Lado B
Millonarios descuentos: el salvavidas para pesqueras sancionadas en Perú
En 339 procesos sancionadores la empresa Diamante logró sistemáticamente reducir sus multas. De los casi 10 millones de soles con los que había sido sancionada, solo pagó 2,5 millones.
Por Mongabay Latam @
16 de junio, 2020
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Karen de la Torre

El periodo más importante para la pesca industrial peruana, el de invierno, ya comenzó. En las aguas costeras del centro y norte del Perú se encuentra el principal cardumen de anchoveta (Engraulis ringens) y todos los años más de 800 barcos salen a pescar entre 2 y 5 millones de toneladas de este pez, por cierto, el más capturado del mundo. La mayor parte de estas anchovetas son convertidas en harina que es utilizada para alimentar a animales de crianza. Esta enorme industria le genera al país ingresos anuales hasta por 2 mil millones de dólares y hace del Perú la mayor potencia pesquera de Latinoamérica y, a nivel global, el principal productor de harina de pescado.

Que la anchoveta permanezca abundante en el mar a pesar de su explotación, depende de que sus especímenes juveniles, la “peladilla”, como le llaman los pescadores, sean protegidos. Estos son los peces pequeños que aún no han alcanzado su madurez y que tampoco se han reproducido. De hecho, la misma Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) insta a los Estados a adoptar medidas para reducir al mínimo su captura. Para lograrlo, el Perú ha diseñado distintas estrategias, pero ¿han funcionado?

Una de ellas ha consistido en limitar la captura de los juveniles. Así, por ley, cuando un barco llega a puerto, hasta un 20 % del total de su pesca puede ser juvenil. El problema es que esa norma suele quedar en el papel. Mongabay Latam revisó 339 expedientes abiertos por el Ministerio de la Producción (Produce) en contra de una de las principales empresas de la industria: Pesquera Diamante S.A, la misma que consiguió del Poder Judicial, en 2016, un permiso histórico de cerca de tres meses para pescar libremente juveniles.

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En las 339 faenas que Mongabay Latam revisó, encontró que esta sola empresa capturó un total de 22 mil 686 toneladas de juveniles, aún cuando por norma no tendría que haber pescado más de 10 mil 347 toneladas. Con cálculos basados en el precio de la harina por  año, así como en el valor del dólar, esta pesca irregular le dejó a Diamante, sin considerar los gastos operativos, un ingreso de unos 16 119 737 soles (4 millones 963 mil 172 USD) aproximadamente. En contraste, al cometer la infracción de pescar juveniles, la empresa tendría que haberle pagado a Produce 9 millones 968 mil 919 soles (3 millones 20 mil 884 USD) en multas, pero apenas pagó 2 millones 531 mil 96 soles (766 mil 999 USD), es decir, ni la tercera parte de la sanción.

La empresa continuó pescando juveniles en exceso. De hecho, según las estadísticas de Produce, en 2019 Diamante registró desembarques donde más del 90 % de la pesca eran pequeñas anchovetas. ¿Cúal es el mecanismo que usan las pesqueras sistemáticamente para no pagar sus multas y continuar pescando sin límites?

El eslabón más valioso de la corriente de Humboldt

harina de pescado elaborada con la anchoveta

Sacos de harina de pescado. / Foto: Pesquera Diamante

La anchoveta es considerada la especie más importante del ecosistema de la corriente de Humboldt ya que es el principal alimento de una gran variedad de aves marinas, mamíferos y peces. Su dieta, compuesta de zooplancton, la convierte en un alimento con alto valor nutricional. De hecho, cada 100 gramos de anchoveta contiene 19.1 gramos de proteínas y 2.3 de omega tres. Un valor mayor al de la carne de cerdo y poco menor al de la carne de res. Por esto, desde la década de los 50, el Perú vio en la anchoveta la especie óptima para elaborar harina de alta calidad, pero no para consumo humano. El destino final de más del 90 % de la anchoveta que se extrae sirve para la alimentar cerdos, pollos y otros peces producidos en acuicultura. Cada año el Perú envía a China, Vietnam, Japón, Taiwán, India, Filipinas y otros países entre 160 mil y 400 mil toneladas de este producto.

