Lado B
Rebelión de a pie
Con un pequeño acto de resistencia, Rosa Parks logró encender la mecha del descontento latente durante siglos 
Por María Teresa Juárez @
05 de febrero, 2021
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Hace 108 años, el 4 de febrero, nace uno de los íconos de la cultura antirracista: Rosa Parks. 

El 1 de diciembre de 1955, luego de una larga jornada de trabajo como costurera, Rosa Parks regresaba a su casa en el autobús municipal. Al subir, en lugar de ir a la parte trasera, decide sentarse adelante. En ese entonces, estaba prohibido que la población afroamericana ocupara los primeros asientos del transporte público y persistía la práctica de segregación en escuelas, hospitales y todos los espacios públicos. 

Esta variante de segregación consistía en reservar los asientos para la población blanca y obligar a las personas afroestadounidenses a subir al camión para pagar y luego, volver a bajar del autobús para tomar un lugar en la parte trasera. En algunas ocasiones, los conductores arrancaban antes de que los pasajeros tuvieran oportunidad de subir. Si lograban hacerlo y se desocupaba un lugar, tenían prohibido sentarse si alguna persona blanca estaba de pie. 

Al no levantarse de su asiento, Rosa Parks es increpada por el chofer y luego por un par de policías, hasta que finalmente la llevan a la comisaría para encarcelarla. 

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Como respuesta ante el acto de resistencia, la comunidad afroamericana inicia boicots al servicio de transporte público en las siguientes semanas. El castigo de Rosa Parks por haber transgredido la ley es el pago de una multa de 14 dólares, además de ser considerada “culpable” por aquella infracción a la ley. 

La noticia corre como pólvora y muy pronto el boicot contra las compañías de autobús se extiende a 381 días. 

Caminar como un acto político

Durante más de un año, hombres y mujeres de la clase trabajadora se levantan más temprano para ir a pie hasta sus centros de trabajo y regresan a sus casas también a pie. Incluso durante los días de lluvia, continúa la resistencia. Algunas mujeres blancas comienzan a llevar a mujeres negras en sus autos: una acción que cimbra a la sociedad racista de aquel entonces.

A lo largo de estos 381 días de boicot el impacto al transporte fue tan grande, que la comunidad blanca comienza a tener reacciones virulentas como golpizas y violencia generalizada hacia la población afroamericana. 

Como represalia ante este acto de resistencia colectiva, la casa de Rosa Parks es quemada, y pierde su trabajo.

Rosa Parks no es la primera persona en negarse a ceder su asiento. Meses antes, un par de mujeres fueron encarceladas por la misma causa. Sin embargo, ya se habían gestado las condiciones para una lucha de largo aliento.  

Este suceso puso de manifiesto, una vez más, las condiciones de segregación en las que vivían los afroamericanos, quienes tenían prohibido el acceso a baños públicos, piscinas, escuelas, restaurantes y un gran número de servicios públicos exclusivos para las personas de piel blanca. 

Con ese pequeño acto de resistencia, Rosa Parks había logrado encender la mecha del descontento latente durante siglos. 

Como activista, Rosa Parks organizaba jornadas juveniles en las que promovía los derechos civiles de la comunidad afroamericana. Parks conoce a Virginia Durr, con quien inicia una entrañable amistad. Virginia Durr es una mujer blanca que por aquel entonces había desafiado las reglas de la segregación racial. Virginia había atestiguado el despojo y la violencia que vivían las comunidades negras en Alabama, por lo que decide apoyar a Rosa Parks y patrocinar un encuentro en un lugar apacible de Tennessee. 

Durante la jornada, jóvenes blancos y negros conviven pacíficamente y promueven la idea de la no violencia. Y también por primera vez comían, cantaban y convivían. Esta acción sentó las bases para la conformación de una organización política interracial, la primera en Montgomery. 

En 1956, la Suprema Corte de los Estados Unidos apoyó la iniciativa de acabar con la segregación racial en los autobuses municipales. Para entonces, la vida de Rosa Parks había cambiado para siempre. 

En las décadas posteriores al suceso del camión, Rosa Parks dedicó gran parte de su vida al activismo. Apoyó a Martin Luther King, pero también se pronunció a favor de Malcolm X y el movimiento Panteras Negras.  

A lo largo de su vida, Parks recibió innumerables reconocimientos y participó activamente en el movimiento anti-Apartheid en Sudáfrica, hasta su muerte en octubre de 2005. 

Los efectos de la melanina en el imaginario cultural

La socióloga France Winddance Twine ha mencionado en repetidas ocasiones que contrario a lo que algunos estudiosos afirman no estamos en el post-colonialismo, sino en un momento histórico marcado por el neo-colonialismo.  

France Winddance ha escrito también desde la sociología visual, la teoría crítica de la raza y algo que ella nombra: alfabetización racial. Se trata de una forma de socialización y un cúmulo de aprendizajes antirracistas que comunidades mixtas ponen en práctica en sus entornos más próximos. 

Esto tiene múltiples consecuencias, una de ellas, la imperiosa necesidad de abrir diálogos desde distintos espacios: desde el trabajo familiar, comunitario, barrial, desde la academia y también desde el periodismo.

Este 2021 se cumplen 500 años del relato colonizador. Hay miles de historias que aguardan su momento para ser contadas, hacer fisuras y resquebrajar viejas ideas sobre el color de la piel. Ha llegado el momento, 2021: el año del Antirracismo Global.

 

*Foto de portada: Policía le toma las huellas digitales a Rosa Parks por ser una de las personas acusadas como líderes del boicot de autobuses de Montgomery/ Foto: Wikimedia Commons

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Autor Lado B
María Teresa Juárez
Guionista, reportera, radialista. Cubre temas culturales, sexualidad, salud, género y memoria histórica. En sus ratos libres explora el mundo gastronómico y literario. Cofundadora de Periodistas de a Pie.
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