Mtro. José Teódulo Guzmán Anell
El gobierno del Estado de Puebla acaba de publicar el Modelo Educativo Híbrido para la Educación Superior en esta entidad federativa. La intención principal es superar la dicotomía entre las diferentes modalidades de aprendizaje, principalmente entre la educación presencial y la educación a distancia, con la utilización de las nuevas tecnologías. La educación a distancia no es algo inédito en la práctica de la docencia. El telebachillerato y la telesecundaria han sido, en la historia de la educación mexicana, desde hace décadas, modalidades de docencia y aprendizaje a distancia.
Actualmente, sin embargo, a raíz de la pandemia por COVID-19, el teleaprendizaje se ha convertido en la modalidad pedagógica de moda, con sus pros y sus contras, sin que hasta ahora haya evidencias sustantivas de sus ventajas para la educación integral de los estudiantes. Y digo integral, porque, como ya sabemos, la sola capacidad para procesar la información derivada de múltiples fuentes, no es un indicador suficiente para calificar a una persona como educada.
Me parece interesante y laudable que las autoridades educativas del Estado de Puebla prioricen la construcción del conocimiento como pilar fundamental del proceso educativo, y sobre todo en el nivel superior, como un proceso permanente, situado y continuo. Y que al mismo tiempo hayan redefinido la tarea de los docentes y el enfoque sustancial de su labor en cualquiera de las modalidades de enseñanza. El modelo educativo acentúa el concepto y la práctica del diálogo educativo entre el docente y el aprendiente. Llama la atención de que ya hablé de maestro o maestra y alumno o alumna, en términos de subordinación o adoctrinamiento.
La modalidad de la educación a distancia está bien caracterizada. “Es el diálogo mediático entre educador y estudiante que, ubicados en espacios y tiempos diferentes, aprenden de forma flexible, independiente y colaborativa, y que dicha distancia puede ser reducida por la tecnología o por recursos impresos, enviados por correspondencia a través de actividades sincrónicas o asincrónicas”.
En último término, la educación a distancia y el modelo híbrido requieren que el profesor actúe como un mediador y facilitador del proceso de aprendizaje. Y que el o la estudiante aprendiente se asuma como autor o autora de su propio desarrollo intelectual y personal, que es acompañado o acompañada en el camino de la construcción autónoma de conocimiento.
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El Modelo Educativo Híbrido del Estado de Puebla no descarta las actividades presenciales en la práctica educativa del nivel superior, sino que su propósito principal es objetivar, equilibrar y normar la combinación de una práctica de enseñanza que se privilegió a causa de la pandemia con la antigua modalidad de enseñanza presencial.
Corresponderá a las instituciones de educación superior, a través de sus respectivos institutos para la formación de docentes, la formación y capacitación de sus profesores para que puedan conducir exitosamente los procesos de aprendizaje de sus estudiantes, en este modelo híbrido que propone la autoridad educativa del Estado de Puebla. Probablemente, muchos de ellos y ellas ya han desarrollado habilidades y experiencia en el uso de la tecnología para la enseñanza a distancia, desde el momento en que el COVID nos obligó a prescindir de lo presencial y nos encerró en lo virtual. Por consiguiente, no estamos totalmente desarmados para enfrentar el nuevo modo de proceder didácticamente en la universidad.
*Foto de portada: cottonbro | Pexels
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