Si te gusta el cine y siempre has querido hacer una película, si tienes un proyecto de cortometraje documental y no has tenido dinero o tiempo para realizarlo, o si conoces una gran historia verídica que merece ser contada, ésta es tu oportunidad. El Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México (DocsDF) llega por primera vez a Puebla con un reto para ti: presentar un proyecto para realizar un documental de diez minutos en sólo cien horas.
Tú pones el proyecto y, si quedas entre los tres equipos seleccionados por el RetoDocs Puebla, ellos ponen las cámaras, el equipo de sonido y edición y un lugar de trabajo para que entre el 18 y el 21 de agosto puedas por fin filmar y producir tu película, misma que será exhibida sólo dos días después de finalizada en el Teatro de la Ciudad.
La convocatoria cierra el 29 de julio y puedes consultarla aquí.
El festival DocsDF, cuyos objetivos son incentivar la creación y formación de públicos del documental mexicano, lleva diez años realizándose y en cada una de sus ediciones se ha promovido este mismo reto. En esta ocasión, llega por primera vez a nuestra ciudad en mancuerna con el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP).
Los cortometrajes realizados en ediciones anteriores del reto han sido promovidos en festivales nacionales e internacionales y tres de ellos han sido nominados al premio Ariel, lo que sería un indicativo de que, pese a la rapidez del reto, los resultados tienen calidad e interés suficiente.
Este martes, Inti Cordera y Rodolfo Castillo, director y programador del DocsDF, respectivamente, encabezaron una exhibición de seis cortometrajes que se realizaron el año pasado como parte del reto, filmados en Ciudad de México, Tijuana, Mexicali y Colima, abordando distintos temas y entre los que hubo desde los más convencionales hasta los más experimentales. Ahí Lado B pudo charlar con ellos.
[pull_quote_right]Es muy subjetivo decir que una película es mejor que otra. Yo creo que la gente tiene más necesidad de verse reflejada en las pantallas y, por otro lado, la manera en que se han estado formando los cineastas en los últimos años, las experiencias que están generando, son puntas de lanza.[/pull_quote_right]
Lado B: Seguro habrá quien ya les ha dicho esto, pero muchos pensaríamos que en cien horas es imposible hacer una película. ¿Por qué sólo cien horas?
Inti Cordera: Cuando en el año 2006 surgió el festival y decidimos que tuviera tres líneas de acción, la exhibición, la formación y la creación, y el reto es el componente de creación, ya había algunas experiencias previas de este tipo de formato, de desafío de producción, como el Rally Malayerba, ya se hacía uno en Guanajuato. Normalmente estos retos o rallies se hacen de 24 o 48 horas. Nosotros decidimos que había que apostar por la calidad y se nos hizo que esta ecuación de 10 minutos en 100 horas era favorable para obtener buenos resultados, para que no fuera un trabajo maratónico y titánico contra reloj y de dejar la vida en el intento de crear un corto, sino que (los realizadores) sí pudieran tener, con los recursos que podíamos darles como técnicos, edición, cámaras, sonido, el tiempo suficiente para producir una obra, sin dejar de lado la motivación de ir contra reloj. Básicamente las cien horas son para dar espacio a la producción de una buena obra y creo que lo hemos demostrado con un premio Ariel, tres nominaciones y el reconocimiento que han tenido estos cortos en festivales nacionales e internacionales.
Lado B: En la selección vimos una diversidad de aproximaciones al documental. Algunos están basados en un personaje, otros son más experimentales. ¿Eso es representativo de lo que ocurre en el documental en México y el mundo?
Rodolfo Castillo: Creo que sí. Finalmente, una de las cosas muy interesantes que están sucediendo en el mundo del documental es que se están rompiendo esos convencionalismos que existían en el documental, que tenía ciertas reglas. También, ayudados por la diversificación y la democratización de las tecnologías, se permite que haya una exploración visual, estética, narrativa y discursiva mucho más amplia porque también se han abierto espacios que exigen que no sólo exista ese documental muy televisivo que tenía características muy marcadas: cabezas parlantes, voces en off, archivo. Lo que ha sucedido es que los propios cineastas se han abierto a buscar formas que permitan contar las historias de formas diferentes y que atraigan a los públicos. Finalmente ésa es la idea del cine: tener propuestas que sigan hablando de temas que nos inviten a la reflexión y a conocer nuestro mundo, y al mismo tiempo entretenernos.
Lado B: Aquí en Puebla, donde recibimos el festival Ambulante, se nota que cada año llega mucha más gente a las proyecciones, entonces, ¿por qué el documental no llega a las salas comerciales?
