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Especial 31 de Octubre: Gigi Saul Guerrero, la nueva diosa mexicana del horror
El cine de terror, ya sea por su desinhibida naturaleza gráfica, su trasfondo sociopolítico disfrazado de monstruo o la crítica posmoderna que llevan consigo sus hordas de zombies, en la mayoría de los casos han servido de manera asombrosa a la hora de retratar un momento histórico y el punto geográfico de donde éstas fueron filmadas.
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
29 de octubre, 2015
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Héctor de Jesús Cristino Lucas

[dropcap type=»3″]E[/dropcap]l cine de terror, ya sea por su desinhibida naturaleza gráfica, su trasfondo sociopolítico disfrazado de monstruo o la crítica posmoderna que llevan consigo sus hordas de zombies, en la mayoría de los casos han servido de manera asombrosa a la hora de retratar un momento histórico y el punto geográfico de donde éstas fueron filmadas. Por ende es que relacionamos a los monstruos gigantes del tipo Gojira y Gamera con el propio Japón. O bien, a los asesinos icónicos del slasher popular como Freddy Krueger y Jason Voorhees con el horror americano de los 80s. Cada una criticando eventos y problemáticas que en sus respectivas épocas habrían suscitado.

Y en México esta regla no es la excepción, pues, ¿qué sería de nuestro país sin el legado hilarante que las películas del Santo le dieron al género del horror? Hablar de luchadores como el enmascarado de Plata o Blue Demon enfrentándose a los monstruos clásicos del cine americano tipo “Drácula” o “El Hombre Lobo” nos remonta casi por obligación a una especie de hito que es parte ya de nuestra cultura cinematográfica. Tanto que es reconocida mundialmente por diversos directores, como por ejemplo Rob Zombie quien hizo un claro homenaje a estas películas con su largometraje animado del 2009 “The Haunted World of El Superbeasto”.

Pero más allá de El Santo, el género de horror en nuestro país es extenso. Desde las obscuras visiones de Juan López Moctezuma como “La mansión de la locura” o “Alucarda” hasta los clásicos entrañables de Carlos Enrique Taboada y su famosa tetralogía del terror: “Hasta el viento tiene miedo”, “Más negro que la noche”, “El libro de piedra” o “Veneno para las hadas”. Desde comedias rocambolescas tipo “La nave de los monstruos” o “El esqueleto de la señora Morales” de Rogelio A. González hasta los filmes que la mayoría considera churrazos pero que terminaron siendo irremediablemente de culto. Véase “Vacaciones del terror” o “Dimensiones ocultas”.

Sin embargo el cine de horror mexicano en los últimos días ha ido decayendo sin perdón alguno, y es por eso que se tienen ideas tan absurdas de que no es posible crear buenas historias de horror en este país, que nuestros filmes poseen efectos especiales mediocres o que simplemente son copias baratas de muchas películas gringas. Y es comprensible cuando tenemos “bellezas” tan variadas como “Cañitas” de Julio César Estrada y “Km 31” de Rigoberto Castañeda. Desde “Espectro” de Alfonso Pineda hasta los “Visitantes” de Acán Coen. O en el peor de los casos, los espantosos e innecesarios remakes que se les han hecho a las siempre insuperables películas de Taboada.

Y aunque actualmente tenemos producciones interesantes en nuestro país como “Alucardos: Retrato de un vampiro” de Ulises Guzmán o “El Incidente” de Isaac Ezban, quien viene a revolucionar el género, quien redime con creces cuan mesías salvador, aclaremos de una vez, no es un hombre, es mujer. Autodenominada como “la muñeca del terror” aquí y ahora la consagro como “la nueva diosa mexicana del horror”. Una joven cineasta que a pesar de haber culminado sus estudios de cine en Bosa Centre for Film and Animation, de la Universidad Capilano en Vancouver, Canadá, nació en nuestro querido México y no hace más que exaltar sus raíces tras cada trabajo.

De parte de El Cinemaniaco y como un especial del 31 de Octubre, les presento a Gigi Saul Guerrero, la nueva promesa del cine de horror.

Ligas para conocer más del trabajo de Gigi

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Autor Lado B
Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
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