Lado B
Alberto Chimal defiende la literatura fantástica
 
Por Lado B @ladobemx
08 de octubre, 2013
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  • Etiquetas de subgénero son “extremadamente limitadas y capaces de crear prejuicios y lecturas sesgadas”, dijo
  • Presentó su más reciente novela, La torre y el jardín, realizada en la Semana de Letras de la Universidad Iberoamericana

Ibero Prensa

La literatura fantástica o “literatura de imaginación” nunca ha contado con un mercado en México, por lo que difícilmente un autor establecido en el país podría ganarse la vida desarrollando este tipo de historias.

Así lo señaló el escritor Alberto Chimal en la presentación de su más reciente novela, La torre y el jardín, realizada en la Semana de Letras de la Universidad Iberoamericana.

Para Chimal, quien ha sido académico de la Ibero, la “literatura de imaginación” permite señalar aspectos cotidianos que nadie más señala, no necesariamente acontecimientos documentables, sino acontecimientos internos e incluso transformaciones de la sociedad.

Según el reconocido autor, la razón por la que la literatura fantástica ha tenido tantos problemas con su etiqueta se remonta al éxito espectacular de J.R.R. Tolkien y la saga de El Señor de los Anillos en los años sesenta, lo que orilló a que diversas editoriales secuestraran el término “fantasy” y lo usaran exclusivamente para designar historias de “dragoncitos, enanitos y elfos con arcos, fastidiando la existencia a muchos autores que estaban utilizando la intención romántica de hablar deliberadamente de lo que el pensamiento científico no considera real.”

Más allá de ser un subgénero o etiqueta mercantil, la imaginación fantástica es un recurso literario que se usa en obras de todo tipo, hayan o no sido etiquetadas como fantasía, pues se le encuentra incluso en obras colocadas por el grueso de la crítica literaria en terrenos completamente distintos al que ocupa un libro como La torre y el jardín.

“Podría decirse que Pedro Páramo es una novela de fantasmas, pero si dicen eso en la Fundación Juan Rulfo, los van a despedir con una escopeta, pues en la visión que a ellos les interesa mantener de la obra de Rulfo, Pedro Páramo de ninguna manera es algo tan bajo o indigno como una novela de imaginación…, a pesar de tener personajes que son muertos que hablan, lo que no suele suceder”.

Frente a estudiantes y académicos de la Ibero, Alberto Chimal destacó que la mayoría de los críticos mexicanos de los últimos 70 u 80 años ha sido leer cierto tipo de obras “con la etiqueta por delante” y añadió que las etiquetas de subgénero son “extremadamente limitadas y capaces de crear prejuicios y lecturas sesgadas”.

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