Que Bong Joon-ho haya cambiado la historia del cine y la Academia misma en 2020 con la sorprendente Parasite (2019), ganadora a Mejor Película Extranjera… ¡pero también a Mejor Película del año!, no es más que una prueba —un tanto rebuscada— que la influencia en cultura y entretenimiento venido de Corea del Sur —el famoso ‘Hallyuwood’, como suelen llamarle— ahora es mucho más evidente que en otras décadas.
Porque antes de los trágicos doramas o los bailes de K-Pop, ya existía una fiebre de locura y admiración venida por Corea del Sur gracias a sus impactantes películas. Y nuestro querido siglo XXI, principalmente, quedó marcado de forma bestial con varias de ellas.
No por nada nombres como Lee Chang-dong, responsable de joyas como Green Fish (1997) y Oasis (2002); Kim Ki-duk, con impactantes cintas dramáticas como Pietà (2012) o Moebius (2013); e incluso, el mismísimo Park Chan-wook, de la maravillosa Trilogía de la Venganza, se han vuelto desde hace mucho en íconos no solo para la industria surcoreana sino para el cine universal. Y su influencia, de hecho, resiste hasta nuestros días.
Y no solo lo digo por Bong Joon-ho, ya que sería quedarse bastante cortos. En el campo del horror y el cine gore, por ejemplo, tenemos a Kim Ji-woon, que se ha hecho de un importante renombre dentro del cine asiático con joyas tan impactantes como A Tale of Two Sisters (2003) o la propia I Saw the Devil (2010).
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¿O qué me dicen de Yeon Sang-ho que, además de refrescar el cine zombi con Train to Busan (2016) o Seoul Station (2016), ha empezado una nueva, aunque inconsciente, oleada de producciones venida de Corea del Sur para intentar revivir el desgastado subgénero de George A. Romero con cintas como #Alive (2020) de Il Cho, o la propia serie Kingdom (2019–) de Netflix?
Porque esto es Corea. Porque esto es ‘Hallyuwood’ y a nadie debería sorprenderle. De ahora en adelante, cuando ciertas producciones de este país salten de la nada en alguna plataforma streaming o en pantalla grande —si es que la pandemia lo permite— lo harán solo para recordarnos, oh querido padawan de todos los días… el por qué diablos amamos el cine surcoreano.
Pasó en 2017 con la espectacular cinta de thriller y venganza The Villainess de Jung Byung-Gil con grandes ecos al Oldboy (2003) de Park Chan-wook; en 2019 con esa impactante No Mercy de Kyeong-Taek Lim; y en 2020, con la ópera prima de Lee Chung-Hyun producida por Netflix, The Call, que definitivamente no dejó indiferente a nadie. He aquí otra razón para seguir amándolo con locura.
Pese a contar con una sinopsis confusa y un nombre genérico que ahuyentaría a cualquier cinéfilo mamador, se ha vuelto quizá en uno de los mejores thrillers surcoreanos que hayamos tenido la dicha de conocer en la última década. Y no estoy exagerando.
Si algo caracteriza el fascinante cine de este país es que sus películas más oscuras, más mezquinas y más humanas, además de ser potentes thrillers que te volarán la cabeza con sus inquietantes premisas, es que también nos hablan de un tema bastante particular en la naturaleza del hombre: la venganza. Por alguna extraña razón, no importa si antes ya lo hubo porque se rediseñó la fórmula, Oldboy (2003) hizo escuelita en nuestro siglo inspirando a cientos de filmes que comparten grandes similitudes.
The Villainess (2017) y I Saw the Devil (2010), además de ser ejemplos evidentes, se han vuelto prueba de este ‘sello distintivo’. Una marca registrada y el tópico recurrente manejado con maestría dentro del cine de ese país. Y el debutante Lee Chung-Hyun con toda la influencia que tiene por detrás, ha vertido algo de todo esto en su más reciente The Call (2020), volviéndose quizás, un interesante híbrido de géneros que intenta, como puede, innovar de forma creativa para abrir otros caminos.
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Nada menos que un thriller sobre asesinos seriales; venganza; horror por momentos; y hasta viajes en el tiempo. Así como lo lees. Una película extravagante que pretende horrorizar, impactar y hacernos imaginar entre las fascinantes veredas de la propia ciencia ficción. Todo por el mismo precio.
Fotograma de The Call (2020) / Foto: Netflix
Esto me recuerda un poco a lo que hizo Christopher Landon con sus películas de horror y comedia Happy Death Day (2017 – 2019) sobre tomar el concepto más básico del slasher para mezclarlo posteriormente con temas tan locos como los bucles espacio/tiempo y experimentar con ambos géneros.
Aquí, lo que hace Lee Chung-Hyun es prácticamente lo mismo, solo que a niveles surcoreanos, claro. Y se permite crear a partir de estos conceptos, sus propias reglas y su propio universo a favor de una premisa que si bien ya ha sido mil veces vista en otras películas, “como cambiar el futuro moviendo el pasado”, no duda en recordarnos, con cada giro y perfecta estratagema, que esto no es un Back to the Future (1985) ni mucho menos.
La historia sobre una chica que recibe llamadas de otra, aparentemente en su propia casa, pero en los años 90 —compartiendo el mismo espacio, aunque no el mismo tiempo— termina convirtiéndose de pronto en una amistad donde la ayuda mutua —una permitiéndole evitar errores en su pasado y la otra erradicando episodios trágicos que cambien su futuro— desencadenará los peores escenarios dentro de la ya conocida Teoría del Efecto Mariposa.
