Lado B
Una sospechosa reapertura del campus de la Udlap
Tras una resolución judicial el patronato impuesto por el gobierno del estado autoriza la apertura de las rejas; rectora cercana a la familia Jenkins –la contraparte– señaló que no era más que una nueva estrategia del “patronato espurio” para hacerse de la casa de estudios
Por Ernesto Aroche Aguilar @earoche
02 de febrero, 2022
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Ray Ricardez | Ernesto Aroche

Ayer por la noche las puertas del campus de la Universidad de las Américas Puebla (Udlap) finalmente se abrieron. Después de siete meses de la toma policial de la ex Hacienda de Santa Catarina a manos de las autoridades estatales se quitaron las cadenas y cerrojos y se abrió al paso, pero nadie entró.

Las y los estudiantes que cerraron las vialidades aledañas al inmueble por un espacio de más de tres horas, para exigir la reapertura de los accesos y retomar actividades, se quedaron expectantes ante la apertura y decidieron no ingresar hasta no tener certezas de quiénes serán las personas encargadas de la administración y en qué condiciones se reabre el campus. 

Una reapertura que se produjo después de que la jueza de control Magally Escamilla “resolvió que deben generarse las condiciones para reanudar las actividades educativas y académicas presenciales de la Udlap, sin ningún tipo de empleo de la fuerza pública y con la coadyuvancia pertinente de la Secretaría de Educación”.

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En una audiencia que se llevó a cabo la tarde de ayer la jueza hizo un exhorto “al personal administrativo y docente de la Universidad de las Américas, así como de la Secretaría de Educación Pública, para que presentaran en el campus para verificar la total apertura de las instalaciones y condiciones de acceso, dando cumplimiento a lo ordenado por la autoridad Jurisdiccional”.

Cosa que tampoco sucedió. La reapertura de las instalaciones se dio sin la presencia de ningún tipo de autoridades, ni educativas ni de la universidad, dejando a toda la comunidad a un paso de volver a su campus, pero sin la certeza ni el cobijo que esperaban. Entre la multitud se escuchaban las voces de estudiantes pidiendo a sus compañeras y compañeros que fueran pacientes, que una apertura en estas condiciones parecía una trampa más que una victoria.

Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

El silencio que la rectora cercana a la familia Jenkins y el patronato original, Cecilia Anaya Berríos, mantuvo tras la resolución judicial terminó por la noche cuando  mediante un video publicado en los canales institucionales de la universidad ella misma advirtió que este nuevo revés de la situación no era más que una nueva estrategia del “patronato espurio” para hacerse de la casa de estudios mediante una simulación que los ponía a ellos como administradores. Allí, pidió que un juez haga la entrega formal de las instalaciones. 

“No estamos esperando que nos dejen entrar, tienen que hacer la entrega formal como indica la resolución definitiva del juez tercero y salirse del campus. Sigamos el camino de la ley y no el de la confusión”, sentenció. 

Mientras tanto, las y los estudiantes, que a pesar de ser los más afectados siempre han estado al pie del cañón, llevaban mantas, casas de campaña y víveres para mantener plantones simultáneos en las vías de la Recta a Cholula y la calle 14 Oriente. 

El show político

Por la mañana el tema de la Udlap llegó al pleno del Congreso. Durante la comparecencia del titular de la Secretaría de Educación Pública del estado, Melitón Lozano, la diputada panista Mónica Rodríguez llevó el tema a la tribuna al señalar la falta de acciones por parte del gobierno del estado para garantizar el derecho a la educación de las y los estudiantes de la UDLAP, y exigieron la liberación del campus que fue tomada por la fuerza pública del estado desde el 29 de junio.

Foto: Marlene Martínez

En respuesta, la diputada Nora Merino, legisladora afín al gobernador Barbosa, subió a la tribuna legislativa para rechazar las acusaciones de que el gobierno estatal tiene las manos metidas y retó a los panistas a ir a Cholula a verificar que la institución no está bajo resguardo policial, “vamos ahorita, si dicen que la #UDLAPLibre, vamos ahorita, terminando la sesión vamos a ver si la tiene tomada la policía estatal”.

Y hasta allá fueron los panistas por su lado, sólo para comprobar que las instalaciones están bajo resguardo y no es posible el acceso. Y hasta allá fueron también las y los diputados afines al gobernador, Nora Merino y el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Sergio Salomón Céspedes, a pararse a otra puerta, distinta a aquella en la que estaban los panistas, para asegurar que quien resguarda el campus no es la policía estatal.

Estudiantes de la Udlap cierran el perímetro del campus

Por la tarde comenzó a correr el rumor entre la comunidad universitaria: se va a abrir el campus hoy. No era la primera vez que eso se decía; en un par de ocasiones las autoridades estatales les habían afirmado que eso pasaría, pero todo quedó en promesa.

Pero esta vez la situación pintaba diferente. En la Casa de Justicia de la 11 sur habría audiencia para resolver un procedimiento legal iniciado por el patronato que actualmente tiene la posesión del campus. Y se había citado a medios para que estuvieran presentes en la audiencia. 

Mientras en los alrededores del campus comenzaban a congregarse estudiantes. Poco después de la cinco de la tarde desde las redes sociales comenzó a fluir la información: la jueza del caso había planteado la urgencia de que se reanudaran las actividades y eso activó a estudiantes a comenzar a cerrar las avenidas aledañas al campus: la recta a Cholula, el periférico y la 14 oriente para presionar la reapertura.

Foto: Marlene Martínez

La medida tomada por las y los estudiantes alteró el tráfico vehicular. En la zona del periférico incluso se produjeron algunos roces con transportistas urgidos por llegar a su destino, sin mayores consecuencias.

Pasadas las siete de la noche la comunidad estudiantil se concentró en la entrada del Colegio José Gaos, ubicada en la 14 oriente y en la de la recta a Cholula con la intención de quedarse ahí en plantón. Finalmente, cerca de las 8:00 pm se anunció la apertura, una que se dió sin ningún tipo de autoridad presente y con el único aval de los elementos de seguridad privada que custodiaban el lugar. Allí, se abrió la reja principal y los agentes se pararon en una fila que más que invitar, retaba a quien quisiera a entrar a las instalaciones. 

Es por esto que, ante la incertidumbre, las y los estudiantes decidieron no entrar y montaron guardias frente a las entradas, esperando toda la noche. 

*Foto de portada: Marlene Martínez

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Autor Lado B
Ernesto Aroche Aguilar
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