Lado B
Trayectorias, las huellas mecánicas y abstractas de Manuel Felguérez en el arte
La exposición que celebró los 90 años de vida del artista zacatecano se encuentra en el Museo Amparo desde el 13 de abril y hasta el 7 de junio, en ella se pueden apreciar tres momentos que caracterizaron la producción artística de Felguérez
Por Fernando Merino Noriega @FerMerinoN
22 de abril, 2021
Comparte

Una máquina de acero formada por figuras geométricas, colores policromáticos y de naturaleza inquietante recibe al visitante. La presencia de este artefacto en la sala se mimetiza con los sonidos que provienen de una pantalla colocada en una pared cercana, en donde se ve a una mujer desnudarse para introducir un objeto cilíndrico en la máquina; segundos después, el artefacto se activa, deja ver su forma final y entre ruidos mecánicos emana una sustancia como respuesta a la estimulación.

Se trata de La Máquina del deseo, una instalación que el artista Manuel Felguérez realizó en 1973 para la película La montaña sagrada, del director Alejandro Jodorowsky, y cuya reproducción se encuentra en el Museo Amparo, desde el 13 de abril, como parte de la exposición Trayectorias, organizada por el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) para celebrar los 90 años del artista; esta fue la última exposición en la que Felguérez participó antes de fallecer por COVID-19 el 8 de julio de 2020.

En esta pieza de gran formato que recibe al visitante en la primera sala de la exposición, Felguérez aborda uno de los temas centrales en toda su obra: las máquinas, pues desde su infancia el artista tuvo una fascinación por el funcionamiento de los objetos mecánicos; con ese interés desarmaba relojes que tenía en su casa, relató la curadora de la exposición, Pilar García. 

Tras un viaje a Europa en 1947, dos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, las autopistas de distintas ciudades estaban llenas de tanques, automóviles y cañones que daban cuenta del conflicto que se había vivido. Al regresar a México, Felguérez empezó a utilizar materiales industriales desechados, o fierro viejo como también lo llamaba, para hacer esculturas e instalaciones artísticas, declaró el artista en una entrevista con Pilar García.

Además de esta escultura, el artista trabajó con efímeros 一obras de arte que no buscan la permanencia一, esculturas en el espacio público y privado que hasta el día de hoy se pueden ver en la Ciudad de México, y su natal Zacatecas, y la pintura de tamaño mural, una de ellas, que lleva el nombre de “Agenda 2030”,  ubicada en la Sede de la ONU en Nueva York en referencia a los objetivos adoptados por las naciones para el progreso del mundo. 

En todas sus obras se puede observar la visión abstracta y la inquietud de incluir una estética industrial, pero también Felguérez siempre experimentó con nuevos lenguajes artísticos, pues durante los preparativos de Trayectorias el artista le dijo a la curadora “el arte es creación, así que no se vale repetir”. 

También puedes leer: La violencia puede anidar en el corazón de cualquiera: Fernanda Melchor

Así, el Museo Amparo acoge el arte de Felguérez, quien también participó en las primeras exhibiciones que tuvieron lugar en la inauguración del recinto hace 30 años, cuyo aniversario fue el 28 de febrero, por lo que esta muestra tiene un significado especial para este museo, de acuerdo con el director ejecutivo del Amparo, Ramiro Martínez. 

Tres visiones del trabajo del artista 

Felguérez es unos de los artistas contemporáneos más importantes de México y el mundo, dice a LADO B Pilar García. Y aunque su producción artística la inició en la época en la que Escuela Mexicana de la Pintura enalteció la producción de obras con referencias al nacionalismo 一1920 – 1970一y en donde la mayoría del arte seguía estos cánones,  Felguérez adoptó una postura diametralmente opuesta a esos valores que se impusieron en el arte de aquel entonces, e incluso se declaró “enemigo del nacionalismo”

Por la postura anterior, Felguérez pertenece a la “Generación de la ruptura”, en la que también se incluye a Guillermo Rojo, Brian Nissen, José Luis Cuevas y Lilia Carrillo, por mencionar algunos ejemplos, quienes también formaron parte del Salón Independiente, una exposición que fue una respuesta en contra del Salón Solar, muestra artística que fue organizada por el INBA en 1968, en el contexto de los Juegos Olímpicos en México, bajo un discurso nacionalista del arte.

