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Bachelet: el regreso de la Matria grande
 
Por Lado B @ladobemx
18 de noviembre, 2013
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Patricio Fernández | Revista Anfibia

—Se lo dije a cuánta persona pasó por allá, en comidas, en discusiones: ‘yo creo que es hora de recambio’. Se lo dije a usted mismo en una entrevista. Pero no sucedió y por eso estoy aquí.

Michelle Bachelet llegó de su estadía en Nueva York con un corte de pelo nuevo, más anguloso y formal. Lucía un traje rojo de dos piezas. Según ella misma confesó entonces, más funcionaria de Naciones Unidas que candidata presidencial.

— Usted podría haberse negado.

—Si hubiera nacido distinta, probablemente. Pero parece que en mi leche materna venían las palabras “deber” y “responsabilidad”.

bachelet

Foto tomada de www.revistaanfibia.com

Los años en que la candidata no estuvo en Chile (2011-2012) fueron sin duda los de mayor agitación social desde la caída de Pinochet. Cientos de miles de personas salieron a marchar. La educación fue la causa más bulliciosa, pero no la única. No se trató exclusivamente de un malestar con el gobierno de Sebastián Piñera, el primero de la derecha en democracia, sino de una queja mayor, enraizada principalmente en la gigantesca desigualdad de ingresos. De ingresos y de poder. Unos pocos grupos económicos concentran casi todo el dinero. Si preguntan por el dueño de algún gran almacén, de los medios de comunicación, de las minas, y de cualquier cosa grande, menos de cinco nombres se repetirán todo el tiempo. El resto se desarrolló con “el chorreo” (derrame), a ratos incluso excitante y obnubilador. Nos convertimos en los paladines del neoliberalismo, mientras dejábamos resquebrajarse los pilares de lo público. La comunidad se atomizó, las marchas salieron a reclamar de nuevo el ánimo de avanzar más juntos, alegando la reconstrucción de algo que nos recuerde que no estamos solos. Muchas de las protestas apuntaban con el dedo a la Concertación. El conglomerado que alguna vez fue sinónimo de democracia, se había convertido con el paso del tiempo en un cosmos cerrado, cada vez más viejo y lento, al que no dejaron entrar la vida que se multiplicaba a su alrededor. Las protestas del 2011, también fueron contra eso. La gente quería volver a ser escuchada. Algo tenían que decir en lo que a sus propias vidas respecta.

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