Azul inconmensurable
Si un día se caen las nubes
quiero que sean de piedra y
nos quiebren la cabeza a todos.
Que sean violentas,
que rompan el mito de su bondad.
De las nubes aprendí a irme
dejándote una soledad
azul inconmensurable
sobre la cabeza.
1992
El fondo de la foto son los castillos de un edificio que,
antes no, pero ahora tiene más de diez pisos.
Ahí mismo, a lo lejos, hay tres personas del pasado
que no reconozco
que nos miran a mi papá y a mí, también del pasado,
posar frente a la cámara.
Llevo un vestido rosa ridículo que compramos
mi mamá y yo para mi primer cumpleaños.
Aunque es el número cuatro. Soy bisiesta.
Con la mano izquierda sostengo un palo elevado en vertical
que con la punta toca levemente una piñata de globos.
Con la derecha jalo a mi papá del pantalón de mezclilla,
no mido ni la mitad de su cuerpo.
Miro fijamente la cámara con un enojo enmarcado
por dos coletas con moños.
Mi papá se agarra las manos y puedo asegurar que le sudan.
Mira a otro lado con incomodidad y la boca apretada.
Al reverso de la foto, con mi ex letra de cuatro años, escribí
“Mi papi no quería salir en la foto”.
Escribo esto porque ayer la perdí en un hotel y no quiero olvidarla.
Escribo esto, únicamente porque no sé dibujar.
Escribo como discapacidad.
Genealogía
Voy a ir a sembrar unas flores
en el lugar donde mi madre
sangró por primera vez
y dejó crecer el río del que
brotarían mis hermanos.
Voy a ponerle el nombre
de mi padre a un día del año.
Ese día jamás tendré miedo.
Voy a desdoblar mi apellido
como un largo abrazo que logre
abarcar a mis futuros hijos.
Minuto 47
Hace algún tiempo
fuimos todas las películas de amor mundiales
Fabián Casas
A Lewin Davis le acaban de decir
que el gato que llevó a sus dueños
no es el que le dejaron a cuidar.
Su cara trabada, su ropa barata
y el póster del Festival de Edimburgo
se quedaron paralizados por la
tecla de stop que apreté en 2013.
Nunca terminamos de ver esa película juntos.
Varias cosas se detuvieron en 2013.
La vida de Lewin, sobre todo,
que para mí siempre tendrá una historia inconclusa,
pues hay teclas de play que no quiero apretar.
No me cuenten el final.
Miréia Anieva (Xalapa, 1988). Es antropóloga por la Universidad Veracruzana. Ha publicado en las revistas Punto de partida, Periódico de poesía, Tierra Adentro, y eSpiral, entre otras. Es editora de la revista literaria Bonsái. Actualmente es becaria del PECDA en el estado de Veracruz, en el área de poesía. Mantiene activo el blog apologiadelinstante.blogspot.com y la cuenta de Twitter @ciervovulnerado.