Además de La máquina del deseo, en Trayectorias se reúnen otras 87 piezas emblemáticas del artista que se exponen en dos galerías y en el vestíbulo del Museo Amparo, que, sí, dan cuenta del interés de Manuel Felguérez por las máquinas, la estética industrial pero también por el arte abstracto, corriente artística de la que fue pionero en México y por lo cual se creó el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez en Zacatecas.

La exposición más que una retrospectiva, de acuerdo con Pilar García, es una visión no cronológica de tres momentos que marcaron la producción artística de Felguérez: la elaboración de obras con materiales de desechos industriales y en donde también se puede observar su interés por lo maquínico, pues en las pinturas el artista utilizó engranajes como hilo conductor  de su obra.

El segundo nodo de la exposición es la máquina estética, en la que Felguérez, con ayuda del ingeniero Mayer Sasson, dotó a una computadora de cualidad creativa para crear diseños que luego trasladó a la pintura en óleo y la escultura, algo que se considera como uno de los inicios del uso de la inteligencia artificial para el arte.

Y por último las piezas 一en su mayoría murales一 que hizo durante sus últimos momentos de vida, las cuales se caracterizan por la monumentalidad y por el uso del dripping (o chorreado de pintura) para lograr la abstracción y el uso de relieves para darle bidimensionalidad a las obras;  en las piezas realizadas durante su producción artística  la geometría tiene un papel muy importante, así como la combinación de pintura y escultura.

La distribución de piezas es diferente a la que se colocó en el MUAC porque el espacio del Museo Amparo es reducido, pero el discurso curatorial funciona de una manera adecuada, explica Pilar García, pues en el vestíbulo se puede ver El muro de las formas mecánicas, una de las obras tempranas del artista en la que piezas geométricas irregulares se combinan con una serie de hilos de plástico que le dan movimiento y que en el Amparo simula estar sobre el agua, por lo que elegir esta pieza para recibir en el vestíbulo a los visitantes funge como un acercamiento a las primeras piezas de Felguérez.

Esta escultura fue elaborada por el artista para el Deportivo Bahía y fue restaurada por la UNAM ya que se encontraba en estado de abandono, pues este balneario estuvo cerrado durante muchos años.

También puedes leer: Luna Marán, la cineasta feminista que busca entender la realidad a través del cine

Siguiendo con el recorrido, en la primera galería se pueden apreciar las primeras dos visiones del trabajo del artista y en la segunda sala se aprecia la tercera visión creativa en la que los murales son el eje principal. Al ser un espacio reducido la o el visitante puede apreciar de cerca los detalles de las obras, pues en el MUAC muchas obras estaban colocadas a grandes alturas, y el Amparo las obras se encuentran más cerca del público , por lo que es “un recorrido más íntimo”, de acuerdo con Ramiro Martínez. 

Redescubrir el arte contemporáneo y abstracto, una manera de generar diálogos

Al tener Puebla una tradición de arte virreinal y barroco, en ocasiones el arte contemporáneo y abstracto puede verse relegado en algunos espacios museísticos. Para la curadora de la exposición Trayectorias la exposición permite generar nuevos diálogos en torno a la evolución que ha tenido el arte en México, conocer a sus exponentes y generar un público que se interese por el arte contemporáneo. 

Por lo anterior, resulta importante abrir camino para estas expresiones artísticas, pues al menos en Puebla el arte es una profesión que se enseña en siete instituciones de las que van a egresar artistas dispuestos a experimentar, como lo hizo Felguérez hasta el día de su muerte, y por ello es necesario abrir espacios para dar cabida a estas expresiones artísticas.  

También puedes leer: Santorini: la poesía y el tiempo como catalizadores de los vínculos humanos

“[Trayectorias] permite conocer nuevos lenguajes que van a permitir entender [al espectador] qué es el arte contemporáneo. El Museo Amparo tiene una colección extraordinaria de arte contemporáneo y este tipo de exposiciones ayudan a entender hacia dónde va el arte”, concluye Pilar García. 

***

La exposición estará disponible hasta el 7 de junio de 2021, la entrada es libre y los protocolos de seguridad sanitaria son asegurados para proteger a las y los visitantes durante su estancia en el museo. 

Comparte
Autor Lado B
Fernando Merino Noriega
Suscripcion