En resumen, “la anchoveta es la despensa del mundo”, dice Lorenzo Macedonio Vásquez, secretario general del Sindicato de Pescadores de Chimbote y Anexos, quien además lleva 25 años dedicado a la pesca. Para proteger a la especie, Produce consideró diversos estudios de investigadores del Instituto del Mar del Perú (IMARPE), el organismo científico estatal que se encarga de estudiar este recurso. Dichos estudios señalan que la anchoveta alcanza su madurez sexual a partir de los 12 centímetros. Esa fue la talla que Produce estableció como la mínima para que una anchoveta sea pescada.

Ahora ¿por qué ese límite del 20 % en la captura de juveniles? Cuando en 2001 se elaboró el reglamento de la Ley General de Pesca se estableció que el límite de captura de juveniles era del 10 %, pero en 2013 se les permitió a las empresas descargar un 10 % adicional, siempre y cuando advirtieran a la autoridad que estaban capturando tallas menores. Luis Icochea, doctor en Fisheries Science, profesor en la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), asegura que “un 10 %, máximo 20 %, no tiene por qué afectar a la especie”.

Icochea señala que la pesquería peruana de anchovetas es de las más cuidadosas de todo el mundo. Detalla que pescar juveniles es inevitable y su presencia es una buena señal ya que significa que la especie se está reproduciendo. Aún así, reconoce que los altos porcentajes de captura de juveniles son un atentado contra el recurso.

Para José Zavala Huambachano, biólogo marino, consultor independiente, la pesquería peruana tiene que considerar sus errores para mejorar. Según el biólogo, dado que la anchoveta es un recurso plenamente explotado, la industria debería respetar los límites de juveniles: si ya se afecta a sus ejemplares adultos, el impacto para que el recurso se recupere se vuelve mayor al no cuidar a sus individuos pequeños.

“Las mallas que utiliza una embarcación grande pueden medir hasta diez cuadras de largo, y de alto, será como de un edificio de cinco pisos”, dice Lorenzo Vásquez. El pescador describe que estas mallas tienen huecos tan pequeños en los que solo cabe el dedo meñique de la mano. Cuenta que una vez atrapado, el recurso no puede salir. Las redes más grandes pueden llegar a medir lo que un estadio de fútbol.

Las embarcaciones industriales que pescan anchoveta pueden llegar a acumular en sus bodegas hasta más de 300 toneladas de pescado. Revisar pez por pez para comprobar la presencia de juveniles sería inviable, entonces los inspectores analizan una muestra que se recupera con baldes y que no puede contener menos de 180 pescados.

“Pero lo que se quedó enmallado, en los huequitos de la red, eso nadie lo toma en cuenta. No se cuenta y es mucho mayor que los muestreos”, señala Lorenzo Vásquez, refiriéndose a los juveniles de menos de 10 centímetros que se atoran en las redes de cerco. Dice que los pescadores esperan un par de días para que se pudran y cuando vuelven a lanzar la red al mar, este desperdicio cae al fondo. Esas anchovetas no se recuperan ni para la producción de harina.

El mecanismo de Diamante para no pagar

anchoveta

«Lo que se quedó enmallado, en los huequitos de la red, eso nadie lo toma en cuenta». / Foto: Sindicato de Pescadores de Chimbote

Diamante es una de las siete pesqueras que concentran más del 70 % de la producción de harina de anchoveta y la segunda con más embarcaciones: 32 barcos de acero naval con capacidad de almacenar, cada uno, entre 350 y 550 toneladas de anchoveta en sus bodegas, aunque esta flota podría crecer aún más. A inicios de año, su gerente general, Pablo Trapunsky, anunció en entrevista con el diario Gestión, que el grupo comercial invertiría en barcos de mayor capacidad, de hasta 600 y 650 toneladas.

En cada temporada de pesca, Diamante obtiene cerca del 10 % de la cuota global que el Ministerio de la Producción determina que es posible capturar. Así, por ejemplo, en 2018 ganó 200.8 millones de dólares al procesar un total de 593 mil 110 toneladas de este recurso. De acuerdo con estadísticas de Produce en ese año, Diamante pescó 59 mil 77 toneladas de juveniles, y de esa cantidad 40 mil 597 toneladas excedieron el límite del 20 %.

