Lado B
Ciudad de México: Tenochtitlán, DF, CDMX
Me acuerdo, no me acuerdo. Año 85. Los medios: La capital del país atraviesa por un momento angustioso. Nunca imaginamos que el terremoto sería lo que fue
Por Alonso Pérez Fragua @fraguando
18 de septiembre, 2018
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Foto: Adrián Del Valle

MEMORIA SÍSMICA

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Alonso Pérez Fragua

@fraguando

Me acuerdo, no me acuerdo. Era el año 85. Ya había computadoras pero no internet, televisión tan sólo: 24 horas con Jacobo Zabludovsky, el noticiero más visto; Vivir un poco, la telenovela del momento; los niños veían En familia con Chabelo, El tesoro del saber, Los Picapiedra, La pantera rosa,y las cápsulas del Tío Gamboín; Raúl Velasco decía quién sí y quién no Siempre en domingo.

Fue el año del secuestro de Enrique Camarena, agente encubierto de la DEA; del lanzamiento del Morelos I, el primer satélite artificial mexicano puesto en órbita; del arresto de Rafael Caro Quintero, narcotraficante fundador del Cártel de Guadalajara; de la muerte del escritor Luis Spota, del economista Jesús Silva Herzog y del político Jesús Reyes Heroles; de la puesta en marcha del Canal 7, que en ese entonces pertenecía a la cadena pública Imevisión; de las manifestaciones, bloqueos y huelgas de hambre de miembros del PAN, cuando éste era de oposición; de la contratación de Hugo Sánchez en el Real Madrid, equipo con el que “Hugol” debutó el 1° de septiembre; de la apertura de Rockotitlán, foro de la capital dedicado al rock nacional que abrió sus puertas la noche del 18 de septiembre.

La cara del Señor-regente en dondequiera: no solo en la ciudad que gobernaba por mandato presidencial, sino también en su pueblo natal, San Felipe Torres Mochas, Guanajuato, hasta donde envió toda la maquinaria del Departamento del DF para que la feria de San Miguel Arcángel fuera la envidia de la región. Los mayores se quejaban del Señorpresidente, la inflación –que en 1983 rebasó el 104 por ciento–, la privatización de empresas estatales, la mendicidad, el neoliberalismo, la corrupción, el enriquecimiento sin límite de unxs cuantxs y la miseria de casi todxs.

Decían los medios: La capital del país atraviesa por un momento angustioso tras los dos sismos que la sacudieron el 19 y 20 de septiembre. Nunca imaginamos que el terremoto sería lo que fue, decía Lourdes Guerrero, presentadora del noticiero de Televisa Hoy mismo, a la que el temblor agarró en vivo a las 7 de la mañana dieci… ay chihuahuas, 7 de la mañana, 19 minutos, 42 segundos, tiempo del centro de México… sigue temblando un poquito, pero pues vamos a tomarlo con una gran tranquilidad…vamos a esperar un segundo para poder hablar…Estática; silencio… La Ciudad de Méjico, situada en el centro del país en una meseta de 2 mil metros de altura, ha sido el núcleo urbano más afectado por el seísmo, informaba el Telediario de Televisión Española el 20 de septiembre. Méjico capital cuenta con 18 millones de habitantes; el centro de la ciudad ha sido la zona más dañada, y sobre todo los barrios de Roma, Juárez y Tlatelolco. Para el impensable año 86 se anunciaba –sin especificar cómo íbamos a lograrlo– una Copa de Fútbol. Podrá caerse la ciudad, pero los estadios para el Mundial siguen de pie, dicen que dijo Guillermo Cañedo, presidente del Comité organizador.

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Las cifras se contradicen unas a otras. Dos mil 500, 3 mil 692 o 5 mil muertos; 9 mil 158 o 12 mil 843 personas fallecidas. La Cruz Roja dice 15 mil, John Gavin, entonces embajador de EUA en México, estimó 20 mil, y el Sismológico Nacional 40 mil. Cientos de miles o millones de desplazados, tampoco hay certeza de ello. Cualquiera que haya sido el número, la realidad no cambiaba y los damnificados observaban tristísimos las ruinas y se preguntaban qué iba a ser de ellos con los años, cuántos males y cuántas catástrofes aún estarían por delante.