Inti Cordera: Ésa es la gran pregunta que todos nos hacemos y no es que haya una o muchas respuestas, simplemente estas dos grandes cadenas exhibidoras que hay en nuestro país, que prácticamente operan el 90 por ciento de las salas de exhibición, han decidido privilegiar desde un ámbito de interés comercial. Es ahí donde obviamente el gran número de películas que se muestran son las que vienen de los grandes estudios de Hollywood, que vienen con recursos muy grandes para publicidad y lanzamiento de campañas, que tienen acostumbrado al púbico a entrar, comer palomitas, distraerse un rato y salir de la sala. (Las exhibidoras) no han visto la gran apuesta que puede ser el abrirle un espacio a la cinematografía nacional. Normalmente una película mexicana, ya sea que ficción o documental, que no sea una comedia que pueda tener un rendimiento económico favorable, se le deja de lado, se le da chance de que se exhiba un fin de semana. No se permite que se genere entre el público y las películas una empatía y que se pueda correr la voz si la película gusta. No se da ni siquiera la oportunidad al público de decidir si la película es buena o mala, y eso es lo que tenemos que aprender. La premisa más básica de la economía es la ley de la oferta y la demanda: si estos exhibidores quisieran y tomaran el riesgo o la oportunidad de hacer una apuesta por generar más oferta de cine mexicano, seguramente tendrían mayor demanda.
Rodolfo Castillo: Está esa barrera, pero por otro lado hay toda una red de exhibición alternativa que también permite que ese cine se vea. Lo que hemos visto durante varios años es que la gente sí accede y va, como vemos ahorita, una sala con bastante afluencia que viene y ve seis cortometrajes documentales de un rally de creación. Es decir, la gente está ávida de contenidos, lo que pasa es que se acostumbró también a que el cine grande ponga los títulos y si no está en el cine grande la gente todavía no accede a saber dónde hay salas. Aquí mismo en Puebla está el Teatro de la Ciudad y en Cholula hay varias salas de cine alternativo que ya tienen un público que está creciendo porque la mejor mercadotecnia que existe es el boca a boca. En la medida en que se le da la oportunidad al público de conocer esos contenidos, el público mismo nos va a decir que sí hay un interés por esos contenidos y por generar industria.
Lado B: ¿Ustedes sí creen que ha habido un crecimiento en el público del documental en específico?
[pull_quote_right]Esos son datos que hacen ver que el cine documental le gusta a la gente y que la calidad de las películas está reafirmando esta idea de que el documental es el género de hoy en día, es el cine de hoy.[/pull_quote_right]
Ambos: Totalmente sí.
Lado B: En otro momento, platicando con otro documentalista, que además no era mexicano, nos decía que su teoría (sobre el repunte del interés en torno al documental en México) era que la ficción, la telenovela, nos ha dejado a deber mucho a los mexicanos, que hace mucho que ya no nos vemos reflejados en ella, y entonces hemos tenido que buscando otras alternativas. ¿Cuál es su teoría sobre el repunte de este público?
Rodolfo Castillo: Yo no lo compararía con la ficción, en realidad. Es muy subjetivo decir que una película es mejor que otra. Yo creo que la gente tiene más necesidad de verse reflejada en las pantallas y, por otro lado, la manera en que se han estado formando los cineastas en los últimos años, las experiencias que están generando, son puntas de lanza. Everardo González, Lucía Gajá, el propio Juan Carlos Rulfo, todos ellos empezaron a mostrar un camino que permitió que los más jóvenes, los chavos que venían atrás, no sólo se dieran cuenta que había otras formas de contar las historias sino que se fueron haciendo también con mucha calidad. No creo que tenga que ver con una comparativa entre la ficción y el documental. Simplemente sí creo que hubo un ascenso bastante interesante de la calidad de las películas frente a públicos que también están buscando otros contenidos que evidentemente no van a encontrar en las cadenas comerciales.
Inti Cordera: Yo diría que sí, también hay un punto en el que la ficción ya está muy agotada y se repite mucho. Ahora vemos que todo el cine de Hollywood se repite y son secuelas y remakes. Vuelven a hacer películas de hace 20 o 30 años. No es suficiente hacer una película de Batman sino que quieren hacer “Batman regresa”, “Batman re-regresa” y “Batman vuelve a regresar”. Entonces, yo creo que la gente también dice: “ya, chale”, aun cuando sí van y se entretienen. Pero lo más importante es que en esta última década, y regresando a esta premisa de la economía de la ley de la oferta y la demanda, hay mucha más oferta. Está DocsDF, Ambulante, el Festival de la Memoria, los cines independientes, los institutos de cultura. Están viendo que el documental es necesario, pertinente, tiene buena calidad, y en la medida que haces una función y llegan tres, a la siguiente llegan seis. Nosotros en DocsDF empezamos con 2 mil espectadores en el año 2006 y ya sumamos cerca de 100 mil asistentes. (…) Esos son datos que hacen ver que el cine documental le gusta a la gente y que la calidad de las películas está reafirmando esta idea de que el documental es el género de hoy en día, es el cine de hoy.
*Además del reto, el Festival DocsDF exhibirá tres largometrajes documentales mexicanos los martes a las 18 horas en el Teatro de la Ciudad.
12 de julio: Tobías (2015), de Francisca D’Acosta.
19 de julio: Entre lo sagrado y lo profano (2014), de Pablo Márquez Cervantes.
26 de julio: Eco de la montaña (2014), de Nicolás Echevarría.