lo hizo con retraso y tampoco ahorró dinero, como prometió AMLO.

Los camiones de la muerte en el Gigante Agroalimentario… Con la complacencia gubernamental, empresas agroproductoras con ganancias millonarias usan vehículos de segunda mano, o con permisos vencidos, para trasladar a sus jornaleros a los campos de trabajo en Jalisco. El resultado: muerte, dolor e impunidad.

Ejército monitorea redes sociales para identificar críticos de militares y del Gobierno… El Centro de Operaciones para el Ciberespacio de Sedena cuenta con el software HIWIRE usado para monitorear a personas usuarias de redes sociales que hacen publicaciones críticas al Ejército y al Gobierno federal.

Y un podcast: Los demonios andan sueltos… José Francisco Ruiz Massieu, uno de los hombres más poderosos de México, es asesinado a plena luz. Su hermano acusa al PRI de obstaculizar el caso. Es el inicio de una guerra que fragmentará al partido más poderoso del país.

Comparte
Autor Lado B
Ernesto Aroche Aguilar
Suscripcion