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Qué antigua, qué remota, qué imposible esta crónica. Pero existió un presidente que tardó en dirigirse a la población 36 horas después de la catástrofe; existió una sociedad civil que se volcó a las calles a ayudar. Existió cuanto se ha repetido cada año el 19 de septiembre en periódicos, revistas, noticieros de radio y televisión. De ese horror nadie tiene nostalgia. Y, a pesar de todo, como una broma cruel de la Tierra, la historia se repitió en la misma fecha.

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Han pasado muchos años, 32 ya. Apenas sale el sol y escucho cómo en los edificios se alistan los simulacros: “Sé que te parece innecesario, pero uno nunca sabe. Ay, ya tú, policía de los simulacros jaja; yo pienso que no sirve; es un esfuerzo sin sentido, solo quiero terminar y regresar a trabajar. Sé que no se trata de ganar, pero yo hago un segundo menos que tú en salir; no puede ser que un segundo cambie todo, pero así es.

“Cámbiame esa canción, por favor: sabes que odio a Maluma; mejor ponte la nueva de Carlos Vives o la nueva de Timbiriche: ♪ ♫ Sé que no se trata de ganar / Pero siempre me sentí vencido / Hay algo en tu forma de besar / Que voy detrás como un adicto / No llamas, te olvido / Te encuentro, te vivo / El ciclo repetirá ♪ ♫. ¡Qué horror!, si van a seguir cantando mínimo que sean cosas de su edad, ¡que no mamen jaja! Bueno ya, déjenme trabajar, que además tengo que revisar que todo esté listo para el simulacro. Oye, ¿viste este otro meme del terremoto en Oaxaca?, se pasan, la verdad, pero está muy bueno: mira. Luego, luego, que ya casi es la hora, y les recuerdo que nada de tomar bolsas ni fumar mientras salimos –ni tampoco al final, eh–: piensen qué pasaría si hay fugas de gas”.

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Cada muerte me duele. Cada centímetro fracturado me perturba. El lamento de mi gente perfora mis oídos y sus lágrimas humedecen mi rosto. Así fue en 57, 85 y 2017, pero también en 9 caña cuando la tierra se abrió y los cerros se desgajaron, en 1697 cuando los edificios derrumbados se sucedieron desde Acapulco hasta a mí, en 1820 cuando la iglesia de Nuestra Señora del Campo Florido quedó destruida. Hay muchas más fechas, claro, y mi memoria es clara, pero no vale la pena seguir.

Cada muerte me duele: las miles y miles del 85, y las más de 200 del año pasado. Algunas, inevitables. Otras… otras son responsabilidad de la corrupción y la avaricia, la indiferencia y la ineptitud. La fecha fue una broma de la Tierra, sí, pero la repetición de culpables fue cosa humana, y nada más. ¿Cuándo entenderán los y las que me habitan?

*La presente crónica toma como base fragmentos de Las batallas en el desierto(Era, 2012 [1981]) de José Emilio Pacheco, particularmente del capítulo I “El mundo antiguo”, del II “Los desastres de la guerra” y del XII “Colonia Roma”.


[quote_center]Memoria sísmica es un proyecto periodístico de Alonso Pérez Fragua para LADO B que se publica cada miércoles desde el 5 de septiembre de 2018. Busca materiales adicionales en Instagram y Twitter con el HT #MemoriaSísmica. Encuentra también la lista de canciones alusiva a esta crónica en Spotify en esta liga. [/quote_center]

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Autor Lado B
Alonso Pérez Fragua
Alonso Pérez Fragua es periodista, gestor cultural y eterno aprendiz de las cosas del arte y del mundo. Actualmente realiza estudios de maestría en Estudios Culturales por la Universidad Paul Valéry, de Montpellier; su tesis tiene a Netflix y a las tecnologías digitales como objetos de estudio. En México cursó una maestría en Comunicación y Medios Digitales, y una especialidad en Políticas Públicas y Gestión Cultural. Melómano, bibliógafo, cinéfilo, maratonista de series, wikipedista y un poco neurótico. Lo encuentras en Twitter e Instagram como @fraguando.
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