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Barbosa: el gabinete dice todo
No es fácil crear un gabinete que transmita lo que se quiere transmitir. Barbosa quiere transmitir cambio y seguridad, y eso es muy complicado
Por Juan Manuel Mecinas @jmmecinas
10 de junio, 2019
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Barbosa: el gabinete dice todo

Foto: barbosanosune.com

Juan Manuel Mecinas

@jmmecinas

No es fácil crear un gabinete que transmita lo que se quiere transmitir. Barbosa quiere transmitir cambio y seguridad, y eso es muy complicado.

Por eso, una vez que se ha formalizado su triunfo en la elección extraordinaria, Miguel. Barbosa tiene la misión trascendental de formar un gabinete que transmita lo que quiere y que no sea un conjunto de aplaudidores que se han sacado la lotería por los próximos cinco años.

El gabinete ideal de hoy en día tiene que cumplir tres condiciones: ayudar en los quehaceres propios del gobierno, fungir como pararrayos ante los ataques/críticas que reciba el gobernador y comunicar correctamente los logros y acciones del gobierno.

Sin esas tres características, el gabinete termina siendo un lastre para el gobernador.

Moreno Valle lo supo hacia el final de su sexenio, cuando recibía todos los golpes. De Gali, ni se diga: aún se discute si pudo nombrar a alguien en su gabinete. Por eso, es esencial que Barbosa nombre al gabinete y este le ayude en sus tareas.

Esto significa que al gobernador haya quien le pueda llevar la contraria. Los titulares de las carteras deben saber decir que no al gobernador porque, de lo contrario, el gabinete se vuelve la corte del virrey en turno.

En ese entendido, son pocos los personajes que están dispuestos a llevar a cabo una labor de ayuda pero también una inminente función de contrapeso que requiere todo aquel que quiera formar parte de un gabinete real.

De los cercanos al virtual gobernador, solo cuatro personajes parecen capaces de funcionar como verdaderos alfiles del gobernador, pero también como contrapesos que puedan ayudar al gobernador a tomar las mejores decisiones: el primero de ellos ya despacha en la secretaría de gobernación y se llama Fernando Manzanilla; el segundo es el controversial y brillante Carlos Meza Viveros; el tercero es el hombre de todas las confianzas, David Méndez; y el otro el de las confianzas del partido, Carlos Figueroa.

Eso no significa que sean los más cercanos a Barbosa o que a ellos prefiera, sino que son los personajes que más le pueden aportar no en temas de operación política, sino como sujetos que saben que decir NO es vital para ganar poder y para gobernar.

Manzanilla es el eje de las críticas surgidas precisamente del círculo personal de Barbosa: algunos no quieren que repita como secretario de gobernación. La última palabra la tendrá Barbosa, pero la percepción es que Manzanilla necesita la plataforma del gobierno para su apuesta por la alcaldía y que Barbosa no se la negará. Lo que no se sabe es si lo moverá de Secretaría para calmar a sus huestes.

Carlos Meza es un as bajo la manga de Barbosa. El abogado no quiere sentarse en la mesa del gabinete barbosista, pero es cierto que mucho le ayudaría ya como Secretario de gobernación o como coordinar de asesores o incluso como jefe de la oficina del gobernador. Meza es conocido como un personaje controversial, pero pocos negarán que sabe llegar a acuerdos y sabe ser duro cuando la situación lo amerita. Meza es el engranaje perfecto si Barbosa busca un pugilista y un estratega al mismo tiempo.

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Méndez y Figueroa son personajes que le ayudarán a Barbosa a gobernar sin estridencias y a lograr acuerdos, y todo indica que su cercanía al gobernador no depende de darle la razón en todo. La coordinación de asesores o alguna secretaria de índole social sería un destino interesante para estos personajes.

Barbosa debe saber que tiene prohibido equivocarse en su gabinete, porque tendrá muy poco margen de maniobra de cara a las elecciones de 2021. Si acierta, puede tener un trienio final de mandato tranquilo. Si falla, perderá las principales ciudades de la entidad y el control del congreso.

Es aún pronto decirlo, pero los personajes que nombre Barbosa serán suficientes para saber si podemos esperar un cambio en la forma de gobierno y si podemos esperar algo más que discursos vacuos en los próximos cinco años.

Tiempo extra. Las versiones que ven a Claudia Rivera fuera de la presidencia municipal son ciertas, aunque el gran obstáculo para Morena es el costo que tendría que pagar en el corto plazo y en las elecciones. Tratarán de ayudarle a enmendar la plana en el municipio: es demasiado pronto para decir que se equivocaron o que ella es una incompetente. Claudia seguirá siendo presidenta, pero mandará poco.

Eso se dice. Todo depende de ella.

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Autor Lado B
Juan Manuel Mecinas
Profesor e investigador en derecho constitucional. Ha sido docente en diversas universidades del país e investigador en centros nacionales y extranjeros en temas relacionados con democracia, internet y políticas públicas.
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