Lado B
Reparar la desigualdad
Como cada año, Oxfam dio a conocer un nuevo informe que documenta las contradicciones de la economía mundial, bajo el título El virus de la desigualdad
Por Roberto Alonso @rialonso
02 de febrero, 2021
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“Creo que estamos aquí para reparar. De hecho, propongo que concibamos esta época que estamos viviendo como los años de reparación, que ese mandato dé forma a las prioridades colectivas en materia de asistencia, reconstrucción, trabajo, educación, comunicación e incluso celebración.”

Con esas palabras se dirigió la activista Naomi Klein a la audiencia reunida virtualmente en septiembre del año pasado en la cumbre inaugural de la Internacional Progresista, convocada en plena pandemia con el propósito —en palabras de David Adler— de “cartografiar la crisis, reclamar un futuro compartido y fortalecer un frente planetario”.

Son tiempos, dice Klein, para remediar el daño hecho y que todos los días infligimos al planeta, reparando a las personas que han sufrido el despojo y el saqueo; tiempos para ir más despacio, pues sólo así se gana consciencia de la relevancia de los cuidados, las relaciones y la interdependencia; tiempos para la solidaridad, esa que el capitalismo ha intentado exterminar con su mito “del individuo como isla fabricada por él mismo”; tiempos para promover una misión colectiva, de la mano de nuevos relatos unificadores; tiempos de curar.

La medida del éxito colectivo en los tiempos de reparación no ha de ser si la economía está creciendo o no, sino “si realmente estamos sanando, reparando, logrando ese territorio firme” necesario para la supervivencia de la vida. Limpiar nuestro desorden, agrega la también periodista canadiense, nos conduce a “involucrarnos en las tareas de reparación en múltiples frentes interrelacionados”. Y uno de estos frentes es el de construir una economía justa y humana, al servicio de las personas.

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Como cada año, en el contexto del Foro de Davos, Oxfam dio a conocer un nuevo informe que documenta las contradicciones de la economía mundial. Bajo el título El virus de la desigualdad. Cómo recomponer un mundo devastado por el coronavirus a través de una economía equitativa, justa y sostenible, Oxfam reveló que apenas en nueve meses, las mil mayores fortunas del mundo recuperaron las pérdidas económicas que les causó la pandemia, en tanto que para las personas más pobres esta recuperación podría tomar más de diez años. A decir de esta organización, el aumento de la fortuna de los diez multimillonarios más ricos del mundo desde que inició la crisis sanitaria y económica “bastaría para evitar que nadie cayese en la pobreza a causa de la pandemia y para financiar una vacuna universal contra la COVID-19.”

La pandemia por el nuevo coronavirus, sentencia Oxfam, ha tenido el potencial de agravar los efectos de otro virus, el de la desigualdad. Antes de la pandemia, una pequeña élite de 2 mil personas concentraba más riqueza que la que podría gastar aun si viviera mil vidas, mientras que casi la mitad de la humanidad sobrevivía con menos de 5.5 dólares al día.

A tono con la invitación hecha por Klein de ver la actual tormenta como una maestra que nos enseña lecciones duras pero importantes, el informe de Oxfam recoge una larga cita del secretario general de la ONU, António Guterres: “Se ha comparado al COVID-19 con una radiografía que ha revelado fracturas en el frágil esqueleto de las sociedades que hemos construido y que por doquier está sacando a la luz falacias y falsedades: la mentira de que los mercados libres pueden proporcionar asistencia sanitaria para todos; la ficción de que el trabajo de cuidados no remunerado no es trabajo; el engaño de que vivimos en un mundo post-racista; el mito de que todos estamos en el mismo barco. Pues si bien todos flotamos en el mismo mar, está claro que algunos navegan en súper-yates mientras otros se aferran a desechos flotantes”.

El Banco Mundial, sostiene Oxfam, estima que si los gobiernos adoptaran medidas puntuales para reducir la desigualdad, la pobreza podría volver a los niveles previos en los que se encontraba antes de la pandemia en tres años, en vez de que tome una década para hacerlo. Pero hay más.

Transitar hacia un mundo distinto, que no reproduzca ni profundice las desigualdades como ocurrió tras la crisis financiera de 2008, pasa por cinco aduanas: invertir en atención médica gratuita y universal, educación, cuidados y otros servicios públicos; poner un techo máximo a los salarios en las empresas; garantizar derechos laborales y reconocer, reducir y redistribuir el volumen de trabajo de cuidados mal remunerado o no remunerado; gravar la riqueza y las transacciones financieras de forma justa, así como acabar con la evasión fiscal; y construir una economía verde que evite una mayor degradación del planeta, preservándolo para las generaciones futuras.

Dicho en las palabras de Oxfam, a manera de relato unificador: un mundo más igualitario en el que valoremos lo verdaderamente importante, con economías humanas que cuiden a las personas, libre de toda explotación y en el que haya seguridad de ingresos, donde los más ricos paguen los impuestos que les corresponden y con seguridad climática.

 

*Foto de portada: Pxhere

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Autor Lado B
Roberto Alonso
Coordinador de la Licenciatura en Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Iberoamericana Puebla y del Observatorio de Participación Social y Calidad Democrática.
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