A través de una comunicación escrita Pesquera Diamante respondió que la empresa cumple rigurosamente las vedas y que “la captura de juveniles es eventual, colateral e involuntaria, pues no existe tecnología en el mundo que pueda determinar la composición de un cardumen antes de su extracción”.

Si bien Pesquera Diamante no es la única que captura grandes cantidades de juveniles, se convirtió en un referente importante cuando en 2016 sentó un precedente único al enfrentarse judicialmente a Produce. El Ministerio había sancionado a la pesquera con una multa por extraer peces pequeños en exceso. La empresa se defendió argumentando que los equipos tecnológicos de las embarcaciones no dejaban conocer el tamaño de la anchoveta antes de capturarla. Aunque no es la única vez que Diamante ha recurrido a instancias judiciales, lo relevante en esa ocasión fue que el Poder Judicial le otorgó una medida de protección o cautelar, para que Produce no la volviera a multar.

Las medidas cautelares se otorgan para dar protección a quienes sufren menoscabo en sus derechos y garantizan que el abuso no se siga cometiendo mientras se obtiene la sentencia final. En este caso, la medida cautelar significó un permiso para pescar en libertad, sin importar el porcentaje de juveniles que capturara la empresa.

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Produce calificó la medida como ilegal y arbitraria, y cuestionó al Poder Judicial que finalmente resolvió darle la razón al Ministerio de la Producción. En los procesos revisados por Mongabay Latam se observa que durante los casi tres meses en que estuvo vigente esta medida cautelar, Diamante alcanzó a pescar al menos 1075 toneladas de juveniles, de las que casi la mitad sobrepasaba su límite máximo. Además, como la empresa estaba protegida por la medida cautelar, se evitó pagar las multas con las que normalmente habría sido sancionada por actuar de esa manera: unos 438 mil 673 soles (132 mil 931 USD). Las 1075 toneladas no es cantidad menor, equivalen a 4 millones 300 mil latas de conserva que podrían ser un almuerzo para toda la población que habita en la selva peruana.

Pesquera Diamante asegura que Produce sí le cobró las infracciones que se acumularon mientras la cautelar estuvo vigente.

Sin embargo, según la información que Produce le entregó a este medio eso no ocurrió. Al menos 18 procesos se abrieron en contra de Diamante mientras la cautelar protegía a la empresa. Todos ellos fueron archivados con resoluciones de 2017, es decir, meses después de que la cautelar ya no estuviera vigente. El monto que se precisa en esta investigación, los 438 mil 673 soles, corresponde a la suma de esas sanciones que terminaron archivadas y que nunca se cobraron.

Pero este es solo uno de los episodios en los que la empresa ha logrado liberarse de sanciones por pescar juveniles en exceso.

El 7 de enero de 2016, en una faena normal, la embarcación Olga capturó 364 toneladas de anchoveta y las descargó en la planta de Paracas, ambas, embarcación y planta, son propiedad de Diamante. Más del 70 % de esa pesca estaba compuesta por juveniles, Produce sancionó esa captura con más de 200 mil soles (61 mil 165 USD), pero Diamante no pagó ni la tercera parte de la multa.

Otra vez en enero y también en Paracas, la embarcación Constanza, de la misma empresa, pescó un total de casi 323 toneladas de anchoveta y cerca del 60 % eran tallas menores. Produce sancionó a la pesquera con 148 mil soles (45 mil 90 USD) pero la empresa tampoco alcanzó a pagar ni la tercera parte de esa multa.

La situación es una constante. De los 339 procesos sancionadores que Produce abrió en su contra por pescar en exceso juveniles, Diamante consiguió casi siempre reducir sus multas, o bien, que Produce  anulara o archivara el caso. Son apenas tres las excepciones en las que Diamante no logró su cometido.

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*Foto de portada: Anchovetas juveniles / Foto: Sindicato de Pescadores de Chimbote

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