Que, por cierto, todo aquel que recuerde aquella cinta de Eric Bress y Mackye Gruber protagonizada por Ashton Kutcher, The Butterfly Effect (2004), o tenga por lo menos un gusto apasionado a las películas sobre bucles temporales o viajes en el tiempo, como Coherence (2013) de James Ward Byrkit o hasta Los Cronocrímenes (2007) de Nacho Vigalondo, tendrá los referentes perfectos para entender esta particular película. Que a veces puede saltar de un género a otro para llevar estos mismos conceptos a niveles francamente insospechados.
He aquí donde entra el factor thriller y horror, que si bien desaparece por momentos para darle pie al drama o a la ciencia ficción, cuando regresa es realmente brutal y acojonante. Ya que, en uno de estos escenarios cuánticos, resultado de aquellas alocadas tomas decisiones, aparece una línea de tiempo en donde una de estas chicas, quizá por azares del destino —quizá como un juego perverso de un Dios que controla el universo— descubre que tiene ciertos dotes como para ser una gran asesina en serie.
Y de aquí, una trágica historia donde cada personaje, en su respectivo espacio y tiempo, deba tratar de sobrevivir, ya sea a su propio pasado o bien a su propio futuro, al puro estilo del gato y el ratón. Sobre thrillers de venganza y bucles temporales.
Esta es otra de esas cintas que logra, con grandes méritos, volver algo conmovedor y surrealista en una horrible pesadilla si está en las manos del director surcoreano correcto. Y ya saben lo que dicen, dentro de una historia surcoreana, no todo es lo que parece.
De algo tan simple, como una historia sobre amistad y superación, más enfocado al drama humano que a otra cosa, es capaz de desarrollar de manera casi esporádica todo un argumento de horror descarnado sin caer en lo ridículo. Sin siquiera volverla frenética y exagerada.
O lo que es mejor, sin dejar huecos argumentales, ya que su inesperada manufactura tiene lógica en su propio “desastre”. Y puede llegar a explicar de manera interesante la verdadera razón de por qué estos géneros inquietos de repente parecen torcerse más de la cuenta.
Fotograma de The Call (2020) / Foto: Netflix
Por un lado, con un arranque engañoso y dramático que presenta a sus personajes en un estado de relación afectiva, sumamente sensible y codependiente que te hará creer que la historia va hacia otra parte —muy al estilo Your name (2016)— y por el otro, con el suspenso derivado de una toma de decisiones —una más inesperada que la anterior— que nos recordará, una vez más, que alterar las reglas físicas del universo puede llegar a ser bastante peligroso… y más si cae en manos inestables.
Todo perfectamente equilibrado, sin que un género sea superior al otro —como a veces ocurre— para hacernos sentir empatía y emoción cuando la trama de verdad lo amerita, pero auténtico horror cuando las cosas se ponen turbias.
Aunque esto, por supuesto, derivado también del increíble talento de nuestras dos protagonistas que nos hacen vivir en carne propia las emociones de cada personaje. Tanto a la heroína de esta historia, Seo-yeon —magníficamente interpretada por la actriz Park Shin-hye, a quien muchos recordarán por los doramas románticos The Heirs (2013) o Pinocchio (2014 – 2015)—, como por supuesto a la contraparte antagónica de este jodido thriller: Oh Young-sook —interpretada por Jeon Jong seo de la película Burning (2018)— que no se la pondrá nada fácil.
Ambas construidas de manera casi perfecta. En un lazo irrompible a manera de bucle donde una necesita forzosamente de la otra para lograr coexistir. Y que justifica, por supuesto, ese polémico final post-créditos que a nadie gustó —más que nada por no ser un final feliz— y que no hace más que demostrar que en cuanto a “dilemas cuánticos” —así como la vida misma— el universo se vuelve un juego interminable repleto de infinitas líneas de tiempo. Todo puede ocurrir, porque las decisiones están en constante movimiento.
Como dijera el mismísimo Joseph Gordon Levitt en su papel de asesino a sueldo al final de Looper (2012):
“Entonces lo vi. Vi a una madre que moriría por su hijo. Un hombre que mataría por su esposa. Un niño enojado y solo. Frente a él solo queda el mal camino. Lo podía ver. Y el camino era un círculo, dando vueltas y vueltas… así que lo cambié”.
Damas y caballeros, The Call (2020) se ha vuelto instantáneamente en una joya tanto para el cine surcoreano, como para el cine asiático en general. Y el debutante Lee Chung-Hyun una importante promesa para el thriller o la ciencia ficción. Que no los engañe la trama confusa o los tráileres simplones. Mucho menos las críticas negativas a ese interesante final post-créditos porque mientras unos ven un desenlace absurdo, otros una posible secuela o hasta franquicia. Hay mucha tela de dónde cortar.
Sobre asesinos y bucles temporales, queridos padawans. De lo mejor del thriller de ese país con lo mejor de la ciencia ficción de antaño. Una contundente muestra de por qué seguimos amando el cine surcoreano. ¡Sencillamente está a otro puto nivel!
Sinopsis:
“Dos mujeres que viven en épocas diferentes, contactan casualmente a través del teléfono de la misma casa.”
*Foto de portada: Fotograma de la película The Call (2020) / Foto: Netflix
EL PEPO