Dra. Laura Angélica Bárcenas Pozos

He recibido varias invitaciones a participar en programas de radio y televisión para hablar de los retos que se enfrentan con el regreso a clase de todos los niños, niñas y adolescentes después de dos años de pandemia y de encierro. Aunque el año pasado regresaron a la escuela casi todos los alumnos, lo hicieron de forma escalonada y un buen número de estudiantes no regresó a la presencialidad hasta ahora y varios otros estuvieron fuera de la escuela por diversos motivos y hoy vuelven con un enorme rezago.

Así que el principal problema que enfrentan las y los docentes es que tienen una gran diversidad de estudiantes por su nivel de logro en el aula. Esta variedad está siempre presente pues no todos tienen el mismo nivel de logro en sus aprendizajes cuando llegan a un curso escolar, por eso casi siempre se identifican tres grandes grupos, las y los alumnos que han alcanzado el nivel de logro suficiente para continuar construyendo los nuevos aprendizajes; los que alcanzaron casi por completo ese nivel de logro, así que con un poco de esfuerzo y empeño podrán conseguir los aprendizajes del nuevo curso y los estudiantes que están por debajo del nivel de logro deseado y tendrán que hacer mucho esfuerzo para obtener los nuevos aprendizajes.

El trabajo del docente es ayudar más a las y los estudiantes que tienen su nivel de logro más atrás y que tendrán que hacer más esfuerzo y al mismo tiempo ir avanzando con los que sí lo tienen o con los que más o menos lo tienen. Lo que normalmente sucede, es que el grupo intermedio es el más numeroso y los docentes se concentran en este grupo. Las y los estudiantes avanzados caminan junto a este grupo y los atrasados corren bastante para alcanzarlos. 

Pero ahora la realidad rebasa a las y los docentes en esta práctica pues no hay tres grupos definidos de estudiantes, sino que hay una gran diversidad en el nivel de logro en el aprendizaje alcanzado por las y los estudiantes considerando que no tuvieron las mismas condiciones durante los meses de encierro. Frente a esta circunstancia lo que corresponde hacer, antes que nada, es un buen diagnóstico para que puedan identificar en qué nivel de logro se encuentra cada estudiante, en seguida hacer un registro cuidadoso y certero que no deje fuera de duda qué necesita hacer cada estudiante para alcanzar la meta del curso escolar en el que se encuentran.

Para esto sugiero que apliquen un examen con los contenidos y habilidades que debieron haber logrado las y los estudiantes en el curso escolar previo. Por supuesto lo más necesario y lo más preciso que deben saber y saber hacer. Después hacer un registro del nivel de logro de cada estudiante y de lo que se debe hacer con cada uno para que alcancen el mínimo necesario para continuar con el curso. Si los resultados del examen dejan lugar a dudas sobre el nivel de logro alcanzado por algunos estudiantes, aplicar ejercicios en la clase para que él o la docente puedan observar los desempeños, particularmente, de esos estudiantes de los que tienen duda sobre su nivel de logro. Esto no debe tomarles más allá de dos semanas.

Después y teniendo ya el panorama claro, decidir la estrategia de atención organizando trabajo colaborativo, para que los estudiantes avanzados apoyen a sus compañeras y compañeros con más problema. Es importante hacer consciente a todas y todos que estamos viviendo una situación no usual e inédita que nos ha llevado a tener muchas diferencias en el logro del aprendizaje y que se necesita tener un periodo de nivelación para que todas y todos partan del mismo punto para lograr los aprendizajes del curso actual.

También será necesario y prácticamente obligado trabajar junto con los padres y madres de familia. En este sentido se les deberá informar sobre cuál será la estrategia de trabajo y cómo se espera que sea su participación, pues lo que se haga en casa será determinante para lograr la meta. Indicar que habrá tareas, sin ser demasiadas, y que será conveniente que refuercen lo que se está trabajando en la escuela, y que las madres o padres tengan una participación significativa, observando el desempeño de sus hijas e hijos y manden una nota al margen al o la docente diciendo cómo observan el desempeño del menor.

Por ejemplo, si las madres o padres observaron que su hija o hijo realizó la tarea sin problema, escribir al margen “desempeño notable”, pero si observan que su niña o niño tuvo problemas para resolver la tarea y preguntó a ellos o a un compañero(a) cómo resolverla, escribir al margen “con dificultades para realizar la tarea en…” y si el pequeño o la pequeña no pudo resolver la tarea a pesar de la ayuda recibida, escribir al margen, “no lo logró”. Será muy importante que las madres y padres den información precisa al o la docente para que pueda tomar decisiones sobre cómo continuar apoyando a las y los estudiantes a alcanzar la meta.

Esta fase de nivelación puede tomar dos o hasta tres meses, y será hasta entonces cuando inicien con los nuevos contenidos. En este momento tendrán que hacer una selección de qué es lo necesario e indispensable aprender y qué habilidades habrá que desarrollar para que continúen al siguiente ciclo y no siga habiendo rezagos.

La autora es académica de la Universidad Iberoamericana Puebla.

*Foto de portada: Olga Valeria Hernández